Lo ocurrido por estos días con la provisión de agua en Grutly revela que se desconoce la magnitud de la delicada situación de la provincia de Santa Fe en materia de saneamiento. En mayo del año pasado, intentamos difundir la planificación puesta en marcha en materia de provisión de agua a todas las poblaciones santafesinas, en el marco de una política de saneamiento que comenzamos a desarrollar y anhelamos se continúe en el futuro.
La planificación citada se fundó en el siguiente diagnóstico: la provincia registró hasta hace poco tiempo, una histórica ausencia de política hídrica. Durante casi 30 años, no se definió el rumbo del saneamiento. Esto introdujo una falla estructural al sistema, donde el 40 por ciento de la población, que habita en las localidades no asistidas por el Estado provincial, se encuentra en su mayoría en una preocupante situación respecto de la provisión de agua.
Tras la retirada de la Nación en materia de saneamiento en 1980, el Estado provincial continuó con la asistencia, a través de la Dipos, a las 15 poblaciones que atendía OSN, y destinó el Spar (creado en 1969) para la asistencia técnica de las 347 poblaciones restantes, que asumían las prestaciones del servicio en cada caso.
Así se convalidó un modelo discriminatorio, al no brindar al total de la población provincial, el mismo tratamiento.
Se le impuso a la Dipos otorgar al agua un valor comercial, es decir autofinanciarse. Los resultados fueron claros, prácticamente no hubo expansión de los servicios durante 15 años, y la falta de inversión en mantenimiento hoy representa un riesgo cierto en la continuidad de los servicios.
Semejante “modelo” muestra , después de 28 años, sus huellas: 48 poblaciones (Grupo IV del Enress) fueron emplazadas para corregir en 2 años, su calidad de agua (considerada inaceptable). Actualmente, 26 poblaciones aún no distribuyen agua con calidad de norma, ni siquiera en bidones.
Otras 70 poblaciones (Grupo III del Enress) que distribuyen agua por red, fueron también emplazadas para corregir en tres años su calidad (considerada regular). Otras 118 poblaciones (Grupos II y I del Enress) distribuyen por red agua que no se ajusta a los requerimientos de las normas de aplicación; pero como el desvío de los parámetros es menor que en los casos anteriores, fueron emplazadas para corregir su calidad en cinco años -64 de ellas- y en seis años las restantes. En todos los casos, se debe corregir la calidad del agua que se distribuye por red o poner a disposición de cada habitante 2 litros/día de agua, conforme a la norma de aplicación.
Las huellas del “modelo” continúan: 75 poblaciones no poseen ninguna instalación para distribución de agua por red. Se abastecen a través de “bombeadores”. En la mayoría de los casos deben convivir, captación de agua y pozo negro, en el mismo terreno.
Pero lamentablemente, el impacto de esta ausencia de política hídrica no se agota ahí. Se registran más de 45 poblaciones con problemas en diversos componentes de sus instalaciones. Los más frecuentes son: pérdidas importantes en la red de distribución, anomalías en las instalaciones eléctricas, problemas en el equipamiento para desinfección del agua, insuficiencia en la capacidad de captación del agua subterránea y demanda de expansión en la extensión de la red de distribución.
Con el fin de comenzar a cambiar dicho modelo, se puso en marcha una política de saneamiento con las siguientes bases:
- Asumir que el agua es un derecho humano, intransferible, individual y colectivo; y que además es un bien social, no comercial.
- Cambiar el modelo histórico, otorgando el mismo tratamiento a cada uno de los habitantes de la provincia.
- Se desarrolló el Plan Director Provincial de Saneamiento, que en lo relativo a la provisión de agua prevé la ejecución de doce sistemas de acueductos -planificados para ser ejecutados en 15 años- para abastecer las 362 poblaciones santafesinas, colonias y parajes. De ellos, el Acueducto Centro está siendo ejecutado por la Nación, y los acueductos Norte 1, Sur 1 y Sur 2, fueron licitados por la provincia. Los acueductos Noreste 2, Noreste 3, Sur 3 y Noroeste están siendo proyectados.
- Sobre la base de los sistemas de acueductos, se diseña el nuevo modelo de prestación de los servicios, consistente en una empresa pública provincial que -en cada caso- capte el agua, la potabilice, la transporte y la entregue en bloque a cada una de las 362 poblaciones santafesinas. Serán las autoridades locales las responsables de la distribución del agua a cada domicilio, como ocurre actualmente en 347 de esas poblaciones.
Mientras se construyen los sistemas de acueductos, se desarrollan tres programas, uno de ellos transitorio.
- Programa 1: Mejora de la calidad del agua, en las 48 poblaciones.
- Programa 2: Optimización de los servicios de provisión de agua mediante el incremento del caudal de agua, una potabilización que mejorará el rendimiento de las instalaciones existentes, y buscando nuevas fuentes.
- Programa 3: Construcción de las instalaciones necesarias, para el abastecimiento de agua por red, a las poblaciones que carecen de las mismas.
Paralelamente, se asiste a las poblaciones del norte provincial, jaqueadas por una prolongada sequía, a razón de 80 camiones-cisterna semanales de 30.000 litros cada uno, es decir 2.400.000 litros por semana, y 7.500 bidones de 5 litros, también semanales.
Queda claro que semejante estado de situación de la gran mayoría de los servicios de provisión de agua no asistidos por el Estado provincial, genera una comprensible incertidumbre. Para salvar la misma, se propuso el plan de trabajos que se consigna en el cuadro que adjuntamos a esta nota.
La magnitud de los déficits originará sin duda inconvenientes simultáneos en muchos de los servicios; pasando por la calidad del agua, por su escasa disponibilidad y por la eficiencia de las instalaciones existentes. En los tres programas en desarrollo se incorpora el adiestramiento del personal de las comunas y cooperativas, cuyos conocimientos, en general, no alcanzan a cubrir los niveles necesarios. En el año en curso se desarrollaron tres jornadas de capacitación del personal.
Por lo expuesto, y en nuestra opinión, y pese a invertir todos los recursos disponibles en los programas citados no debe sorprender la aparición de problemas, que por supuesto los programas propuestos tratan de prever, para lograr anticiparnos a ellos, cuando sea posible.
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