Vecinos autoconvocados de Las Coloradas denunciaron que el agua que se distribuye en la red de esa localidad está contaminada. Así lo refleja el último análisis bacteriológico que gestionó el hospital local en un laboratorio de San Martín de Los Andes.
El informe fue notificado el 21 de diciembre pasado y asegura que el agua no es apta para consumo humano. Es porque presenta un alto nivel de bacterias coliformes totales y fecales en cuatro de las cinco muestras que se realizaron en distintos puntos estratégicos de la red de distribución local.
«Los últimos análisis indican que el agua está contaminada en toda la red. Es una situación que se reitera todos los años y que pone en riesgo la salud de los habitantes», sostuvo el párroco Martín Gottle, quien a la vez se presentó como vecino autoconvocado por el agua potable.
Elsa Alarcón, otra vecina autoconvocada de la localidad, agregó que la única muestra que demostró que el agua es potable corresponde a una vertiente ubicada a un kilómetro del ejido urbano. Los pobladores optan por extraer de allí el vital recurso para su consumo en lugar de abastecerse de la red local.
Semana
Las muestras fueron tomadas el 17 de diciembre del año pasado, en el transcurso de la última semana epidemiológica que comenzó el 14 y culminó el 20. Durante este período, el director del hospital, Tomás Villagra, comentó que se registró un aumento de casos de diarrea, que coincidió con la falta de potabilidad que reveló el análisis bacteriológico.
«Fueron seis los casos de diarrea en adultos y niños. Estos se trataron en el hospital y los resultados fueron favorables», sostuvo el doctor. Y agregó: «Son los casos esperados, en función de la tasa de prevalencia que hay en Las Coloradas, la cual es alta».
La vecina recordó que en 2007 una niña de Las Coloradas contrajo el síndrome urémico hemolítico y murió. Un año después, se denunció que el agua no era potable y que existían 200 casos de diarrea en la localidad.
«Son muchos años sin una solución. Hace 14 años que se reclama por el agua. La protesta histórica ha sido por la cantidad, pero en los últimos cinco años se exige además calidad. El agua no es apta por ser turbia o por presentar bacterias coliformes», relató el párroco Gottle. Preocupados por la situación, vecinos autoconvocados y pobladores de la zona se reunieron el viernes pasado y procuran volver a hacerlo el sábado próximo en la parroquia Nuestra Señora de Las Coloradas.
«No queremos más promesas sino soluciones. Los chicos corren un serio riesgo y nadie se hace cargo. La salud de los ancianos también está muy expuesta», manifestó Alarcón. Gottle expresó que esperarán los resultados de las muestras que se tomarán el 14 de enero e insistirán con el reclamo.
Potable
Gottle solicitó el aprovisionamiento de bidones de agua potable en lo inmediato porque «una obra para subsanar la situación va a demorar». En tanto, los vecinos autoconvocados se reservarán el derecho de iniciar acciones legales por incumplimiento de los deberes de funcionario público.
El párroco Gottle confirmó la posibilidad de cursar una acción legal y sostuvo que la responsabilidad que recae sobre el suministro de agua potable en la localidad es competencia municipal. «Si el Municipio no lo hace ni advierte a la población, es responsable del daño que pueda causar», agregó.
El vital recurso, que se extrae del río Catan Lil, no recibe un tratamiento tal para que el agua sea potabilizada, según afirmaron. A la vez advirtieron que se encontraron gusanos en la red; que la localidad carece de una red de afluentes cloacales y que los pozos ciegos de muchos domicilios están colapsados.
«El tema es complejo, las respuestas no llegan, la comunidad está cansada y estamos cada vez peor», sostuvieron los vecinos consultados. El párroco agregó que la situación no aduce ninguna mejoría cualitativa con el pasar de los años. «Hace 18 años éramos 600 habitantes. Hoy somos 1.000 y no se han hecho modificaciones significativas en el sistema de agua potable para garantizar su potabilidad y el suministro durante las 24 horas», concluyó.
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