Hacía casi diez años que el río Paraná no tenía un nivel de agua tan bajo. Apenas 1,66 metros marca la altura en el dique 2 del puerto de esta ciudad, la mitad del registro normal. En Rosario la situación es peor y se teme que en los próximos días quede anulada la provisión de agua potable. Ya disminuyó de manera considerable la navegación, con serias dificultades para las exportaciones, especialmente las de granos.
La última bajante en la región, conocida como el Bajo Paraná, fue en noviembre de 1999. En esa ocasión fueron clausurados los accesos a los puertos y se suspendió la navegación en todos los cursos de agua.
Los especialistas sostienen que la reducción actual de los movimientos de embarcaciones en el río, desde Reconquista (en el Norte) hasta Villa Constitución (extremo sur), es del orden del 40 por ciento ante la falta de calado.
Ayer, en el puerto de esta ciudad el hidrómetro marcó 1,66 metros, en bajante, cuando la altura media para esta época del año supera los 3,50 metros. En Rosario, el río, también en sostenido descenso, alcanzó la altura de 1,23 metros. El fenómeno preocupa a la empresa Aguas Santafesinas Sociedad Anónima (ASSA), que hoy comenzará a instalar en Rosario una bomba suplementaria, con capacidad para extraer 1500 metros cúbicos de agua por hora.
La planta potabilizadora de Rosario abastece a cerca de 1.100.000 habitantes de esa ciudad y de las cercanas localidades de Villa Gobernador Gálvez, Funes, Granadero Baigorria y Capitán Bermúdez.
El gerente de Relaciones Institucionales de la empresa Aguas Santafesinas SA (ASSA), Guillermo Lanfranco, aseguró: "Se están tomando previsiones frente a la actual bajante del río Paraná, en lo que hace a la prestación del servicio de agua potable".
De todas maneras, desde esa empresa se recomendó promover un consumo responsable del agua potable, al menos mientras dure esta particular situación en el río Paraná.
Y no habría que esperar una inminente recuperación del nivel del Paraná. "Los pronósticos de los organismos especializados hacen prever que este escenario pueda prolongarse a lo largo de todo enero, pese a ser históricamente un mes de registros elevados de altura del Paraná", sostuvo Lanfranco, según consignó la agencia DyN.
Se espera que hasta el 15 de enero las aguas bajen otros 12 centímetros, dijo el titular de Defensa Civil rosarino, Raúl Rainone.
Según fuentes de la Prefectura local, esta histórica bajante se produce por falta de lluvias en el sur de Brasil y el extremo nordeste de la Argentina.
Precauciones náuticas
Las autoridades de la Prefectura solicitaron a navegantes y hasta bañistas que extremen las medidas de prevención para evitar accidentes. En Rosario se dispuso la prohibición para que la población ingrese en el río en diferentes balnearios, ya que el agua se alejó más de 150 metros de la habitual costa.
"Hace 10 años que el río no tenía una bajante así", comentó a la prensa el jefe de guardavidas del balneario municipal La Florida -al norte de Rosario-, Leonardo Manino. En ese balneario, la profundidad promedio desde la costa hasta las boyas de advertencia es de apenas 5 metros, cuando lo habitual está por encima de los 25 metros.
Las anormales condiciones del río pueden provocar el cierre temporario de ese popular balneario. La Prefectura ya dispuso la clausura preventiva de zonas balnearias de la rambla de Catalunya.
El prefecto Sergio Charles, jefe de Operaciones de la Prefectura Rosario, indicó que "se deben extremar las medidas de seguridad cuando se navega".
Y agregó: "Todos los riachos en donde normalmente se navega tienen hoy 20 centímetros y en algunos sectores no se puede pasar más. Y, con la tendencia de bajante que tiene el río para el fin de semana, prácticamente por algunos lugares no se va a poder pasar. Así que todos aquellos navegantes que quieran ir a esos lugares deben hacerlo a la mínima velocidad posible".
En el puerto de Villa Constitución, al sur de Rosario, zona de donde se embarca el 80 por ciento de los cereales que produce el país, la falta de calado en el acceso obligará en los próximos días a los barcos cerealeros a zarpar con carga mínima y las exportaciones ya empezaron a verse afectadas por la falta de caudal en el Paraná (de lo que se informa por separado).
Imágenes poco comunes se veían en las guarderías náuticas rosarinas, donde las embarcaciones, por la falta de agua, estaban varadas en sus habituales amarras.
Los buques, obligados a reducir la carga
Fernando Bertello
Se estima que por cada pie menos de calado se pierden 1800 toneladas de granos; más costos
Puerta clave para la salida al exterior de la producción agrícola argentina, por la falta de lluvias significativas el río Paraná enfrenta una histórica baja que tiene un efecto directo sobre el negocio de la exportación granaria. Y no es para menos: vía los puertos ubicados en torno de Rosario se embarca el 82 por ciento de la producción. Por eso, ayer, en esa ciudad, con el hidrómetro -una medida de referencia- marcando una altura de 1,02 metros, contra más de 2,40 de hace menos de 20 días, se encendió una luz de alerta.
"No están en riesgo las exportaciones, pero hay menos agua, los buques tienen que salir con menos carga y completar más en otros puertos, con lo cual se incrementan los costos", señaló a LA NACION Alfredo Sesé, secretario técnico de la Comisión de Transporte de la Bolsa de Comercio de Rosario. Hoy por hoy, claramente los principales trastornos tienen que ver con el incremento de los costos para embarcar más mercadería en otros puertos, sea en Bahía Blanca o en el sur de Brasil.
Ante la falta de calado, que de los 34 pies ha tocado los 29,3 pies, se calcula que cada pie menos de calado significa para un buque la pérdida de unas 1800 toneladas.
"En cinco pies (menos) son entre 8000 y 9000 toneladas de pérdida por buque", comentó el especialista. Otro experto hizo la misma cuenta. En realidad, sobre la medida habitual de 2,47 metros hoy la altura del hidrómetro es, con 1,02 metros, 1,45 metros menor. "Seguro que hace más de diez a doce años que no se daba esta situación", acotó. Si un buque para granos venía saliendo con unas 40.000 toneladas de la zona de Rosario, ahora partiría con unas 32.000 para luego completar en otros sitios. Otros parten con más carga, pero esto puede variar según la mercadería. Igual, no todos salen llenos y completan en otros destinos. "Algunos barcos no pueden cargar todo lo que pueden", comentó Sesé.
Carga en el puerto
Según informó Sesé, en la zona de San Lorenzo, San Martín y Timbúes hay unos 20 buques cargando. Hay uno que está con nafta, trece cargando harina de soja y subproductos, tres con trigo y uno con aceite. Hay, además, otros dos barcos esperando órdenes para hacer lo mismo. "Hay pocos barcos que van a entrar, pero esto puede perjudicar más a los buques con carga de granos que subproductos, que son más chicos", señalan en la entidad.
En efecto, si normalmente un barco con grano podía salir con entre 40.000 y 45.000 toneladas, con harina de soja se podía tratar de unas 35.000 toneladas y de 30.000 con aceite de este producto.
En lo inmediato, las noticias no parecen muy alentadoras para los próximos días. Se espera una nueva baja, con lo cual el calado quedaría todavía menor. "Bajaría 15 centímetros", señalan en la Bolsa de Comercio de Rosario. De cumplirse ese pronóstico, el calado quedaría apenas por encima de los 28 pies.
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