El presidente de la República suspendió por un rato sus vacaciones. Un helicóptero lo fue a buscar a la residencia de Anchorena, para sobrevolar las zonas afectadas por la sequía. En este "tour" le acompañaron su hermano Jorge Vázquez, prosecretario de la presidencia, el coronel Waldo Cortese del Sistema de Emergencias y el ministro de Ganadería, Ernesto Agazzi.
Como se sabe, en importantes áreas del territorio nacional, la situación es muy difícil, con animales muriendo de sed y duras perspectivas de futuro ya que la falta de lluvias ha comprometido la producción futura. Las zonas más sufrientes están en Flores, Florida, San José, Canelones, Montevideo, Maldonado y Rocha.
Desde el aire, el presidente vio una combinación de co- lores amarillos, marrones y verdes. Miró e hizo preguntas. Luego le dijo al ministro: "Se ve que no es una situación de catástrofe generalizada, hay una situación variable. En algunos lugares hay manchones verdes". De todas maneras pidió que se le "preste atención a los productores".
Luego de eso, volvió a Anchorena y sus acompañantes de vuelo quedaron encargados de encarar una conferencia de prensa sobre el tema, en la residencia presidencial montevideana.
Da la impresión que Váz-quez no aquilató en su dimensión real la situación que vive el campo. Tampoco logró esa percepción el ministro Agazzi, quien descartó aplicar medidas como la exoneración de impuestos a los productores, aunque muchos de ellos ya en los hechos han caído en cesación de pagos impositivos para poder atender sus necesidades más urgentes.
Hizo bien el senador Jorge Larrañaga al pedir que el gobierno convoque al comité de crisis en forma urgente y destine una partida de 100 millones de dólares para forrajes y préstamos blandos para productores, así como rebaja tributaria. Dijo: "es preocupante que el gobierno no reconozca algo que se agrava hora a hora". Enfatizó que el gobierno "debe terminar la siesta de verano".
La actitud presidencial, en cierta forma recuerda un filme tragicómico en que el inglés Alec Guinness, interpretando a un militar, definía su momento como "situación desesperada pero no grave".
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