Cuando se entra en un año que podría marcar la continuidad de un alarmante período de sequía, de acuerdo con ciertos pronósticos meteorológicos, el fenómeno, cuyo impacto regional registra pocos antecedentes, tiene derivaciones políticas impensadas.
Los anuncios presidenciales del pasado miércoles fueron cuestionados, en general, por la dirigencia agropecuaria. Entre otros motivos, porque no incluyeron medidas de fondo para asistir a los miles de productores castigados por la falta de precipitaciones en varias provincias.
Pero, además, quedó al descubierto una inesperada situación alrededor de la entrega de 15 mil toneladas de maíz a productores de distritos del sudoeste, como resultado de una gestión que un ganadero hiciera en forma personal con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a fines del año pasado.
Entidades del agro, dirigentes y hasta intendentes municipales han cuestionado severamente el procedimiento elegido para el envío de aquel forraje, cuando lo correcto habría sido --entienden esos sectores-- que se apelara a las comunas de las zonas involucradas. Cosa que no se hizo y dio lugar, por lo tanto, a agudas críticas provenientes de diversos ámbitos. A partir de ahora, según decisión de la Casa de Gobierno, serán los municipios los encargados de recibir y distribuir el forraje.
La gestión de Juan Manuel Garciarena, titular de la cabaña Santa Paula, frecuente ganadora de campeonatos en las principales exposiciones del país, tuvo resultado positivo en cuanto a la obtención de aquella partida de maíz. Pero recogió, al mismo tiempo, el castigo de quienes sostienen que el mecanismo elegido no había sido el apropiado, ya que no participaron ni las instituciones representativas del agro ni los municipios de los distritos afectados por la seca.
El propio Garciarena fue invitado al acto realizado en Olivos, donde la presidenta Cristina Fernández hizo los anuncios. Y se lo vio en primera fila. Inclusive, al terminar la reunión, debió responder a algunas consultas de los cronistas de la televisión, apenas éstos lo identificaron como el protagonista de aquella historia. Programas radiales de Buenos Aires seguían consultándolo ayer.
Polémica más, polémica menos, lo cierto es que el agro del sudoeste bonaerense y del sudeste pampeano está atravesando uno de los períodos más difíciles de las últimas décadas. Los datos estadísticos publicados en nuestra edición del sábado anterior coincidieron, en definitiva, con los suministrados por el Servicio Meteorológico Nacional respecto de la totalidad de la Pampa Húmeda: casi ha transcurrido medio siglo desde una precipitación tan escasa como la de 2008.
Y el arranque del nuevo año no ha sido auspicioso. En particular, si se tienen en cuenta los vaticinios de la meteoróloga Stella Maris Carballo, formulados desde su despacho en el INTA Castelar.
"No hay tendencia a que se modifique la falta de lluvia", dijo, a manera de síntesis, con lo cual se acrecentaron los índices de preocupación de agricultores y ganaderos.
Carballo fue más precisa todavía, cuando dijo que "vamos a atravesar el otoño más seco de los últimos cien años" y consideró que el panorama será harto preocupante porque el próximo ciclo "se iniciará sin carga de agua en el suelo".
De hecho, esta situación ya se descuenta en el área de influencia de Bahía Blanca, donde --salvo excepciones-- la futura siembra de trigo estará comprometida, precisamente, debido a la escasa humedad acumulada. En rigor, habrá que ver cuántos agricultores estarán en condiciones financieras y anímicas de afrontar la siembra a partir de la llegada del próximo invierno. Si el otoño resultara como lo vaticina Carballo, no quedaría demasiado margen para iniciar aquella tarea.
En tal caso, la pregunta sería: si el chacarero de esta zona no puede sembrar trigo, ¿qué hará?
Carballo también dijo que se está frente a una "sequía de tipo agronómico y meteorológico que determina el nivel de cosecha" y agregó que ello arrastró otros problemas, como ataques de plagas que hace años no se daban".
Varios distritos de la zona pueden dar fe: los ataques de tucura han sido implacables, particularmente en sectores bajos y donde se aplica la siembra directa.
Para el jueves próximo, en la Bolsa de Cereales de nuestra ciudad, se anuncia la presencia de la licenciada Carballo. Será oportunidad propicia para escuchar mayores detalles de sus pronósticos, que han despertado los comentarios de rigor en los círculos agropecuarios.
En todo caso, conviene recordar las estadísticas consignadas en nuestra edición de hace una semana: en Bahía Blanca cayeron, el año pasado, apenas 348,8 milímetros, cifra virtualmente igual a la de la histórica sequía de 1962 (347,2).
En los últimos cuatro años (de 2005 a 2008), el promedio de precipitaciones en nuestra ciudad ha sido de 523,5 milímetros anuales, según los datos del Servicio Meteorológico Nacional. En cambio, en los cuatro precedentes (de 2001 a 2004), la media alcanzó a 791,4 milímetros. O sea, una diferencia en menos de casi 270 milímetros por año.
