No pasa un día sin que Kadri Ne Zeilou Beidari recuerde cuando sus dos hijos mellizos contrajeron la dracunculosis en 2006.
"Los primeros síntomas los tuvo mi hijo Hassane, que me dijo que le picaba el pecho. El niño comenzó a rascarse el tórax y los brazos tan violentamente que sentí pánico", dice la madre, recordando los sucesos.
Para entonces, la Sra. Beidari había asistido a una campaña de concienciación sobre la dracunculosis en su aldea, de manera que comprendió los síntomas que manifestaba su hijo. "De inmediato llamé al agente sanitario comunitario de la aldea, que llevó a Hassane al puesto médico cercano", continúa la mujer. "Pocos días después, su hermano mellizo, Housseini, mostró los mismos síntomas iniciales de la enfermedad".
Afortunadamente, ambos niños recibieron tratamiento cuando la enfermedad estaba en su fase inicial.
Una enfermedad causada por el agua contaminada
"Sé que lo que ocurrió se debió a que en aquel entonces bebíamos agua contaminada de uno de los estanques de la aldea", comenta la Sra. Beidari. "Hoy en día, tenemos una bomba nueva, y ya no recojo agua de los estanques, porque sé que la de la bomba es segura y no enfermará a mis hijos".
La dracunculosis, también conocida como enfermedad del gusano de Guinea, es una enfermedad debilitante causada por un gusano filiforme que infesta las aguas estancadas. Las personas se infectan cuando ingieren las larvas del parásito que contiene el agua que consumen.
El gusano eventualmente aflora a la piel del organismo infectado y causa enorme dolor, fiebre, náusea y úlceras. Si el paciente no recibe tratamiento adecuado, las úlceras pueden tardar mucho en cicatrizar y se pueden complicar debido a infecciones secundarias. Las personas infectadas también sufren entumecimiento de las articulaciones y una debilitante atrofia de las extremidades.
Un enfoque integral
El gusano de Guinea puede ser eliminado, como lo demuestra el progreso ya logrado en el Níger. Gracias al enfoque integral que UNICEF aplica en las actividades de prevención, la incidencia de la enfermedad se redujo a sólo 14 casos en 2007 y apenas tres casos hasta noviembre de 2008. Uno de esos tres casos provino inicialmente de Mali.
El Proyecto de erradicación del gusano de Guinea, que cuenta con el respaldo de UNICEF, se concentra en Tillabery, que es la única región del país donde ese parásito tiene carácter endémico. El proyecto se propone eliminar al gusano de Guinea en todo el país y mejorar el suministro de agua potable en la región de Tillabery.
El pozo de sondeo de la aldea de Yogaré, donde vive la familia de la Sra. Beidari, es uno de los 13 pozos similares que se construyeron en la región de Tillabery durante 2008, en todos los casos con apoyo de UNICEF. Esos pozos abastecen de agua potable a más de 6.000 habitantes de 13 aldeas. UNICEF se propone construir otros 30 pozos de sondeo en la región durante 2009.
Recompensa por la denuncia de casos
En Yogaré, la dracunculosis se mantiene a raya gracias al trabajo de cuatro agentes comunitarios. La aldea cuenta con un sistema de vigilancia que detecta y confirma todo caso de la enfermedad que ocurra en la zona, además de recabar datos de los agentes sanitarios comunitarios.
Además de ello, este año se brindó capacitación actualizada a 200 agentes sanitarios comunitarios que participan en las labores de erradicación del gusano de Guinea en la región. Asimismo, se estableció un mecanismo para recompensar con una suma equivalente a 10 dólares a quienes denuncien nuevos casos de dracunculosis.
"Cuando Kadri Ne Zeilou Beidari denunció los casos de sus dos hijos mellizos, tanto ella como el agente sanitario comunitario que le ayudó recibieron la recompensa", explica Boulama Ousmane, portavoz del Programa nacional de erradicación del gusano de Guinea. "Se trata de un incentivo importante para que las familias informen sobre nuevos casos de la enfermedad".
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