La renovación del episodio climático “La Niña”, aunque en una fase débil, reanudó la preocupación por almacenar agua destinada a los cultivos, para lo cual es necesario mejorar la infiltración de la lluvia en el suelo. Gustavo Moscatelli, directivo del Instituto Agua y Clima, del INTA Castelar, y Rodolfo Gil, especialista en áreas de secano de la entidad, descartaron la posibilidad de realizar obras de ingeniería en la Pampa Húmeda.
“Para aumentar la cantidad de agua almacenada es necesario incrementar la proporción de agua que infiltra al suelo, respecto de la que escurre”, enfatizó Gil.
Mientras que Moscatelli (geólogo) admitió que se puede suplementar con riego el déficit de agua que podría haber en el próximo otoño y que perjudicaría a la nueva campaña de granos finos. “La forma de suplementar en áreas de secano es con riego complementario”, insistió Moscatelli. En tanto, el ingeniero Gil analizó que en las provincias de Córdoba, San Luis y en parte de la provincia de Buenos Aires hay agua para riego, buena y disponible, pero no existe en todas las zonas agrícolas.
Ambos también coincidieron en que para tener una buena cosecha de trigo son necesarios entre 5 y 6 millones de litros por hectárea, provenientes de lluvias de entre 500 y 600 milímetros.
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