Muy activas gestiones se vienen realizando entre las distintas áreas del Estado que intervienen en la problemática social ante la emergencia de la sequía y, de la misma manera, los eventuales problemas causados por la energía eléctrica disponible.
En este contexto, es necesario pensar que el suministro de energía eléctrica es afectado no sólo por la sequía sino, fundamentalmente, por el aumento de todas las actividades económicas en todos los rincones del territorio provincial, por efecto de las distintas realizaciones de gobierno que, en el marco del modelo formoseño, siguen las instrucciones que el gobernador de la provincia, doctor Gildo Insfrán, deja en todas las reuniones a través de directivas a los responsables de los organismos intervinientes.
En ese sentido, también se viene trabajando en forma articulada entre las Direcciones de Vialidad Provincial, el Ente Regulador de Obras y Servicios Públicos, la Unidad Provincial Coordinadora del Agua y el Administrador del Servicio Provincial de Agua Potable, quienes, junto al intendente de la ciudad capital y el subsecretario de Gobierno, participan regularmente de reuniones de trabajo coordinadas por el Ministerio de la Secretaría General del Poder Ejecutivo, a los efectos de proceder diariamente al seguimiento y monitoreo de los comportamientos de las obras de infraestructura hídrica y energética, tanto en la ciudad capital como en el interior provincial.
Así, en trámite de superación de los problemas hídricos de las localidades de Comandante Fontana y de Pirané, y en permanente atención la provisión de agua potable en calidad, desde fuentes producidas por las obras de infraestructura citadas y no sólo por lluvias producidas en los últimos días, también el seguimiento se realiza en la ciudad de Formosa.
Es de hacer notar, asimismo, que los mismos problemas son monitoreados para los distintos sectores de nuestra ciudad, sobre todo en la zona norte de la misma, que comienza a recibir los beneficios de agua en cantidad y en calidad alta, mejorando las condiciones de vida de la gente, que es el objetivo prioritario del gobernador Insfrán y de todo el equipo de gobierno.
De este modo, se abordan las cuestiones relacionadas con la provisión de agua por bombeo en la capital, llegando en la zona de la Jurisdicción Nº 5 hasta el barrio Virgen de Luján, y, próximamente, también el barrio Eva Perón recibirá dichos beneficios.
Es importante destacar estas circunstancias, habida cuenta de que unas de las características sobresalientes que definen la impronta del modelo formoseño son la celeridad, la dinámica y la rapidez en la atención de las emergencias –además de la consideración puesta en el proyecto de largo alcance–, y este proceso de atención inmediata creó todo un estilo de gobierno que la comunidad formoseña ha comenzado a ver como cotidiano, aumentando, como es de suponer, el nivel de exigencias de la gente, que observa cuidadosamente, y con conciencia social, esta impronta permanentemente puesta de manifiesto en la atención de los problemas sociales.
Ello, como no puede ser de otra manera, aumenta las exigencias de satisfacción inmediatas de necesidades y problemas.
Es de hacer notar que el tiempo de sequía transcurrido ha sido y sigue siendo tan intenso que, a lo largo de setenta y tres años, no se registraban índices parecidos. Por eso mismo, el panorama que se tiene por parte de quienes trabajan concretamente en los lugares en los que la emergencias se producen, difiere del panorama de quienes hacen de esta cuestión teórica, es decir, de los que no tienen la experiencia práctica de atender las contingencias, o de quienes teniéndola, soslayan la cuestión subordinándola a un mero asunto administrativo.
Como se sabe, la demanda de energía eléctrica es, actualmente, cercana a los 160 MW, de los cuales entre 100 y 105 MW corresponden a la ciudad capital, entre 20 y 22 MW a la zona de Clorinda y Pilcomayo, y el resto al sur, centro y oeste formoseño. Es necesario comprender que la energía eléctrica se define como una cuestión de disponibilidad, es decir, no puede guardarse para tiempos mejores o peores, sino que debe disponerse permanentemente, de acuerdo con las exigencias que cada momento impone. Pero también es cierto, fundamentalmente, que el crecimiento sostenido que Formosa viene desarrollando en esta materia obliga al rediseño de la matriz energética de renovadas formas.
Es bueno hacer memoria y recordar, en este sentido, que durante la década del 90, el crecimiento del país no estuvo sostenido en el modelo productivo y sí en un modelo de especulación, como consecuencia de lo cual no hubo “necesidad de crecimiento”, pues éste no era la alternativa. De manera que en la cuestión hídrica fueron las obras de infraestructura que dieron desarrollo al modelo formoseño las que marcaron la impronta en la provincia, ya que no en el país.
El año 2006 señala una demanda de entre 127 y 130 MW. En el año 2007, la demanda oscilaba en 140 MW, en tanto que en el año 2008, la demanda creció a los 160 MW, lo que da la pauta del crecimiento que Formosa vive.
Finalmente, un párrafo aparte merece el mejoramiento de la calidad de los servicios en este nuevo tiempo, sobre todo en el sector de la gestión pública y de los servicios. Se ha avanzado mucho, pero aún faltan muchas cosas por hacerse. En Capital, como se ve, ya llega el agua potable al barrio Virgen de Luján y llegará al barrio Eva Perón, un agua de calidad como la de todos los demás sectores de a ciudad, superando así el histórico desabastecimiento que quedará olvidado para siempre. En el interior, las obras hídricas provenientes y derivadas de la obra de la ruta provincial Nº 28 permitieron abastecer de agua potable a todo el centro-oeste y oeste formoseño, no sólo con un leve aumento en el caudal de agua en todas las poblaciones sino posibilitando contar con un agua de calidad, lo que también interviene en la consideración de lo que significa inclusión social como consecuencia de la igualdad de oportunidades. |
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