Sobre un muro de sacos con arena, Antonio Mariscal observó el paso del caudaloso río Bulu bulu. Cerca, dos palas mecánicas rellenaban la mañana de ayer las bases del dique que no pudo contener el paso del agua hacia el recinto La Florenciana, en la parroquia Taura (Guayas).
“La lluvia vino fuerte. Solo pudimos poner los sacos para que la corriente no se lleve el muro, porque el agua pasaba por abajo”, cuenta Mariscal. Con los aguaceros del fin de semana, el caudal aumentó, lo que causó que 20 casas de este poblado del cantón Naranjal se anegaran.
En la entrada al recinto, un cartel anuncia la construcción del muro de contención. Los trabajos estuvieron a cargo de la Comisión para el Estudio y Desarrollo del Cuenca del río Guayas (Cedege).
Para Mariana Castro, una de las afectadas, el anuncio solo quedó en palabras.“Echaron una capita de tierra, pero no sacaron el sedimento de las orillas y por eso el agua entró a las casas”, comenta.
Pese a las críticas, Carlos Andrade, director ejecutivo de Cedege, garantiza que el muro fue bien elaborado. “El año pasado, el río se llevó como 200 metros del muro. Tuvimos que usar piedras grandes para reconstruirlo. Ahora, parece que hubo una filtración pero no se nos rompió”.
Mientras, la maquinaria de la Comisión sobreeleva el dique en hasta 1,5 m, en La Florenciana los niños juegan en los charcos de agua lodosa que dejó el Bulu bulu. “El agua nos llegó a la cintura y todavía no recibimos ayuda”, dice Mayra Reyes.
El poblado de San Antonio es otro de los afectados. Rubén Zambrano, teniente político de Taura, asegura que el muro que rodea a ese recinto está a punto de colapsar. “Hay 10 familias en riesgo”.
El agua también llegó a los cultivos de arroz y plátano. “Perdí una cuadra de arroz a punto de recoger. Se fue a pique”, cuenta Ignacio Aguilar, uno de los afectados.
Frente a esto, Carlos Vélez, director provincial del Ministerio de Agricultura, explica que por ahora realizan una evaluación para determinar las pérdidas.
Otra de las zonas vulnerables es Puerto Inca, también en Naranjal. Los aguaceros del sábado pasado causaron el desbordamiento del río Cañar. Los recintos Jesús María, Trovador y Lechugal también sufrieron los efectos.
Pero la mañana de ayer el agua se empezó a desfogar. Solo quedaron pequeños charcos en las calles como muestra de la inundación. Julio Galarza, asistente técnico del municipio de Naranjal, explica que Cedege y Corpecuador se encargarán de reparar los muros de contención afectados por el impacto del Cañar.
Esto, como respuesta ante las denuncias de los moradores, que acusaron a Cedege de dejar trabajos a medias.
Sin embargo, Xavier Casal, presidente del directorio de la Comisión, afirma que la obra no fue construida por la entidad. “La obra de Puerto Inca no fue de Cedege. Fue un muro que construyó la comunidad y que colapsó. Cedege ya lo tapó”. La solución es construir un baipás en el Cañar.
En la vía Santa Lucía–Palestina (Guayas), unas 40 hectáreas de arroz están en riesgo, debido a que una alcantarilla se hundió.
Carlos Julio Torres, agricultor de la zona, explica que el colector se llenó de tierra y no hay cómo evacuar el agua, por lo que los cultivos se pueden perder.
Las consecuencias del invierno también llegaron a la comuna La Lola, en la parroquia Montalvo (Los Ríos). Ayer, los habitantes salían en canoas debido al desbordamiento del río San Pablo. Según el Comité de Operaciones de Emergencia (COE), un puente colapsó y 17 casas se inundaron.
162 damnificados en todo el Litoral
Un total de 162 damnificados y 43 casas afectadas son las primeras cifras que deja el invierno en la Costa. Las cifras fueron analizadas por la sala situacional del Ministerio del Litoral, que se reunió ayer por primera vez este año para evaluar los daños de las lluvias.
Santa Elena fue una de las provincias más afectadas. Ahí, 107 personas fueron albergadas. Guayas y Los Ríos también sufrieron los efectos de los aguaceros.
El ministro del Litoral, Nicolás Issa Wagner, aseguró que por el momento la sala situacional tiene USD 1,5 millones para enfrentar una posible emergencia.
En tanto que el coordinador regional del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inahmi), Raúl Mejía, dijo que las intensas lluvias de la semana anterior fueron provocadas por la Vaguada del sur, un cordón de nubes proveniente de Perú. “Esa actividad continental es la que ha movilizado humedad hacia el país”.
El experto pronosticó que a mediados de febrero se incrementarán las precipitaciones notablemente, pero no necesariamente durante todo el mes. Agregó que algo similar sucederá en marzo.
Para hoy, la sala situacional se reunirá con el presidente Rafael Correa. En la cita, las autoridades encargadas de las obras de infraestructura darán un reporte.
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