La época de lluvias intensas que ya se está sintiendo en toda la provincia, en algunos puntos de la Quebrada para los agroganaderos es una bendición ya “que está regando los suelos de los cultivos y las pasturas”, mientras que en otros lugares constituye una incógnita “cuando se precipita como una lluvia loca”, es decir una intensa precipitación en un corto tiempo con las consiguientes consecuencias de bajadas de aluviones, “volcanes”, en la jerga quebradeña que significan algún riesgo de anegación o erosión.
A un kilómetro de distancia al acceso del pueblo sito al pie del Cerro de los Siete Colores, un caso previsible se torna imprevisible a raíz de varias obturaciones intencionales (ver fotografía), por parte de residentes del lugar, de un canal de desagüe pluvial que corre paralelo a la Ruta Internacional 52 la que conduce al Paso de Jama y Chile.
Las consecuencias son obvias: el curso de las aguas que se deslicen por esta pendiente, o se desvían hacia los terrenos de los particulares, inundándolos, o directamente erosiona los costados de la cinta asfáltica produciendo algunas zanjas indeseables, muy peligrosas para los numerosos vehículos que transitan por este camino.
Consultado un ocasional transeúnte que reside a la entrada del pueblo, sugirió la construcción de tapas para atravesar el canal. “Lo que pasa es que los vecinos apelan a al odioso facilismo, atrancar este desagüe con varejones, con el fin de meter los vehículos hasta sus domicilios”, comentaba risueño el purmamarqueño, que espera una pronta reacción de las autoridades municipales locales o de Vialidad de la Provincia para salvar esta situación que sin dudas podría significar desagradables consecuencias, cuando las lluvias sean abundantes.
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