Vecinos y turistas coinciden en utilizar para andar en bicicleta o para tomar sol a las inmensas playas de tierra que por estos días cambiaron el paisaje en la laguna de Chascomús. Allí, y como consecuencia de la sequía que afecta a la provincia de Buenos Aires, la laguna se retiró más de diez metros de la costa, estableciendo una marca histórica y sembrando la preocupación entre los vecinos y las autoridades.
"Hay una merma importante en el volumen de agua que se agrava cada día por la falta de lluvia y por la evaporación natural. Y esto tiene que ver con la sequía que afecta a toda la zona", le decía ayer a este diario Jorge Brucetta, secretario de Gobierno y Hacienda de la comuna de Chascomús, quien destacó que "en todo el 2008 llovió un 50% del promedio anual de la región en los últimos 30 años".
Ayer por la tarde una lluvia intensa cayó en la zona de Chascomús después de tres meses, llevando algo de alivio a la situación, pero sin lograr despejar las preocupaciones ni modificar sustancialmente el panorama.
"NO AFECTA AL TURISMO"
Brucetta indicó que hasta ahora la bajante no afectó al turismo, ni generó mortandad de peces. "Las reservas turísticas que se habían hecho para esta época se están cumpliendo con normalidad. Desde ese punto de vista no ha habido repercusión, ya que la ciudad ofrece el atractivo de la laguna, pero también otros de carácter histórico y cultural", dijo el funcionario, quien agregó además, que no existe riesgo de que se produzcan mortandades masivas de peces.
La laguna, que tiene más de 3.000 hectáreas, es un atractivo de la ciudad que convoca a pescadores y turistas durante todo el año.
Forma parte de un sistema de 7 lagunas encadenadas, algunas de las cuales, como la Barrancas, presentan hoy situaciones aún más complicadas que el espejo de agua de Chascomús.
De hecho muchos vecinos creen que dada la importancia de la sequía que afecta a la zona, la situación de la laguna de Chascomús podría ser todavía más difícil.
En el lugar remiten a la última bajante importante que se registró en en el año 2005, cuando el tradicional cruce a nado por el espejo de agua se hizo caminando. Pero la sequía más importante ocurrió 25 años atrás, según explicó Brucetta.
IMPACTO EN LA PRODUCCION
Con todo, no es la situación de la laguna la que más preocupa a los vecinos de la zona, sino el efecto que la sequía está produciendo en el campo y que llevaron a que el distrito sea declarado en emergencia en el mes de diciembre, mientras ahora se pide que se lo declare en estado de desastre.
"Puntualmente, son los productores ganaderos y tamberos los que están sintiendo con más fuerza el efecto del fenómeno climático", afirman en la comuna.
Según Brucetta, los primeros habrían perdido por efecto del clima montos estimados en 70 millones de pesos, que en el caso de los tamberos ascenderían a alrededor de los 20 millones.
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