Monzó. Para el ministro de Asuntos Agrarios bonaerense, quien desde su asunción ha realizado varios viajes a los distritos del sudoeste, la crisis no pasa inadvertida, aunque no esté en sus manos la entera posibilidad de aportar las soluciones más efectivas. Por lo pronto, ha señalado que, a su juicio, sería razonable suspender los derechos de exportación a los productores de esta zona, atento a los perjuicios económicos que vienen soportando. En ello se diferencia de la inflexibilidad del gobierno nacional, que ha cerrado las puertas a cualquier eventual reducción de las retenciones, ni siquiera tomando en cuenta el impacto de los fenómenos meteorológicos.
Según Monzó, en Villarino, Patagones, Puan y zonas lindantes, "hoy no es rentable la producción sin retenciones; así que, con retenciones, menos aún".
"Hoy, la producción en la provincia de Buenos Aires no es rentable. Y cualquier producción no rentable es una preocupación para el gobernador", agregó.
Más cerca. Scioli ha mostrado actitudes más cercanas que las autoridades nacionales hacia el sector agropecuario. El Poder Ejecutivo central, por el contrario, ha optado por tratar de seducir a grupos de productores, con la intención de conformar alguna agrupación afín al gobierno. Esto ha sucedido en nuestra zona, como se desprende del conocido episodio de las 15.000 toneladas de maíz. Sin embargo, en el propio ámbito rural se atribuyen escasísimas posibilidades de éxito al intento de recoger nuevas voluntades.
Mientras tanto, Miguel Quarleri, director de la Federación Agraria Argentina, denunció que Guillermo Moreno "quiere convertir a los productores que, con hidalguía y orgullo de un trabajo fecundo podríamos ser autosustentables, en integrantes de su clientela política".
Asimismo, dijo que el maíz está siendo distribuido "de manera discrecional, buscando aliados como un tal Garciarena, que para salvarse se convierten en cipayos del poder central".
Quarleri insistió en que no debe entregarse el maíz sin consensuar con los organismos pertinentes, como Agricultura y el Ministerio de Asuntos Agrarios, o con las entidades gremiales.
DECLARACION DE ENTIDADES GREMIALES
UNA AYUDA QUE NO LLEGA A TIEMPO
Las Asociaciones de Productores Rurales de la zona manifestaron "su desacuerdo y preocupación" con el sistema dispuesto para la entrega de maíz a ganaderos para "salvar" las vacas de parte de la región, mecanismo puesto en marcha por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, "en forma unilateral, inconsulta, inequitativa e incompleta, con la colaboración de un productor agropecuario de la localidad de Villa Iris".
Agregan que la decisión de Moreno "fue tomada discrecionalmente en una reunión privada con el referido productor, ignorando y violando --una vez más-- los mecanismos legales e institucionales (intervención de la Secretaría de Agricultura de la Nación, del Ministerio de Producción de la Provincia, del Ministerio de Asuntos Agrarios, de las Municipalidades y de las comisiones zonales de emergencia), disponiendo mediante un llamado telefónico la compra de maíz de manera directa, sin la debida compulsa de precios y controles del manejo de los fondos públicos".
Sostienen luego que la "ayuda" no llega a tiempo. "Hasta ahora, el gobierno ignoró el problema, habiendo sido avertido por las entidades rurales de las consecuencias que aparejaría la disparatada política con el sector, al que primero sometieron a un proceso de empobrecimiento y ahora aparentan ayudar, mal y tarde".
Las entidades destacan que "además, es insuficiente, porque sólo alcanzará para dar de comer a las vacas de Villarino, Puan y Patagones durante diez días. "Ni hablan de los demás partidos con problemas similares", advierten.
"Y encima, el reparto del maíz se pone en manos de un productor sin representación gremial ni cargo oficial, de quien depende cuánto, cuánto y quién retira el alimento, sin tener en cuenta los listados oficiales de productores afectados por la emergencia. Mientras tanto, observamos cómo esos productores se sientan en la primera fila de los actos oficiales a aplaudir", denuncian.
"Evidentemente, se sigue promoviendo el clientelismo y la obsecuencia, mientras el aparato productivo del país se corroe por las políticas que se disponen en su contra", dice la declaración.
Finalmente, las entidades "apoyan la utilización de herramientas de coyuntura para paliar la crisis --y, en consecuencia, festejan la llegada del maíz para evitar parte de la catástrofe--, pero reclaman una vez más el cese de la política anticampo y de los mecanismos irregulares de reparto de favores y exigen el respeto y cumplimiento de los vapuleados e imprescindibles procederes republicanos y federales".
CHARLA DE CARBALLO
La disertación de la licenciada Stella Maris Carballo, del INTA Castelar, tendrá lugar el jueves, a las 18.30, en el primer piso del edificio de Saavedra 636, según anunciaron la Asociación de Ganaderos y Agricultores y la Bolsa de Cereales.
Se referirá a las perspectivas meteorológicas para la campaña agrícola venidera, tanto en el orden nacional como internacional.
La entrada será libre y gratuita.
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