Por primera vez desde que asumió, el ministro de Aguas y Servicios Públicos, Antonio Ciancio, visitó hoy la sede del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress). Su cartera y el organismo de control mantienen una relación particular, desde que el gobernador Hermes Binner dijo que el ente ya no tenía razón de ser, a partir de que el servicio de agua potable otra vez estaba en el Estado. La eventual desaparición del Enress iba a ser compensada por un nuevo marco regulatorio de los servicios públicos. Promediando el 2008, ante un organismo con directorio acéfalo y un marco regulatorio todavía en pañales, el Ejecutivo anunció el inminente envío de pliegos para cubrir las vacantes. Habían trascendido hasta los nombres de los propuestos, pero -según afirman- nunca se logró acordar con el peronismo, que debía aportar otro postulante. Así pasó el año, sin marco regulatorio ni pliegos enviados. En este contexto de acefalía total, hoy el ministro Ciancio estuvo en el organismo y habló con El Litoral.

—¿Primera visita al Ente?

—A la casa sí; hemos estado reunidos a veces con los miembros, pero visita-visita es la primera.

—¿No dejó pasar mucho tiempo?

—No, bueno. El tiempo es una cosa muy relativa.

—¿Y por qué los visita hoy?

—Por un lado, por la necesidad de conocer cómo se está trabajando. Por el otro, para ver temas que tenemos en común, como la calidad de agua en las distintas localidades. Queríamos contarle a los empleados cuáles son los planes que tenemos en el largo, mediano y corto plazo, porque si bien esto es público y notorio, nunca está de más hacerlo de primera mano y establecer algunos mecanismos de trabajo conjuntos para tener una relación mucho más cercana en el tiempo. Nosotros no queremos una relación por expedientes, aunque lamentablemente hay que hacerlos. De lo que se trata es de avisar que un problema se ha resuelto sólo levantando el teléfono a través de una relación más directa. Vine a ponerme a disposición del Ente para evitar que pase mucho tiempo en las comunicaciones y como decimos, si los expedientes van por las escaleras, en temas tan sensibles como la salud humana, nosotros queremos ir por el ascensor.

—¿Qué respuesta tiene para la preocupación del personal por la acefalía que sigue teniendo este organismo de control?

—Una de las cosas por las que vengo es para darle tranquilidad a los empleados porque estamos convencidos de la calidad e idoneidad profesional del personal que aquí trabaja. En cuanto a la situación particular del Ente, estamos en la búsqueda de un nuevo marco regulatorio con la participación de la sociedad civil, y sea poco o mucho tiempo el que nos demande, seguimos en ese trabajo. No es fácil tener la normativa y un organismo conformado donde todos participen. Estamos reuniéndonos con organizaciones cada quince días y son largas charlas. Esto, que es muy importante, a veces conspira contra lo urgente que implica resolver esta situación.

—¿Es un marco regulatorio que se piensa sólo para el agua o podría abarcar también otros servicios, como la electricidad?

—Ésa es una discusión que no está saldada. Contar con un ente único tiene sus pro pero también sus contra. Ahora, estamos muy abocados al tema del agua. Confiamos en que en 2009 tengamos terminada la normativa. Ya tenemos listos algunos borradores como para empezar a caminar un sendero de definiciones.

—¿Mientras tanto qué pasará, porque el envío de pliegos que parecía inminente el año pasado finalmente no se dio, y el Ente sigue acéfalo?

—Ahí hubo una interferencia del orden político que nosotros no manejamos y por lo tanto eso quedó mediatizado. Veremos ahora con la reanudación de la actividad política cómo discurre eso.

—¿Pero la decisión del Ejecutivo sigue siendo cubrir esas vacantes?

— En ese momento era cubrirlas. Ahora tenemos que discutirlo. No hay una decisión tomada aún.

Indefinición para 2009
Cuando el gobierno decidió en 2008 enviar los pliegos a la Legislatura, trascendió que el esquema para cubrir las vacantes implicaba un nombre propuesto por cada uno de los partidos que integran el Frente Progresista -Socialismo, ARI, Democracia Progresista-, uno sugerido por el sindicato y otro por el Justicialismo. Pero según dijo Ciancio hoy, los acuerdos no llegaron a cristalizarse y los casilleros nunca se completaron.
Qué sucederá con esas vacantes este año es un interrogante que al parecer no tiene respuesta inmediata. Según pudo saber este diario, aun cuando los acuerdos políticos esta vez sí prosperasen, a la hora de tomar la decisión se evaluaría el grado de avance de la redacción del marco regulatorio.
Si dicha normativa -que obligaría a un rediseño de todo el organismo de control- se termina de elaborar a tiempo, el Ejecutivo podría prescindir de enviar los pliegos a la Legislatura.