El Instituo Nacional del Agua (INA) emitió el 12 de diciembre de 2008 un estudio que cayó muy mal en Santa Fe porque adelantaba lluvias inferiores al nivel normal para todo el verano. Esta semana, los especialistas van a corregirlo con nuevos datos. “Hay consenso en que la situación va a ser peor aún”, afirmó Juan Borús, del área de pronóstico hídrico del ente oficial, que emitió en la semana un alerta para la zona.
“La sequía se extiende y se agrava en las próximas semanas porque no habrá grandes lluvias al menos hasta el 31 de marzo”, adelantó el ingeniero del INA a Crítica de Santa Fe, y explicó además que la seca se debe a las bajas precipitaciones en toda la Cuenca del Plata y la disminución de los niveles fluviales.
Borús dijo que en términos científicos no es posible ir más allá de dos meses en cuanto a pronóstico pero no descartó una prolongación de la sequía. En ese sentido, recordó que entre 1972 y 1973 el nivel de precipitaciones se incrementó en la región. Condición que se interrumpió y revirtió en 1999, cuando empezó una nueva disminución general de las lluvias. Es decir, la tendencia indica que el descenso en las precipitaciones llegó para quedarse un tiempo.
La licenciada María de los Milagros Skansi del departamento de Climatología del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) coincidió: “Estudios recientes indican que esta década puede ser más seca y repetirse un ciclo que se dio de 1930 a 1940 en el siglo pasado”.
La especialista afirmó que existen “ciertos cambios” en los parámetros observados. Un ejemplo de ello es el Indice de Precipitación Estandarizado (IPE) que cuantifica las condiciones de déficit o exceso de precipitación en un lugar. En el caso del norte de Santa Fe la sequía meteorológica se remonta a los últimos 18 meses con el pico máximo de escasez de humedad.
Para estos tres meses de verano, se esperan precipitaciones inferiores al registro normal. Eso, sumado a que el invierno suele ser una época de pocas lluvias, hacen que las últimas esperanzas estén sujetas a un comienzo del otoño con agua. ¿Qué pasará si eso no ocurre? “No podemos asegurarlo, pero la tendencia es que empeore la situación”, alertó Skansi.
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