“Yo tengo una casa de barrio y pensé que el techo se me iba a volar, nunca viví algo así en mi vida”. Con estas palabras, Juan Carlos Verón de 48 años, graficó lo que vivió casi todo el departamento Jáchal durante la madrugada de ayer.
La lluvia comenzó acompañada de granizo a las 3 de la madrugada. Pero antes, el fuerte viento con relámpagos y truenos presagió lo peor.
Luego de tres horas, la tormenta causó una creciente que destruyó varias hectáreas de cosechas, derrumbó partes de algunas viviendas e inundó barrios enteros.
La zona más afectada del departamento del norte fue la Gran China, Villa Mercedes, Entre Ríos, La Laguna, Médano, San Isidro y Huaco.
“Hay gente que ha perdido toda su producción, esto es un desastre, Dios quiera que no llueva de nuevo”, dijo Verón, presidente de una unión vecinal, quien colaboró durante toda la jornada de ayer para asistir a los evacuados.
“Mucha gente no quería volver a sus casas de adobe por temor a derrumbes, van a necesitar nuevos hogares”, aseguró Verón.
Según el padre Ismael Soto de la parroquia de Jáchal, hubo más de 30 familias evacuadas en tres escuelas a quienes se les entregó comida y abrigo hasta que pudieran volver a sus hogares.
Entre los evacuados había niños y ancianos, lo que generó mayor dificultad a la hora de rescatarlos de sus propias casas en las primeras horas de la mañana. “Muchos ancianos no querían salir para no abandonar sus hogares y los chicos lloraban mucho, fue una situación muy complicada”, afirmó Verón.
Desde el municipio jachallero, dijeron que las pérdidas materiales rondan el 80 por ciento en Gran China y Villa Mercedes, las zonas más comprometidas por la tormenta.
El barro que arrastró la creciente dejó anegadas varias calles de acceso a las zonas afectadas por lo que tres movilidades de Gendarmería Nacional se trasladaron a la zona para intentar ayudar a las familias que permanecieron incomunicadas durante varias horas.
Muchos vehículos, entre ellos un colectivo que se trasladaba a San Juan, quedaron varados por el barro en medio de las calles.
Muchas familias de Jáchal recibieron el día sobre los techos de sus casas esperando ayuda para poder salir. En ese momento, los pobladores dijeron que en todo el lugar había un intenso olor a cebolla, consecuencia de los daños parciales y totales en la mayoría de las cosechas.
Hasta el cierre de esta edición no se habían reportado víctimas, informó la concejal Shirley Pérez, a cargo de los operativos que se realizaron por la mañana.
El intendente jachallero, Jorge Barifusa, llegó temprano a la zona afectada para colaborar junto a Gendarmería, empresas mineras, Hidráulica y Vialidad.
Debido a la dificultad para el relevamiento luego de la tormenta, el personal municipal debió recurrir a las camionetas todo terreno de las empresas mineras.
Fue imposible llegar a la zona de Entre Ríos durante casi todo el día porque es un lugar atravesado por el río y hasta que no baje la creciente no se podrá acceder para ayudar a los pobladores.
Según informaron desde Gendarmería, la ruta a Jáchal se encuentra transitable.
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