Hartos de convivir con el fétido aroma de cloacas, de sorprender cucarachas por toda la casa y de consultar al médico por problemas bronquiales, los vecinos de la calle Antártida Argentina advirtieron que cortarán la calle si ARSA no arregla la colectora principal que hace cuatro meses pierde líquido frente a sus casas.
En setiembre el caño que lleva al río las cloacas de Cinco Saltos quedó funcionando arriba de la calle, frente a sus viviendas. Técnicamente se lo denomina "by pass" y la conexión se hizo a la altura de los frentistas (como si fuera un tercer cordón cuneta), porque bajo el hormigón el terreno requiere de un nuevo tratamiento y el antiguo caño debe ser cambiado por completo.
Como la calle es doble mano, el ducto principal va por el medio y separa ambas vías. Pero las juntas no están herméticamente selladas y, cuando pasa un camión que puede llegar a rozar el caño, todo el líquido que es impulsado por el bombeo cloacal se derrama generosamente frente a sus casas.
"Una vez por semana el caño se rompe en las juntas. Ni hablar esa vez que se rompió en la parte principal y tuvimos un chorro de más de cuatro metros de alto de pura mierda; los autos de la concesionaria de la esquina y todo alrededor quedó hecho un desastre", se quejaron ayer los vecinos.
Aunque no se trata de un problema municipal, la primera queja fue en setiembre al Concejo para que interceda ante ARSA y agilice la reparación definitiva que lleve las cloacas bajo tierra nuevamente. Como no tienen respuestas, cursaron cartas documento a ARSA para que reparen.
"Nos comunicamos con ARSA y el miércoles comienzan los trabajos. Se nos dice que el retraso es por temas presupuestarios, el 21 de noviembre se abrieron los sobres para el primer tramo por unos 300.000 pesos y en diciembre se hizo la segunda etapa, que son unos 416.000 pesos", explicó la jefa comunal Patricia Etcheverry.
Se trata de un sector céntrico, en unas cuadras donde viven varias de las familias más antiguas de la localidad. "Una vez por semana se rebalsa este caño y la pestilencia corre varias cuadras hasta llegar al desagüe, el olor es insoportable y con días como el domingo con 40 grados, no se puede vivir, todo queda impregnado aunque nos encerremos por completo", se quejaron ayer.
Para "lavar", el regador pasa cada tanto por la calle de asfalto tirando agua con lavandina. Algunos vecinos ya acusaron problemas de bronquios y de uno de los niños de la cuadra hace tres meses debe inhalar medicamento debido a su principio de asma.
"Nos dicen que tengamos paciencia porque no hay presupuesto, pero nos cansamos. A la noche nos tenemos que levantar para matar cucarachas enormes, que inclusive andan en los patios. No sabemos más que hacer y decidimos cortar la calle si no empiezan ya a hacer la obra", plantearon .
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