Los inconvenientes en el canal que proviene de Puelén no fueron solucionados aún. Ayer, los habitantes de Chacharramendi continuaban sin el servicio de agua potable en sus hogares.
Mientras tanto, los operarios del acueducto están abocados a la reparación de las fallas con el objeto de que el servicio sea restablecido cuanto antes. En La Reforma, los vecinos comenzaron ayer a recibir el suministro en sus tanques.
Aunque esta corresponsalía trató de obtener información oficial, los intentos fueron en vano, debido a que las numerosas llamadas efectuadas a los teléfonos de la Fundación del Acueducto de Puelches -que figuran en guía (491005 y 491086)- no fueron atendidas. También es cierto que la imposibilidad de comunicarse con el organismo pudo haberse debido a que su personal estaba trabajando en los lugare,s donde se registraron las fallas. De todas formas diferentes vecinos de Chacharramendi confirmaron a este diario que los problemas en el acueducto persistían, de modo que el pueblo seguía sin agua.
Grave.
La situación es grave y el gobierno de la provincia no ha sabido brindar una solución a los pobladores del Oeste, que están resignados porque saben que tienen que convivir con este importante problema gran parte del año. Sobre todo en pleno verano, cuando las temperaturas son agobiantes y tienen que pasar varios días sin abastecimiento.
Ante este complejo panorama, los vecinos tienen que aprovechar las lluvias, que últimamente han sido muy escasas, para almacenar en tanques o baldes para su consumo. Es que el agua que proviene del acueducto de Puelén no es buena, de modo que sólo la utilizan para higienizarse o refrescarse.
Vida útil.
El obstáculo más grande es que el acueducto que proviene de Puelén agotó su vida útil, debido a que se trata de una obra muy vieja y, justamente por ello, se producen innumerables roturas en diferentes tramos. Más allá de que los operarios realicen sus trabajos, es imposible que el suministro no sufra cortes.
Por ese motivo, el gobierno provincial anunció antes de fin de año la concreción de la obra que consiste en la realización de un nuevo acueducto para el oeste pampeano, que seguramente pondrá fin a las innumerables averías que el acueducto de Puelén sufre todos los años.
Otros pueblos.
Además de Chacharramendi y La Reforma, otro de los pueblos afectados es Limay Mahuida que, al igual que los restantes, también tiene inconvenientes por la falta de agua en las viviendas. El caso de Puelches es diferente porque los pobladores reciben agua del acueducto, que proviene de Casa de Piedra y no de Puelén, como sucedía antes.
Pero aunque ese acueducto no es muy antiguo, también han tenido problemas con el servicio. "Sabemos que durante el día, ya sea por la mañana o por la tarde, tenemos agua, pero cuando llega la noche se produce una merma y, prácticamente, no llega a los tanques porque tiene poca presión", dijo un vecino de Puelches.
Rotura.
Marcelo Braga es productor ganadero en la zona de La Reforma y en los últimos años se ha convertido en una especie de representante gremial de sus pares denunciando permanentemente las precarias condiciones en las que desarrollan su actividad.
Para ubicar a quienes desconocen la problemática del sector, entrevistado por Radio Noticias explicó que "al contrario de lo que sucede en el país, donde hay una seca tremenda, no crecen los cultivos y en algunos lados no hay pasto para los animales, en el oeste como siempre estamos de seca el pasto lo tenemos más o menos acotado con manejo, pero la vaca necesita comida y agua, y no tenemos agua".
En esa zona, los acuíferos son altamente salinos y no se puede utilizar para el consumo del ganado.
"Hace un mes tuvimos una reunión con ingenieros del acueducto (Puelén-Chacharramendi) y nos dijeron que no íbamos a tener agua durante todo el verano, porque las reparaciones que se le deben hacer son muy cuantiosas y obliga a cortar tramos muy largos para poder reparar las uniones donde se producen las pérdidas", agregó Braga.
"Cuando hablamos de que no vamos a tener agua, hablamos de que vamos a tener un uso muy restringido. El acueducto, a caño lleno y sacando los 300 mil litros que lleva a Chacharramendi y La Reforma, nos da para tener 18 mil vacas en el oeste y tenemos 33 mil, por lo que las cuentas no dan".
"El productor suple esa diferencia y el faltante de agua buena, mezclando un litro de agua del acueducto con dos litros de agua con alto contenido salino, obligando a los animales a una adaptación notable. Pero si no tenemos el agua del acueducto, la ganadería es inviable".
En las dos últimas semanas "el acueducto estuvo seco, con lo cual tampoco entraba agua a las localidades y calculo que Chacharramendi se estará proveyendo con agua de El Carancho y La Reforma de una gran cisterna".
Las condiciones adversas para la ganadería oesteña obliga a los productores a desprenderse de los animales y en ese sentido Braga aportó este dato: "es un remate en la zona, el viernes pasado, había cinco mil cabezas y si vemos el estado del animal en oferta, veremos terneros que están más o menos bien, pero normalmente el ganado de cría que se vende es de un estado deplorable".
"Somos pocos".
"La situación en el oeste se agrava cada vez más; parecería que el oeste funciona como un bolsón hermético y la información no llega al periodismo agropecuario. Y esto es así porque somos muy pocos".
-Desde el gobierno provincial se anunció una ayuda de Nación (10 millones de pesos) para asistir a los productores afectados por la sequía. ¿Qué les llegará a ustedes?
-No necesitamos forraje, necesitamos que nos den agua. Es probable que de tener agua algún productor necesite forraje, porque al tomar agua el animal está más ávido de comida. Cuando hay poca agua, el ganado sólo come para mantenerse. Nuestro problema acuciante es el agua y las autoridades no conocen, ni están preparadas técnicamente como para poder ejercer sus funciones. Puedo citar a cualquier funcionario, diputados y senadores, que cuando le acercan un micrófono y hablan del oeste, pero no tienen la menor idea, sólo usan la retórica para empaquetar a la gente. Muchos pasan General Acha y sienten terror cuando se encuentran con nuestra problemática porque no saben cómo resolverla. Con cinco minutos del agua del río Colorado, abastecemos a todo el oeste.
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