La mejora de las reservas en los embalses de la región de Barcelona y Girona es el principal efecto beneficioso que está teniendo por ahora el temporal de agua y de nieve que ha azotado Catalunya en los últimos días. Frente a la imagen desoladora de los daños provocados por el temporal en carreteras, puertos y costas, las lluvias servirán, al menos, para garantizar el suministro de agua a lo largo de todo el año que viene en una zona que estuvo abocada a las restricciones, hasta que sonó el gong y llegaron las lluvias salvadoras de mayo. La sequía ya es historia. Pero no hace tanto - en abril y mayo-los barcos socorrían Barcelona.
El año pasado por estas fechas, el conseller de Medi Ambient, Francesc Baltasar, ya había planteado a la entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona la necesidad efectuar un trasvase de emergencia desde el río Segre hacia Barcelona. Era la solución extrema para afrontar la falta de agua y garantizar el suministro ante una sequía temible. En aquel final de año, el nivel de los embalses de Barcelona y Girona alcanzaba el 26% de su capacidad máxima. En cambio, ayer se situaba en el 75,7%, con lo que se obtenían unos registros desconocidos desde hace tres años, en la primavera del año 2006.
El resultado de esta mejora es que los embalses de los ríos Ter y Llobregat (Sau, Susqueda, La Baells, la Llosa del Cavall y Sant Ponç) acumulan casi tres veces más recursos que hace un año. A finales del 2007, tenían 162 hm3, mientras que ahora disponen de 464 hm3.La situación ha dado la vuelta como un calcetín. Son las paradojas de un clima mediterráneo. Ahora, el panorama es incluso mejor que el de los últimos años.
Con los 464hm3de agua disponible, los embalses de Barcelona y Girona tienen un 40% más de recursos de lo que es habitual en estas fechas (321 hm3,de media, los últimos cinco años y 336 hm3el último decenio).
Sin embargo, esta mejoría no ha permitido al Gobierno catalán desactivar el decreto de sequía que sigue vigente en el conjunto de las cuencas internas catalanas, puesto que la zona del Muga (en el Empordà) presenta unas reservas insuficientes. La situación de excepcionalidad que se da esta zona está comportando en la práctica que el resto de las cuencas catalanas estén sujetas aún a algunas algunas medidas de ahorro de agua de carácter general, como la prohibición de usar caudales potables en las fuentes ornamentales municipales o la recomendación de reducir estos consumos en los riego de parques y jardines y en limpieza de calles.
Tras los temporales, el embalse de Boadella, en el Muga, ha mejorado muy notablemente su disponibilidad de agua. Concretamente, ha pasado del 22,01% al 38,85% de su capacidad en doce días. Sin embargo, el Departament de Medi Ambient mantiene la situación de excepcionalidad (en grado 2) en esta zona, puesto que todavía no tiene recursos suficientes para garantizar plenamente los riegos agrícolas en la próxima temporada de verano.
El embalse de Boadella tiene ahora 23,7 hm3de agua (el 38.85% del total). Y, en teoría, cuando alcance los 25 hm3podría salir de la situación de excepcionalidad. Al menos, así lo prevén los criterios recogidos en el primer decreto de sequía.
Sin embargo, el Gobierno catalán modificó este decreto, de manera que la alerta no se desactivará automáticamente, sino que se valorarán otras circunstancias y se tendrán en cuenta otros indicadores, como ya hizo hace unos días, cuando se aflojaron las medidas de ahorro de agua en la zona del Ter y del Llobregat. Concretamente, la entrada en normalidad en esta zona se acordó cuando los embalses cubrieron el 70% de su capacidad.
En cualquier caso, la decisión de decretar el escenario de normalidad en la cuenca del Muga (lo que permitiría levantar el decreto de sequía) requeriría una reunión extraordinaria del Gobierno catalán. Sin embargo, fuentes del Departament de Presidència indicaron que no está prevista ninguna reunión del consejo de gobierno hasta el próximo día 7 de enero. Así, pues, las cuencas internas catalanas, oficialmente, seguirán en situación de sequía, aunque los datos indiquen lo contrario.
Mientras, la Agència Catalana de l´Aigua informó ayer de que aún no ha recibido la petición del Ayuntamiento de Barcelona en la que solicita una autorización especial para que se puedan conectar a la red - y así puedan funcionar-un total de 96 fuentes ornamentales con sistemas de recirculación de agua que ahora están paradas. Barcelona dispone de 285 fuentes ornamentales y sólo funcionan 85 porque no se puede coger agua de la red.
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