La rotura de un ducto de alcantarillado provocó ayer el derrame de aguas servidas y fecas a las playas de Reñaca. La grave situación sanitaria se produjo en la calle Bellavista, en la parte alta, frente al balneario. Las aguas servidas escurrieron por una escalera, atravesaron la avenida Jorge Montt y se depositaron sobre la arena, entre los sectores Tres y Cuatro de la playa. Ante la alarma de los turistas se hizo presente personal de la empresa sanitaria Esval, logrando controlar el escurrimiento.
El gerente general de Esval, Gustavo González Doorman, manifestó que la empresa hizo todos los esfuerzos por controlar con la mayor prontitud el vertimiento, que no alcanzó a llegar al mar.
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