El lunes se ratificó un compromiso para reubicar a los indígenas que se verán afectados por esas obras y a quienes se les prometieron obras sociales.
Hace dos años, el Tribunal Contencioso de La Guajira le ordenó al entonces gobernador, José Luis González Crespo, reiniciar la construcción del sistema de tratamiento de aguas residuales del Plan Maestro de Alcantarillado de Riohacha, solo hasta ahora el proceso se destrabó.
Las diez comunidades serán reubicadas en los terrenos que ellas elijan y, además, se les construirán un puesto de salud, una escuela, un sistema para el suministro de agua potable -jagüeyes o albercas-, un plan de vivienda, se les mejorarán las vías y se implementará un programa de proyectos productivos.
En la actualidad, las aguas negras de Riohacha son vertidas al mar sin tratamiento alguno, lo que impulsó a la Gobernación a contratar, en el 2001, la construcción del sistema de tratamiento de aguas.
En la primera etapa, contempla dos lagunas facultativas, la línea de impulsión (que transporta el agua) y el emisario final, cuyo costo es de 3.500 millones de pesos, entre otras. No obstante, los pleitos de tierras y las discrepancias con las comunidades indígenas mantuvieron frenadas las obras hasta ahora.
El sistema de lagunas será construido en la margen izquierda, un kilómetro adentro de la troncal del Caribe, donde hoy están asentadas varias comunidades, entre ellas Los Olivos, Campo Alegre, La Loma y Mawinchon I y II, a la altura del kilómetro 8 en la vía Riohacha-Santa Marta.
En el plan de choque -que costará 59.000 millones de pesos (30.000 millones aportados por el Departamento, y 29.000 millones por la Nación), se tomarán 8.000 millones de pesos para construir las cuatro lagunas restantes, que permitirán el almacenamiento y el tratamiento del agua residual. |
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