EL DATO:
Sólo el 15 por ciento, de tres mil productores goyanos, puede hacer frente a la sequía pues viven en la ribera del Paraná. El resto está asentado sobre la margen de la Ruta Nacional Nº 12, camino a Esquina, sin posibilidad de acceder al agua.
La sequía golpea con fuerza en la zona rural de casi todo el territorio provincial, pero no sólo porque mata animales y echa a perder la producción. Quienes también están siendo fuertemente afectados por este comportamiento de la naturaleza son los pobladores rurales que no cuentan con una red de agua potable y deben abastecerse de lagunas y arroyos.
En la edición de ayer, El Litoral se ocupó de un centenar de campesinos que fueron asistidos por el Municipio de Goya con tambores y bidones de agua en la Segunda Sección del departamento. Sin embargo, las familias se multiplican en diferentes zonas rurales.
De acuerdo a las declaraciones que hicieron campesinos goyanos, las lagunas se secaron por completo y las napas más cercanas también. Como si esto fuera poco, son pocos lo que cuentan con los medios para poder obtener el agua de bombeo.
Por ese motivo, la ayuda que llegó y además de la construcción de 130 tajamares para contener el agua de lluvia, fue muy importante. No obstante, de acuerdo a lo que contaron a través de Radio Power, los habitantes de los distintos parajes de la zona se encuentran sorprendidos, ya que de los espejos de agua de donde obtenían el agua para consumo no queda una gota.
Hasta el momento, se reparten dos tambores de 200 litros cada uno por familia y ese abastecimiento les dura aproximadamente dos días. De ese modo, se contabilizan sólo en el departamento de Goya, más de dos mil afectados que deben afrontar esta histórica sequía.
Según señalaron algunos campesinos “nunca ocurrió algo como esto, las lagunas se convirtieron en pozos secos, sin nada de agua”, y aseguraron que si la situación no cambia, en un mes “será desesperante”.
Debido a que las plantaciones se están secando, los agricultores goyanos están moliendo el maíz para darle de comer al ganado ya que se secó y no sirve para otra cosa. El mismo panorama se advierte con las plantaciones de tabaco que, por estos días, muestran un deterioro por los efectos del sol y la falta de hidratación suficiente. “Es imprevisible las consecuencias que nos esperan de seguir así”, dijo un productor del paraje Batel Araujo.
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