La histórica bajante del río Paraná, provocada por la persistente sequía en toda la extensión de su cuenca, llegó al Río de la Plata. Y el temor de quedarse sin agua se instaló en la región: más del 50 por ciento del servicio que abastece a La Plata, Berisso y Ensenada proviene de la toma de agua ubicada en Punta Lara.
Aguas Bonaerenses SA (Absa), concesionaria del servicio en la región, indicó que “no habrá problemas”, pero pidió a los usuarios “cuidar” el agua potable. En especial, en ciudades como Bahía Blanca y Médanos, donde la situación es “crítica” y hasta se llegó a “racionar la entrega del agua”.
El gerente de Operaciones de Absa, Luis Volpi, descartó que la baja del río Paraná -y, por ende, del Río de la Plata- vaya a afectar la “toma de agua de Punta Lara, con la que se abastece al 50% de la población de La Plata”. Y aseguró que el descenso no perjudicará el servicio en la región. No obstante, aclaró que en la capital bonaerense, “el 50% del agua proviene de perforaciones que bombean desde el acuífero Puelche y, a raíz de la falta de lluvia, se ha registrado una baja en los niveles dinámicos de las perforaciones, lo que obliga a nuestra gente a trabajar para ir a buscar el agua más abajo”. Esto significa “una merma importante en los caudales de producción”.
En los últimos días, la región evidenció problemas con el agua. La protesta de los vecinos de Villa Alba (613 entre 123 y 124) se sumó a la del pasado lunes cuando un grupo de vecinos del barrio San Carlos cortó una de las manos de la calle 520 y 143 para exigir la habilitación de la red de agua que hizo hace 2 años una cooperativa del programa Agua Más Trabajo. También se denunciaron problemas de presión en el barrio El Carmen, Barrio Aeropuerto, Tolosa y Ringuelet, y pérdidas de agua en Los Hornos.
“Estamos poniendo todo lo que tenemos; todo el personal está haciendo un esfuerzo terrible para mantener nuestro sistema operativo”, por lo que Volpi reclamó “a la gente que cuide el agua”. El gerente de Absa negó que se esté pensando en “discontinuar la entrega de agua”, aunque reveló que la situación es grave en otras zonas de la provincia de Buenos Aires, en particular en Médanos, donde “tenemos racionalizada la entrega de agua”.
Una situación similar vive Bahía Blanca, donde a raíz de la falta de lluvias la situación es delicada. “Estamos en una de las cotas más bajas en la historia y podemos llegar a tener alguna dificultad en lo que hace a la calidad. “Hoy por hoy seguimos manteniendo la producción pero estamos en situación crítica”.
Problemas para los Bomberos
La bajante del río provocó una merma en el caudal de los arroyos que cruzan la ciudad. Y esto afectó a los Bomberos de la región. ¿Por qué? Por ejemplo, en la quema de pastizales registrada en la autopista La Plata-Buenos (entre el kilómetro 45 y 49) las dotaciones se ven impedidas de acceder al agua de los arroyos. “Están muy bajos, casi secos. Esto complica nuestra tarea, ya que no podemos tomar agua de allí”, indicaron desde el Cuartel de Bomberos de Ensenada.
Panorama desalentador
La bajante de los ríos Paraná y de la Plata se debe a la escasez de lluvias en el noreste argentino, lo que afectaba actividades recreativas en sus balnearios pero no el tráfico fluvial. Fuentes de la Prefectura Naval (PNA) de Rosario indicaron que el Paraná tuvo ayer una altura de 1,07 metros, mientras autoridades municipales clausuraron algunos balnearios, debido a que las playas se han extendido hasta muy cerca del canal, lo que resulta riesgoso para los bañistas.
La jefatura de Operaciones de la PNA pidió a los navegantes que extremen las medidas de precaución para evitar accidentes, y “circulen lentamente y con cuidado”, dijo su titular Sergio Charles, que advirtió que “hay zonas como el banco de San Andrés y Los Benitos en las que ya no se puede navegar”.
Raúl Rainone, jefe de Defensa Civil, comentó que el río podría continuar bajando, por lo cual su dependencia y la Guardia Urbana Municipal (GUM) aumentarán los controles y la señalización del río.
El antecedente
A pesar de que Absa aseguró que “no faltará agua en la región”, ya existe un antecedente. En Santa Fe, la bajante no se manifestó en las costas, pero la empresa Aguas Santafesinas SA (ASSA) de esa ciudad tomó previsiones ante eventuales problemas en el suministro de agua potable.
Una fuente de la empresa señaló que en la zona de la capital santafesina la toma de agua se realiza en forma normal, “con menor afectación de la captación” que en la zona de Rosario, donde se aprecian “algunas dificultades”.
ASSA informó que en Rosario se incorporó una bomba extractora suplementaria y que en el norte provincial puede experimentarse mayor turbiedad en el agua, pero sin que eso afecte su calidad ni represente riesgo para su consumo. Obras Sanitarias de Paraná descartó que pueda verse afectada la distribución de agua potable, ya que el caño para extraer el líquido se encuentra casi en el centro del río.
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