Vecinos del barrio Independencia están en alerta sanitaria. Las altas temperaturas y los volcamientos de líquidos cloacales por la saturación de los pozos ciegos provocaron que cuadros de diarreas, vómitos y fuertes dolores de cabeza en varias personas.
En esta semana, dos niños debieron ser internados por una gastroenteritis severa. Una nena de 2 años fue derivada a un hospital de la ciudad de Córdoba por la gravedad del caso.
En 2000, los vecinos comenzaron a pagar la obra de cloacas, pero todavía no pudieron conectarse. El 93 por ciento del barrio concluyó el plan de pago y, a pesar de las promesas de soluciones de las diferentes administraciones, los frentistas esperan que el servicio pase por sus casas.
“Estamos en una situación de riesgo. Los pozos ya no trabajan más porque las napas están altas y los líquidos terminan en las calles”, comentó Gerardo Bruera, vecino del barrio.
“Cuando llueve se juntan el agua con los líquidos cloacales, generando un foco infeccioso que todos pisamos y llevamos a nuestras hogares”, indicó el damnificado.
Los vecinos piden un monitoreo para conocer el estado sanitario del barrio. “No tenemos datos precisos, pero entre la gente son constantes los cuadro de gastroenteritis”, señaló Carlos Ferario, otro vecino.

Barrio de categoría.
Con el crecimiento inmobiliario de los últimos años, el barrio fue uno de los sectores que más creció en la ciudad.
Su ubicación estratégica cerca del polo educativo y a pocos minutos del centro lo convirtió en una importante zona residencial. Pero la falta de cloacas se transformó en un problema urgente.
El año pasado, el Concejo Deliberante aprobó la recategorización y lo convirtió en una de las zonas residenciales más caras de San Francisco.
El ex intendente Hugo Madonna anunció varias veces la finalización la obra. Pero terminó su gestión sin ninguna novedad. En el primer año del intendente Martín Llaryora también se prometieron agilizar las obras, pero la situación tampoco varió durante su gobierno.