“La cosecha gruesa de 2008 fue muy mala por la sequía, y 2009 será un año de transición en el que no se invertirá” apuntaron durante los últimos días del año viejo desde la Federación Argentina de Contratistas de Maquinaria Agrícola (Facma).
El 2008 terminó con saldos negativos para el campo, con la caída en un 50% de los ingresos de las cosechadores, y como la peor campaña de trigo de los últimos 20 años y un nivel de rentabilidad que terminó en rojo.
Es que los niveles de lluvia caída en el país durante el año pasado, sobre todo en la región central, fueron los más bajos de los últimos 47 años.
Arrastrando la pérdida de cosechas y de animales, las lluvias totalizadas durante el 2008 mostraron un patrón deficitario, lo que en la región central representó del 40 al 60% del valor normal de agua caída.
María de los Milagros Skansi, integrante departamento de Climatología del SMN, explicó que esta situación “se debe en parte al efecto del fenómeno de La Niña que tuvo lugar en el verano de 2008” y que ocasiona “pocas precipitaciones”.
El trabajo del Departamento de Climatología destacó que en cuanto al comportamiento de las lluvias en el último trimestre, “los mayores déficits tuvieron lugar en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires”.
De hecho, más de 40 distritos de Buenos aires fueron declarados en emergencia por estar afectados por sequía. Los últimos en sumarse fueron General Paz, Carmen de Areco, Suipacha, Laprida, Chascomús, General Belgrano, Chivilcoy, Trenque Lauquen y Magdalena, informó el ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense.
Además, el informe del SMN da cuenta de que en el norte argentino se registraron precipitaciones “especialmente en octubre” y en algunos sectores del litoral, se dio la particularidad de que hubo “20 días consecutivos sin lluvias”. El SMN alertó que las lluvias en la ciudad de Buenos Aires durante el 2008 mostraron también un comportamiento deficitario con precipitaciones inferiores a las normales desde noviembre de 2007 y durante 14 meses consecutivos.
El total de lluvia caída en la ciudad durante el mes de diciembre pasado fue el más bajo del período 1961-1990 con 23,6 milímetros contra un promedio habitual de 105.
Para el 2009, Skansi anticipó que “aunque empezó un enfriamiento en el Océano Pacífico, las características climáticas que se están registrando son similares a las de La Niña”. Estimó, por tanto, que “hasta el mes de marzo no debería haber cambios significativos y va a llover menos de lo normal”.
Los especialistas comparan climatológicamente a la sequía registrada en 2008 con la que afectó a Argentina entre los años 1988/89. En términos económicos, las pérdidas alcanzan los 884 millones de pesos en Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes y Río Negro, según los primeros cálculos realizados en esas provincias. A esto se suma la merma en la superficie de trigo y de maíz que podrían derivar en una caída de ingresos en la cosecha por 700 millones de dólares (400 millones por el trigo y 300 millones por el maíz).
Además de la producción agrícola, la escasez de lluvias afectó a la ganadería: se perdieron más de 700.000 cabezas de ganado en Buenos Aires, Santa Fe, La Pampa, Chaco, Río Negro y Corrientes.
En Buenos Aires, el gobierno provincial calculó que hubo una reducción del 30% de la superficie sembrada de trigo. “La Provincia enfrenta una de las sequías más crudas de los últimos tiempos”, afirmaron altas fuentes del Ministerio Asuntos agrarios bonaerense
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