Las autoridades de Vicuña Mackenna decidieron potenciar el perfil turístico de la localidad, recuperando las aguas termales El Surgente, que se encontraban en virtual estado de abandono desde hace tiempo.
En función de ese objetivo, la administración liderada por el intendente radical Héctor Laborde, decidió concesionar este predio de 20 hectáreas al empresario local Carlos Quinteros para que lo explote durante los tres meses de verano, como experiencia piloto con vistas a un proyecto más serio y sustentable en el tiempo.
“El establecimiento termal se encontraba muy deteriorado, sucio y lleno de malezas. En un primer momento analizamos la posibilidad de realizar nosotros desde el municipio las inversiones necesarias para poner en valor el predio, pero luego desistimos. Surgió entonces la alternativa de entregarlo en concesión por 90 días a este empresario, muy conocido en Vicuña Mackenna. El nos propuso realizar una serie de obras para remodelar las piletas, ponerlas en condiciones y explotar el lugar como atractivo turístico. Aceptamos la propuesta y a principios de enero El Surgente volvió a abrir”, explicó Héctor Laborde.
El complejo termal que durante décadas perteneció al Ejército Argentino está ubicado a 15 kilómetros del centro de Vicuña Mackenna, dentro del ejido municipal. Tras la cesión del estado nacional, forma parte del patrimonio local desde hace varios años, aunque nunca se pudo conformar con él un proyecto sustentable desde el punto de vista turístico.
El principal escollo que tiene El Surgente para crecer como alternativa de recreación, es que los turistas y lugareños deben transitar 7 kilómetros de un camino de tierra para llegar al predio cercado por un alambrado. En épocas de lluvias intensas, el sendero queda prácticamente inutilizado al tránsito automotor.
“En lo que va del verano todo marcha bien y la gente puede llegar sin problemas a El Surgente. Allí existen tres piletas de aguas termales que se renuevan continuamente con los chorros que surgen de la tierra. El concesionario las pintó, arregló las inmediaciones y los quinchos y dejó todo en perfecto estado como para que los visitantes pasen una jornada perfecta. Las familias deben abonar una entrada que servirá para compensar el dinero invertido y generar una ganancia al empresario. Una vez que termine el verano analizaremos que posibles inversiones pueden realizarse para potenciar el centro termal”, concluyó Laborde. En una zona eminentemente agropecuaria, como es la que rodea a Vicuña Mackenna, el contar nuevamente con este centro termal ha generado una gran expectativa y eso se trasunta en la gran cantidad de visitantes .