La región norte de Buenos Aires está atravesando una de las sequías más intensas de las últimas décadas. Pergamino no es la excepción. La dimensión del área abarcada muestra además el gran alcance territorial de este déficit. La figura Nº 1 muestra que para Pergamino y algunos partidos aledaños, como por ejemplo Colón, Rojas, Salto y General Arenales, la mayor parte del área cuenta con reservas de entre 0 y 10% de agua útil. El nivel de 0 por ciento de agua útil, denominado punto de marchitez permanente, es aquél en el cual la intensidad del déficit es irreversible y lleva a la muerte de las plantas.
“Para ejemplificar la dificultad de un cultivo para obtener la escasa humedad contenida en el suelo a los niveles actuales, cabe acotar que al alcanzar el punto de marchitez permanente el suelo ejerce sobre el agua una fuerza de retención de 15 atmósferas, que a su vez es la necesaria para elevar una columna de agua de 150 metros. La raíz de la planta debería ejercer una fuerza de extracción superior para poder absorber agua”, graficó el ingeniero agrónomo Gustavo Ferraris, del área de Desarrollo Rural de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Pergamino del Inta.
A los fines de prever futuras acciones, el viernes en la Secretaría de la Producción y Desarrollo Económico se llevó a cabo una reunión de la que participaron el titular de dicha cartera, ingeniero agrónomo Daniel Freggiaro, productores, asesores privados y representantes de las entidades agropecuarias, quienes realizaron un ajustado análisis de la situación, de la evolución y de los efectos de la sequía que afecta una amplia superficie de la pampa húmeda sobre los cultivos y pastizales.
“Tal análisis, basado en la información meteorológica y climática del Inta, fue realizado por profesionales de las entidades de los productores y asesores privados para transformar los datos técnicos en información para uso regional”, explicó Daniel Freggiaro, que agregó: “Las opiniones son coincidentes en el sentido de la intensidad y magnitud de la sequía, que sin dudas tiene características excepcionales, pero que en otros momentos de la historia de la región ya tienen registro”.
La evaluación del estado de situación pretende establecer una base de información suficientemente consistente como para que, llegado el caso, se puedan gestionar las medidas gubernamentales que correspondan. En ese sentido Freggiaro sostuvo que “la herramienta más inmediata es la aplicación de la Ley de Emergencia y Desastre Agropecuario (Ley Nº 10.390) y sus modificatorias, que establece una serie de posibles ayudas a los productores afectados por adversidades no asegurables” (ver “Beneficios…”). Cabe recordar que la última vez que en Pergamino se declaró la emergencia agropecuaria fue por razones inversamente proporcionales, cuando la inundación de 1995.
Daniel Freggiaro se encargó de recalcar que la del viernes fue la primera reunión de varias más, la que sólo tuvo la finalidad de un primer acercamiento para evaluar la magnitud de problema. En caso de que no se registren precipitaciones y la situación no cambie, para la semana que viene se realizará otro cónclave con los mismos interesados y, antes de ello, el secretario de la Producción informaría al intendente municipal sobre los resultados de los análisis efectuados.
Aunque la Secretaría de la Producción analiza la magnitud de las eventuales pérdidas y su impacto en la actividad económica de la ciudad y la región, “por ahora sólo es posible realizar aproximaciones y estimaciones basadas en escenarios potenciales”, dijo Freggiaro. No obstante, las pérdidas serían en millones de dólares y el impacto en la economía local tendría efectos negativos, sabiendo la importancia que la producción granaria tiene en el bolsillo de los pergaminenses.
Bajo promedio de lluvias
Para resolver este déficit y alcanzar una condición normal (50% de agua útil en el suelo) la región debería recibir entre 100 y 120 milímetros en los próximos 15 días.
El agotamiento de las reservas de agua en el suelo se produjo a causa de la escasez de precipitaciones durante la mayor parte del año, sumada a temperaturas por encima de lo normal en otoño, invierno y primavera.
El año 2008 mostró en la EEA Pergamino del Inta un registro acumulado de 573 milímetros, sensiblemente inferior al de los años 2006, 2007 y al promedio histórico (1910-2007) que roza los 1.000 milímetros (970 milímetros), según datos del área Agrometeorología de la EEA Pergamino del Inta (ver Figura Nº 3). A excepción de noviembre, caracterizado por sus altas temperaturas y con un pulso de precipitaciones a final del mes, todos los meses del año mostraron un registro hídrico menor a la media.
“Estas pocas lluvias se están reflejando en el estado general de los cultivos de la cosecha gruesa, el maíz y la soja. Este déficit de humedad no solamente es una consecuencia de falta de precipitaciones sino de altísimas temperaturas: en noviembre tuvimos récord de temperaturas, fue muy caluroso, además de que prácticamente no llovió”, explicó el ingeniero agrónomo Daniel Lavezzari.
|
|
|