"Se consumieron las fuentes de agua, los reservorios y la pastura es mínima", declaró el ministro de Economía, Producción y Empleo del Chaco, Eduardo Aguilar, poco después de que el gobernador provincial, el kirchnerista Jorge Capitanich, declarara el estado de emergencia agropecuaria para todos los departamentos de la región.
La sequía histórica se comió la mitad de los cultivos, que hasta el año pasado eran de 142 mil hectáreas y el rendimiento también cayó. "Antes oscilaba entre los 1700 y 2000 kilogramos, y hoy apenas llega a 800", informó Aguilar.
La medida, reclamada por todas las entidades del sector rural desde hace varias semanas, abarcará a todos los productores cuyas explotaciones hayan sido afectadas y tendrá vigencia por 180 días, que podría ser prorrogable luego de las evaluaciones que se realizarán de marzo a septiembre.
De acuerdo con el análisis de la Comisión Provincial de Emergencia Agropecuaria y de los informes de las Subcomisiones Zonales, "surge la gravedad en que se encuentran los productores agropecuarios con pérdidas en su producción y calidad, que superan el 50 por ciento", según los fundamentos de la normativa.
Por ejemplo, el cultivo de girasol en la provincia se redujo a menos de la mitad de lo producido el año pasado, debido a la prolongada sequía, según lo confirmó a Télam el ministro de Economía, Producción y Empleo provincial.
El ministro confirmó a Télam que ya se están pagando subsidios a productores que poseen hasta 200 cabezas de ganado, y que muchos agricultores están percibiendo el beneficio por las pérdidas que el granizo produjo en 30 mil hectáreas en noviembre pasado.
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