NO HA de extrañar el resultado de la inusual votación desarrollada el pasado fin de semana en varios barrios de nuestra ciudad, merced al programa municipal Presupuesto Participativo. Las necesidades más acuciantes, a juicio de los propios interesados, se relacionan con el agua corriente y los desagües cloacales.
TAL CUAL se informara, 853 vecinos de 13 a 25 años de los barrios Villa Serra, Spurr, Villa Talleres, Moresino, El Porvenir, El Progreso, Thompson, Ferro y 1810 se pronunciaron en aquel sentido, cuando tuvieron la oportunidad de emitir su requerimiento. La lista de las opciones presentadas era extensa: estaba constituida por más de 50 rubros. Efectuado el recuento de las opiniones, en el Centro de Gestión Comunal que funciona en la antigua estación ferroviaria Spurr, quedó en evidencia que la mayoría del vecindario considera imprescindible la extensión de la red de agua potable y de las obras sanitarias. El segundo lugar en las preferencias lo ocupó la consolidación, construcción del cordón cuneta y pavimentación de la calle Esmeralda; asimismo, hubo apoyo para otras propuestas relacionadas con la mejora en las calles, la iluminación pública, la provisión de gas y la regularización del dominio de tierras.
ESTA iniciativa, puesta en marcha por la comuna, permite conocer de forma directa el pensamiento de los pobladores de diversos sectores de la ciudad y sus villas, a fin de encarar próximas realizaciones a incluir en los presupuestos oficiales. De la misma manera, se consultará en estos días a los vecinos de Cabildo, el barrio Patagonia, Grünbein y Villa Harding Green.
DECIAMOS que no resulta novedoso la conclusión de aquella compulsa, por cuanto el agua corriente y las redes cloacales constituyen herramientas primordiales para garantizar una mejora en la calidad de vida de la gente. Y, en esta materia, todavía existen en Bahía Blanca innumerables falencias que no se alcanzó a corregir con el paso de los años. De hecho, los frentistas afectados por esas carencias, tanto a título personal como por intermedio de sus sociedades de fomento, vienen bregando, desde hace años, por conseguir la realización de tales emprendimientos. Por supuesto, no es nada reconfortante vivir sin prestaciones de tamaña importancia, cuya falta suele traducirse, inclusive, en la aparición de serios problemas sanitarios para las familias; sobre todo, los niños.
CABE esperar, por lo tanto, que esta novedosa experiencia puesta en funcionamiento por la Municipalidad se transforme en un método eficaz para la confección de los futuros planes de obras públicas, a fin de satisfacer, en la medida que los recursos disponibles lo posibiliten, agudos requerimientos como los sustentados por aquellos vecinos. Contar con agua corriente y obras sanitarias ya no debiera constituir, a esta altura de los tiempos, una meta de dificultosa concreción. Sin embargo, el marcado crecimiento demográfico bahiense no ha ido acompañado por la simultánea provisión de servicios esenciales inherentes a la calidad de vida de sus habitantes.
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