La situación del departamento volvió a estado crítico tras el aliento de unos 100 milímetros de lluvias caídas hace diez días. El déficit hídrico es de 800 milímetros y otra vez se localiza en una marca "muy preocupante".
El presidente de la Asociación Agropecuaria de Tarariras, Jorge Rochón, dijo que con "la última lluvia la gente sembró algo y el resultado es sólo de pérdidas".
Hace algo más de una semana las lluvias trajeron alivio. Algunos productores se jugaron a sembrar maíz, soja y forrajes, porque se pasaba la fecha apropiada, pero prácticamente la semilla se perdió totalmente.
En tanto, la lechería continúa sufriendo las consecuencias de la pérdida de producción. En algunos establecimientos la baja alcanza al 40%, al tiempo que los animales perdieron ya un 15% de su peso.
En la zona litoral, las lluvias fueron menores y en Carmelo, Polancos y Agraciada se sufre más. Allí, el agua caída apenas superó los 60 milímetros.
El intendente Dr. Walter Zimmer, consiguió del Sistema Nacional de Emergencia, la aprobación para adquirir diez tanques de 1.100 litros y otros dos de 600, que serán diseminados en todo el Departamento. Se ubicarán en zonas estratégicas, donde los productores puedan llegar a obtener agua potable. Estos, serían cargados por cisternas municipales.
Mientras tanto, el Comité de Emergencia Departamental, abastece a unas 50 familias de todo el Departamento en forma permanente. Desde el comienzo de la sequía, los establecimientos se encuentran relevados y en forma escalonada, reciben agua para su consumo familiar y de los animales.
Zimmer autorizó, en tanto, que varios equipos con retro excavadoras, atiendan pedidos de ahondar tajamares, en Carmelo, Polancos, Juan Lacaze, Cerro de las Armas y Colonia Miguelete.
En distintas zonas del centro del departamento, se organizó un sistema de asistencia entre los mismos vecinos, que permite solucionar parcialmente los inconvenientes.
Por otra parte, sobre el costado de caminos y rutas, ya es habitual ver animales pastando.
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