La laguna La Verde fue durante décadas un clásico paraje de recreación y pesca del departamento San Cristóbal, cuyas playas eran visitadas por cientos de pescadores y turistas de la región. Miguel Scháberger, quien hace dos años es el concesionario del club Caza y Pesca de San Cristóbal, relató a El Litoral que “por año, más de 3.500 niños suelen venir a la Planta Campamentil del Ministerio de Educación y este invierno -con más de 60 heladas- no hubo parate. Pero, mire lo que es esto -repetía- y nadie hace nada. Podrían unirse las autoridades para sacarle el barro y que, por lo menos, este desastre de la naturaleza sirva para limpiar el suelo”, advirtió.
“La pronunciada bajada del nivel de agua, producto de la sequía, colocó a la laguna en una verdadera situación de desastre ecológico. El panorama en este predio natural de 800 hectáreas es completamente desolador y su superficie se puede calcular en menos de la mitad”. Un recorrido que se realizó en compañía de Omar Emilio Solterman, donde se observan sus costas secas que van desde los 30 hasta los 250 metros de ancho.
Como se ve, “el agua alcanza, aproximadamente, las 300 hectáreas y apenas llega a los 20 centímetros. Apenas cubre la mitad de las patas de los flamencos rosados, cuando en épocas de normalidad llegó a tener una profundidad de 2,5 metros”.
Miles de sábalos de gran tamaño, moncholos, viejas del agua, dientudos y mojarras están muertos en la costa; y el contraste de los cientos de miles de aves comiendo de sus frutos.
Para Solterman, cuidador de varias casas desde hace más de 30 años y conocedor de la región manifestó: “Una cosa es contarlo o verlo en el diario y otra es vivirlo. En los últimos dos años cayeron pocos milímetros. Las fuentes de ingreso son los canales provenientes de las lagunas El Dientudo y Palos Negros; pero, si no llueve qué vamos hacer. Da una gran pena ver morir a los peces”.
Las otras tres lagunas contiguas (La Cabral, Palos Negros y El Dientudo) se han secado, son pantanos y si no llega a llover de forma importante, en dos meses La Verde desaparecerá seguramente. Algunas personas amantes del lugar se quejaron en medios de comunicación nacionales y regionales por la actitud de algunos productores agropecuarios que realizaron muchos canales y ocuparon camiones de recolección de líquidos cloacales para llevar agua a sus campos.
Un baqueano comentó que clama a Dios para que una lluvia provea algunos milímetros que mejoren la situación y torne a la normalidad este preciado lugar, que es un símbolo por su actividades de pesca y náuticas.
Ayer y hoy
Leonidas Viviani -yerno de Antonio Canclini, primer administrador y luego dueño de la estancia La Verde- que hoy reside en la capital de la provincia es un fiel conocedor de esta zona del departamento San Cristóbal.
“Lamentablemente, escuché comentarios que hay muchos pescados muertos y el agua no alcanza más que 25 centímetros. Recuerdo cuando la laguna se secó en 1948, yo tenía 12 años. La sabíamos pasar en auto y en carro; y hasta se había creado un monte adentro. Tardó seis años en volver a su caudal y nunca más se secó”, prosiguió Viviani con su relato.
A lo que agregó: “Mi suegro tenía un puestero -nacido en 1888 y que murió a los 101 años- y me decía que la única vez que la vio seca fue en 1948 y se volvió a llenar en 1963 cuando empezó a llover normalmente. Tuvo bajantes y crecidas muy importantes. Y cuando hicieron el canal y levantaron la Ruta Nº 922 le entró mucho barro y tapó sus vertientes naturales; pero, la empresa Saopin -encargada de la construcción de las rutas Nº 4 y Nº 2- hizo estudios geológicos para ver si había arena suficiente para la construcción de estas arterias y aseguraron que no tenía vertientes propias ni arena suficiente. A pesar de eso, muchas casas de Huanqueros están hechas con arena proveniente de la parte alta de esta laguna”, precisó.
La Verde es un lugar de turismo y de recreación, donde se preserva a las diferentes especies. El predio cuenta con una importante infraestructura donde se destacan más de 70 casas de fin de semana y tres camping con buenas comodidades donde se realizan fiestas. También es reconocido como lugar pesquero en donde el club Caza y Pesca realiza sus campeonatos reuniendo a deportistas de todo el departamento.
Desde hace algunos años, cuando empezó un régimen de sequía, La Verde comenzó a tener problemas con la baja de su nivel de agua, lo que obligó a la vecinal que se organizó en ese lugar a construir un dique de contención para impedir que el agua fluya por los canales que la vuelcan en la cuenca del Salado.
Un poco de historia
En 1876 -al momento de recibir la compañía Inglesa Cristóbal Murrieta y Cía.-, la laguna “La Verde” se encontraba inserta en terrenos de una amplia extensión de 743 leguas cuadradas que fueron entregados por la provincia en pago de un préstamo de 175.000 libras esterlinas. Luego quedó incluida en la más amplia de las 40 estancias que armó la compañía para vender sus terrenos que tenían una extensión de más de 200.000 hectáreas, dándole el nombre de “La Verde”.
Con posterioridad, pasó a pertenecer a La Bobril, Dodero y Cía. y al Banco de la Nación Argentina por créditos no pagadas por esta última. Como administrador estaba el padre de Antonio Canclini que residía en Buenos Aires quien compró un lote de 7.000 hectáreas de las 3.000 que posee en la actualidad.
El club Caza y Pesca de San Cristóbal fue creado a partir de los concursos de pesca en estas costas y alrededor de su predio se construyeron -a partir de 1970- varias viviendas de habitantes de San Cristóbal que la ocupaban los fines de semana.
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