Un colector de 600 metros de longitud, dos estructuras en forma de gradas por donde descenderá el agua (rápidas), la construcción de una minicentral hidroeléctrica, un parque en Guápulo y la rehabilitación de la antigua vía Interoceánica son las obras que se ejecutan en la quebrada El Batán, que recoge las aguas lluvias y servidas del norte de Quito.
Ayer el alcalde Paco Moncayo, los técnicos de la Empresa Metropolitana de Alcantarillado y Agua Potable (Emaap), la Empresa Metropolitana de Movilidad y
Obras Públicas (Emmop) y de la Dirección de Planificación Territorial recorrieron los trabajos que se realizan desde noviembre del 2007. El desfiladero de El Batán abarca desde la Plaza Argentina hasta el río Machángara, descendiendo por Guápulo.
Según Juan Neira, gerente de la Emaap, ente fiscalizador del proyecto, los trabajos tienen un avance del 91,13% y terminarán en marzo del próximo año.
“Esta es la última vez que podremos caminar por aquí. Después por aquí correrá una cantidad de agua similar a la del río Paute”, dijo el Burgomaestre notablemente asombrado. Actualmente, el colector de Iñaquito soporta una capacidad de 90 metros cúbicos por segundo (m3/s) y el nuevo colector de El Batán soportará 120 m3/s. “Con esta obra la ciudad no sufrirá más inundaciones en el invierno”, dijo Moncayo.
Nelson Morales, fiscalizador de la Emaap, aseguró que el túnel y las dos estructuras adjuntas tendrán una vida útil de 500 años. “También se beneficiarán cientos de habitantes que viven al filo de la ladera de la quebrada y que tienen problemas por el hedor de las aguas servidas”.
Es más, sostuvo Morales, “se construirá un tubo metálico para conducir las aguas servidas y generar tres megavatios de energía para la ciudad”.
La minigeneradora hidroeléctrica, junto al parque de Guápulo, y el arreglo de la antigua vía Interoceánica iniciarán una vez que se haya concluido la obra hidráulica. Así lo afirmó Andrés Vallejo, vicealcalde y director de la Corporación Vida para Quito, quien es la contratante del proyecto.
Iván Alvarado, gerente de la Emmop, también se pronunció acerca de los trabajos. “Una vez que el agua se canalice por las obras de ingeniería hidráulica se pueden hacer obras viales. Entonces, se mejoraría el tránsito desde Quito hacia Tumbaco y se tendrían cuatro carriles: dos del túnel Guayasamín y dos de la vía recuperada que se fraccionó por un deslizamiento, en 1998”.
La obra en El Batán tiene tres tramos. Las rápidas tienen 96 metros de altura y un 80% de avance. Estas estructuras sirven para minimizar la fuerza con la que desciende el líquido. Allí se colocarán gradas metálicas por donde el personal de mantenimiento de la Emaap podrá realizar inspecciones en el futuro.
La obra cuesta al Municipio USD 7 904 050. Moncayo destacó la importancia del gasto. “En ocho años hemos invertido cerca de USD 1 000 millones en obras que no se ven, que nadie aplaude, pero que son las que servirán a generaciones futuras”.
En la visita el Burgomaestre habló de su posible participación en los nuevos comicios electorales a la Alcaldía de Quito. “Todavía no he tomado una decisión. Creo que no hay que perpetuarse en los puestos, pero si no hay buenos candidatos tendría que continuar la posta”.
Moncayo define a un buen candidato como una persona honesta, honrada, con experiencia y que le guste trabajar. “Manejar una ciudad de 2,5 millones de habitantes no es ningún juego”, dijo.
Los medios de comunicación también recorrieron el colector y las obras anexas.
260 obreros, a cargo
En la obra de control de escorrentía de la quebrada El Batán trabajan 260 obreros registrados. Ellos laboran en turnos de 24 horas en épocas secas.
La contratista es la Constructora GAR SCC.El colector está construido en hormigón armado y lanzado. El baúl tiene una dimensión de 5x5 metros.
Las rápidas tienen de 90 a 102 metros de altura. Han sido construidas con gradas de un metro por un metro y tienen 45° de inclinación de manera que al circular el agua se formará una lámina que evitará su desgaste rápido. |
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