Los productores de la región aseguran que la situación es cada vez más grave a causa de la sequía que, según los pronósticos de los expertos, podría persistir durante todo el verano. La falta de agua provocó que la cosecha de trigo tuviera un muy mal resultado y que otros cultivos que están en plena etapa de crecimiento, como el maíz, el girasol y la soja, comenzaran a verse seriamente comprometidos.
La escasez de humedad también afecta a la ganadería, que afronta un panorama sombrío a medida que se agotan las pasturas. Y, por si todo esto fuera poco, en algunos distritos del sudeste bonaerense hizo su aparición la tucura, una plaga similar a la langosta capaz de arrasar con buena parte de los cultivos que sobreviven marchitos bajo el rayo del sol.
"Estamos muy pero muy mal", le dijo a LA CAPITAL el presidente de la Sociedad Rural de Mar Chiquita, Luis Aceituno, precisando que la entidad acaba de solicitarle al intendente Jorge Paredi que declare de manera urgente la emergencia agropecuaria. Según sus cálculos, en todo el Partido llovieron apenas unos 30 milímetros desde el mes de noviembre, una cifra que está muy por debajo de los promedios históricos. Aceituno destacó que el agua se distribuyó de manera "muy despareja" en los campos sin que ayudara a revertir la situación. "Vemos que el maíz está muy castigado, al igual que la soja y si no llueve de inmediato va a ser difícil sacar beneficios", sostuvo.
En Mar Chiquita muchos de los que apostaron al trigo se quedaron con las manos vacías. Es que por la falta de lluvias los rindes estuvieron muy por debajo de lo habitual.
La cría de ganado también está complicada ya que las pasturas escasean y en algunos casos ni siquiera alcanzan para armar rollos para el invierno. Por esa razón Aceituno advirtió que "vendrán tiempos muy difíciles" para la ganadería, sobre todo, a partir del otoño.
En Benito Juárez la situación también es seria. Según explicó el gerente de la asociación de productores, Guillermo Perco, la prueba más evidente de los estragos de la sequía es el hecho de que en campos donde se acostumbraba a levantar entre 4 y 5 mil kilos de trigo por hectárea, esta vez apenas se pudieron cosechar unos 1.500. Un resultado tan magro ni siquiera fue suficiente para cubrir los costos de los insumos que los productores utilizaron para la siembra y que en la mayoría de los casos adquirieron a precios altísimos antes de que la crisis financiera internacional ayudara a que retrocedieran.
Hubo quienes previendo que la lluvia sería escasa y en medio de un contexto económico y político complejo, meses atrás prefirieron no aventurarse con el trigo, dedicándose a la cebada. Este cultivo tuvo un buen resultado, pero ahora en Benito Juárez como en otras localidades de la zona hay tanta disponibilidad de cebada, que a los productores les está resultando difícil venderla y defender el precio. Por las mismas razones meteorológicas y económicas, hubo quienes apostaron por la soja, que es capaz de sobrellevar mejor la falta de agua. Pero según explicó Perco, ni siquiera este cultivo está desarrollándose como debiera en un contexto de sequía.
Plaga voraz
En medio de este panorama, la situación en Benito Juárez empeoró con la aparición de la tucura, un insecto que devora todo lo que encuentra a su paso y que lentamente se va extendiendo a toda la región. Para combatir la plaga, el municipio ya recibió 1 millón de pesos y la semana que viene se encargará de fumigar unas 70 mil hectáreas. La tucura también está provocando estragos en Tres Arroyos, Coronel Pringles, Coronel Suárez y Guaminí, donde avanza favorecida por la falta de humedad de los suelos.
Los productores de esa zona se reunirán el lunes en Laprida para analizar junto a las autoridades de control de plagas de 9 distritos de qué manera se combatirá el problema. "El Ministerio de Asuntos Agrarios se comprometió a entregar una partida de dinero para fumigar y ahora tendremos que ponernos a trabajar para realizar el trabajo. Sin embargo esta ayuda servirá para atender apenas el 5% de los campos afectados", le explicó ayer a LA CAPITAL el presidente de la Sociedad Rural de Tres Arroyos, Mariano Astiz. En ese Partido, los rindes de trigo también estuvieron muy por debajo de lo habitual, mientras que el maíz y el girasol implantado están "en muy mal estado", aseguró el ruralista.
La escasez de lluvia y el calor favorecen el avance de la tucura
La Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea) advirtió sobre la invasión de una plaga de tucuras en partidos de la provincia de Buenos Aires.
Durante los primeros días de este mes aparecieron mangas de la plaga de este insecto en los partidos bonaerenses de Benito Juárez, General Lamadrid, Coronel Suárez, Pringles, Laprida, Tres Arroyos y Tandil. "De acuerdo a nuestros monitoreos realizados en Benito Juárez y Laprida, la tucura encontrada es Dichroplus maculipennis; estimo que en los partidos cercanos se presenta la misma especie", señaló María Laura de Wysiecki, investigadora del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores, dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata.
La especie D. maculipennis, conocida como tucura de alas manchadas, ha sido considerada históricamente por el agro argentino como la más dañina, dado que puede trasladarse a distancias de hasta 40 kilómetros. "La explosión poblacional de esta campaña se produce después de varios años de sequía y por haber prevalecido sobre sus enemigos naturales, parásitos y predadores, que las controlan biológicamente", explicó De Wysiecki, quien precisó que "en Benito Juárez se contaron lotes con 50 y 100 tucuras por metro cuadrado".
La tucura fue una plaga importante en los '80, cuando la mayor parte de los campos se dedicaba a la ganadería, pero el avance de la agricultura con labranzas y los tratamientos con insecticidas clorados redujeron mucho su incidencia. Sin embargo, "en los últimos años el avance de la siembra directa sin remoción de suelo y las primaveras secas provocaron un gradual avance de la plaga, aunque dentro de niveles tolerables", señaló De Wysiecki.
Pero a fines de 2008 hubo una explosión poblacional detonada por los fuertes calores de noviembre. Las altas temperaturas aceleraron la eclosión de los huevos y el nacimiento de individuos que tienen gran capacidad de consumo. Este año la tucura apareció temprano: durante los primeros días de diciembre se registró la presencia de ejemplares adultos de unos dos centímetros de largo, voladores y con capacidad reproductiva.
"Se mueven en masa e ingresan a las cabeceras de los potreros agrícolas desde otros lotes de uso ganadero o en los que no se ha realizado remoción de suelo en los últimos años. De noche, se agrupan en postes del alambrado o en los tallos de los cardos", puntualizó Roberto Botting, protesorero de la Asociación de Productores de Benito Juárez.
Las pocas pasturas que quedaban en pie en la región sudoeste fueron aniquiladas por los ataques de tucuras; una vez que acaban con ellas, pasan a los cultivos. Las plantas jóvenes y verdes de la soja son devoradas rápidamente por la plaga. "Las tucuras entran en masa por un costado del potrero y lo limpian en un tercio o más si no se las controla", señaló Botting. En maíz suelen dejar sólo los tallos, aunque también atacaron las barbas del trigo.
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