Los cauces de riego y aluvionales de Lavalle están siendo limpiados exhaustivamente. Como nunca se hizo antes, se destinaron ocho máquinas y más de 20 operarios de Irrigación a la tarea.
Es un emprendimiento conjunto de ese organismo, el Gobierno provincial y la Municipalidad de Lavalle, cuyo principal objetivo es hacer descender el nivel de las napas freáticas en más de 25.000 hectáreas del norteño departamento. Hasta el momento se limpió cerca del 40% de los 250 kilómetros de colectores que surcan Lavalle.
Los trabajos se iniciaron en la denominada quinta zona de Irrigación, la cual está prácticamente despejada de malezas y otros obstáculos para el agua, y proseguirán en la cuarta. Es decir, las obras se iniciaron en el Norte departamental y se irán extendiendo hacia el Este, donde abarcarán una porción del distrito Nueva California, de San Martín.
Según las estimaciones oficiales, en unos 45 días más la tarea estará terminada. “En los últimos 40 años jamás se hizo un trabajo integral de esta magnitud”, afirmó el gobernador Celso Jaque, ayer, mientras recorría la zona en un helicóptero, acompañado por el intendente lavallino, Roberto Righi, y dos periodistas.
El mandatario provincial resaltó que “esto nunca se hizo porque se decía que no estaba al alcance de la economía provincial. Se pensaba en una licitación y en los costos que eso significa”.
En cambio, “nosotros nos pusimos a analizar cómo concretarlo y vimos que haciendo un esfuerzo conjunto se podía. En base a esta experiencia vamos a limpiar todos los cauces de la provincia, empezamos por Lavalle porque era el departamento más postergado”, señaló Jaque.
El nivel de las napas
El despliegue de Irrigación implicó la concurrencia de todo su equipamiento mecánico, además del personal que opera el mismo, a Lavalle.
“Tenemos que agradecerles a los trabajadores que vinieron desde el Valle de Uco y otros lugares de la provincia, dejando a sus familias para ayudarnos a mejorar nuestra producción”, coincidieron unos 15 productores locales, quienes cumplen funciones dirigenciales en el organismo del agua, y que se encontraron con el gobernador Jaque y el intendente Righi en el polideportivo de Villa Tulumaya.
“El nivel de las napas es uno de los principales problemas para la producción agrícola de Lavalle, por eso es de vital importancia este trabajo”, sostuvo el jefe comunal. El problema de napas en Lavalle se agrava porque los cauces aluvionales más importantes del Gran Mendoza, como el canal Cacique de Guaymallén, llevan agua hacia el departamento del Norte.
“Este trabajo es parte de una reparación histórica”, indicó el cacique comunal. Además, enfatizó las mejoras a la economía local que significará la limpieza de cauce.
“Al drenar fluidamente el agua, tendremos disponibilidad para regar unas 5.000 hectáreas más que hoy podrían producir y no lo hacen por falta de agua”, dijo. Asimismo, en Lavalle esperan contar con agua para humedecer una mayor superficie de pastoreo para el ganado caprino, una actividad que “tiene una gran potencialidad”, expresó Righi.
Mientras los hombres de Irrigación van abriendo los cauces, hay obreros municipales dedicados a la limpieza de los puentes que atraviesan las arterias del sistema de riego y aluvional. El intendente reconoció que esos cruces se hicieron mal en muchos casos, sin tener en cuenta que debía drenar agua, y después nunca se hizo el mantenimiento adecuado.
Perspectivas para los chivitos
Tras los trabajos de limpieza de cauce, Lavalle tendrá que esperar algunos años para recuperar algunas tierras arruinadas por la humedad. Pero también espera sacar provecho de la posibilidad de humedecer parcelas desérticas que le darán chances de desarrollo a la ganadería caprina.
Según el intendente Righi, “es más grande la demanda que las posibilidades del departamento de abastecerla”. El cacique ya habla de una alianza estratégica con Malargüe para conformar a los mercados ávidos por los chivitos.
Si bien los animales tienen distinto sabor debido a las pasturas de uno y otro departamento, para el cacique se puede conformar un mercado común. El malargüino Celso Jaque compartió la idea.
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