Un tipo de trabajo que rara vez se presenta comenzó sorpresivamente a desbordar en las últimas semanas los encargos que reciben las cerrajerías de la Ciudad: desencajar puertas y portones atrapados por sus marcos. Aunque extraño, el fenómeno es una de las manifestaciones más claras de cómo la sequía afecta nuestra región.
A consecuencia de la escasez de lluvia, particularmente marcada desde noviembre pasado, "la napa freática no se recargó y es probable que se haya hundido el suelo en algunas zonas", dijo el ingeniero Jorge Lanfranco, titular de la Cátedra de Edafología de la facultad de Ciencias Agrarias de la UNLP.
Al descender el nivel de los terrenos, aquellas casas con cimientos menos firmes sufrieron movimientos en sus estructuras que se manifestaron con resquebrajamientos de paredes y puertas atrapadas por el peso de sus marcos.
También los pozos que abastecen piletas y viviendas ubicadas en zonas donde no llega la red de agua acusaron la prolongada falta de lluvia. En City Bell, Villa Elisa y Villa del Plata, un número llamativo de vecinos se vio obligado en las últimas semanas a incrementar la profundidad de las excavaciones para alcanzar la napa de agua dulce.
"Es comprensible: en los últimos dos meses llovió en La Plata apenas un 10 % de lo que suele llover en esta época. Mientras que la media histórica para noviembre y diciembre ronda los 100 milímetros, esta vez se registraron apenas 11 y 12 milímetros" respectivamente, señaló el ingeniero Marcelo Asborno, titular de la cátedra de Climatología de la facultad de Ciencias Agrarias de la UNLP.
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