Las copiosas y tardías lluvias producidas durante la última semana en el interior santiagueño no evitaron la mortandad de miles de cabezas de ganado, que sin agua ni pasturas murieron de sed y de hambre.
El saldo de la crisis hídrica tiene características sociales trágicas. La mortandad del ganado en cabezas suma miles y en los números las pérdidas son varias veces millonarias y en muchos casos compromete la subsistencia de cientos de familias.
Asimismo, la sequía de los suelos impide llevar adelante la siembra de algodón, soja o maíz. En medio de la desolación, dos tormentas pusieron fin a la sequía, más no a las consecuencias de meses de falta de agua, que según afirman los productores, podría mantenerse y hasta empeorar hasta 2010.
Si bien la lluvia devolvió a la vegetación el esperanzador ropaje verde y espanta de los campos a la gris ceniza de la muerte, la situación productiva, económica y social que dejó como saldo la falta de agua durante ocho meses es desesperante.
La cría de ganado vacuno es la actividad productiva que sostiene la economía de supervivencia de miles de familias, las que en muchos casos han perdido sus rodeos y por lo tanto esa subsistencia se ve comprometida y sin posibilidades de ser revertida por sí mismos.
La crisis hídrica prolongada, con más de ocho meses sin haberse registrado lluvias, la pulverización de las pasturas en los campos por la elevadas temperaturas, la primitividad en la que se produce, agravado durante todo diciembre de 2008 dejó sin alternativa de agua a todo el interior santiagueño.
Al respecto, los técnicos y funcionarios de Gobierno advierten que la crisis hídrica se ha potenciado, por la precariedad en la que se cría el ganado, cuando sí existen instituciones del sector, pero funcionan en papeles y carecen de toda representatividad y son los pequeños y medianos productores los que sin organización y sin capacitación ni apoyo técnico navegan en soledad.
Copo sufre profunda crisis
Si bien en el departamento Copo no existe un informe oficial sobre el número de animales muertos, nadie duda que la mortandad de la hacienda sea el más elevado de la crisis hídrica registrada en los últimos treinta años.
Los esqueletos de animales muertos se encuentran en los campos, los montes, a la vera de los caminos.
Según datos del Senasa, el número de vacunos registrados ascendería en Copo a los sesenta mil y estiman que la mortandad de los vacunos a consecuencia de la sequía habría superado el 30 por ciento, afectando a los pequeños y medianos productores, si se tiene en cuenta que más del 75% del total del ganado empadronado se distribuye en los pequeños y medianos criadores.
Daniel di Bella afirma que recibió la lluvia con felicidad
“Estaba seco y para sembrar se complica”
Interior. “Recibo el agua con alegría. Bienvenida sea”, afirma el productor santiagueño Daniel di Bella, quien posee sembradíos en el departamento San Martín.
Y, pese a la alegría, sostiene que el agua caída no es lo suficiente para paliar los meses de sequía.
“Los perfiles (la tierra) estaban muy descargados, la cantidad de lluvia es un alivio, pero como estaba muy seco para sembrar se complica, ya que el agua debe penetrar”, analiza el productor.
Asimismo dice que para sembrar soja están al límite, los rendimientos no serán los mismos porque la siembra supone un proceso que ya no tienen tiempo de cubrir.
Ganadería
Daniel di Bella afirma que la ganadería está con deficiencia de agua. “La vaca va comiendo y el pasto también necesita un proceso de crecimiento. El invierno va a ser duro”, vaticina.
Además, el productor recuerda que detrás de la ganadería hay una cadena de consumición que se verá afectada. “Todos los efectos colaterales son tan o más perjudiciales que la muerte”. La sequía también perjudicará al consumidor final.
“Es complicado, se va tratando de vivir día a día, con esperanza de alguna ayuda nacional para que el panorama se recomponga”, manifiesta.
Rodolfo Lobos estima que los perjuicios son altos
“Habrá un menor rendimiento y riesgos”
Quimilí. Rodolfo Lobos, productor de la zona de Quimilí, afirma que pese a las lluvias, que sumaron 50 milímetros caídos, “la zona está igual o más complicada que el resto”, en el marco de la sequía que castiga a productores de todo el país.
“El agua va trayendo un nuevo alivio”, que si bien es positiva para la ganadería, “para muchas cosas es tarde”, sostiene Lobos.
Las fechas ideales de siembra ya terminaron. Por ejemplo, en esta época del año es imposible sembrar algodón.
“En años anteriores el trabajo estaba finalizado, ahora estamos empezando.
Habrá un rendimiento menor y mayores riesgos”, agregó.
Reproducción
Entre las complicaciones que ocasionan la sequía se habla de la dificultad o imposibilidad de lograr la preñez en los animales, debido a su estado de salud.
“La posibilidad de que las vacas se preñen está complicada”, asume Lobos.
Cabe recordar que el ternero tiene que nacer cuando haya pastos para poder alimentarse y además, para alinear a la vaca para que pueda volver a ser productiva.
“Se van desfasando los tiempos y los perjuicios son muchos”, concluye Rodolfo Lobos.
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