El desastre agropecuario toca a las puertas de la provincia de Buenos Aires. Ayer, el ministro de Asuntos Agrarios, Emilio Monzó, reveló que “dos tercios de nuestro territorio está en situación de declararse en emergencia o desastre agropecuario” y adelantó que la Casa Rosada podría implementar “políticas activas” para paliar esta realidad.
Las palabras del funcionario provincial ayudaron a tomar real dimensión del fenómeno, pero al mismo tiempo constituyeron una forma de presión hacia el Gobierno nacional para que pase del discurso a los hechos y comience a enviar ayuda.
La administración de Daniel Scioli ya declaró a 14 distritos en estado de desastre y a otros cinco en estado de emergencia, todos en el sudoeste del territorio bonaerense. En tanto, la Comisión de Emergencia y Desastre Agropecuario (Cedaba), de la que participan representantes de las cuatro entidades rurales, del Banco Provincia, y de los ministerios afines, analiza solicitudes para declarar en estado de desastre las economías rurales de 21 distritos más, dos en emergencia y otros siete a confirmar.
Monzó explicó que la diferencia que existe entre los estados de desastre y de emergencia agropecuaria consiste en que la primera condona obligaciones, mientras la segunda las posterga durante el lapso en que se le otorgue esta figura, que en estos casos serán retroactivas al 1º de enero de 2009.
El ministro aseguró que “la Nación va a dar una ayuda importante” para paliar la sequía, como ya lo hizo en partidos del sur de la Provincia. No obstante, respecto de la posibilidad de reducir, o directamente eliminar las retenciones a la exportación de cereales, el funcionario provincial dijo que “por el momento, no hay ningún tipo de información”.
Monitoreo
El presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Pedro Apaolaza, se reunió ayer con el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, para abordar la difícil situación por la que atraviesa la producción agropecuaria provincial como consecuencia de la prolongada sequía, perjuicio que estimó en 3.600 millones de pesos hasta el momento (ver cuadro aparte).
“Más de la mitad de la Provincia, alrededor de 60 distritos, está en emergencia por la falta de lluvias y la situación es gravísima”, señaló el dirigente rural al término del encuentro con el mandatario, del que también participaron los ministros de Economía y Producción, Rafael Perelmiter y Alejandro Arlía, respectivamente, y el titular de la Agencia de Recaudación Buenos Aires (ARBA), Santiago Montoya.
Apaolaza dijo que hasta el momento “la pérdida que está provocando la falta de lluvias en los campos de la Provincia es de 3.600 millones, pero éstos sólo son datos parciales que afectan mayoritariamente a la agricultura y a la ganadería”, sostuvo, y agregó: “Si no llueve por lo menos 80 milímetros. en los próximos diez días habrá mas partidos en emergencia”.
“Analizamos la situación del campo que está muy complicada y buscamos alternativas para desarrollar el sector y también le reclamamos que la Mesa Agropecuaria se declare en sesión permanente, habida cuenta la gravedad de lo que esta ocurriendo”, apuntó Apaolaza.
Agregó que “fue una buena reunión de trabajo en la que pasamos revista a todos los temas y se lograron acuerdos para comenzar a mover algunas cuestiones, como subsidios prometidos en agosto del año pasado para salarios de trabajadores frutihortícolas de San Pedro que no se pagaron y que se harán efectivos en los próximos días”, acotó.
Ayer, Carbap también les solicitó a las autoridades mayores fondos para combatir la tucura -langostas- y ampliar la zona de ataque, y se le hizo conocer al gobernador que continúa habiendo nacimiento de la plaga en muchos lugares, que de no combatirlos los ataques de la tucuras se van a prolongar.
Apaolaza estimó que luego de la reunión de la Comisión Provincial de Emergencia, prevista para la semana entrante, “vamos a tener la mitad de la Provincia comprometida en su producción agropecuaria”.
“El gobernador, por haber recorrido la Provincia, está al tanto de que la situación es muy grave”, expresó el dirigente, quien insistió en que “hay que hacer todo lo posible para eliminar las retenciones y pagar impuestos a las ganancias como corresponde, que tiene la virtud de que es un tributo coparticipable”.
Las reuniones están en marcha, ahora el campo espera ayuda concreta y palpable.
Promesas de la Nación para un campo postergado
En lo que podría leerse como un gesto de cierto acercamiento al campo, estrictamente relacionado con los reclamos del sector por los efectos de la histórica sequía, el Gobierno nacional prometió ayer “no soltarle la mano” a los productores y hacer “el máximo esfuerzo posible” para asistir a los gobernadores e intendentes de las zonas más afectadas por la falta de lluvias.
Sin embargo, hasta anoche ello no se había traducido en medidas y asistencia concreta, salvo en casos puntuales de extrema urgencia. Tampoco se vislumbraba una política de asistencia y contención concreta hacia el sector rural, que padece un daño histórico por la sequía.
Pese a ello, el jefe de Gabinete Sergio Massa se ocupó de aclarar que la falta de agua es “un
problema natural que el Estado no puede solucionar”, al menos, directamente.
Fue en este punto que llegaron las promesas.
“La decisión del Gobierno es ayudar a gobernadores e intendentes que vayan en la decisión de asistir y de fortalecer a los productores, tratar de hacer el máximo esfuerzo desde el punto
de vista presupuestario y político para que esto se vaya solucionando”.
Hay pérdidas por $ 3.600 millones
De acuerdo a una estimación que ayer efectuó el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Pedro Apaolaza, la sequía -y su impacto en la producción ganadera y de granos en toda la extensión bonaerense- ya le causó a la Provincia una pérdida estimada de $ 3.600 millones.
El dirigente rural, que mantuvo un almuerzo de trabajo con Daniel Scioli en la Gobernación, advirtió que si no se producen precipitaciones de importancia en los próximos diez días, las pérdidas podrían multiplicarse varias veces.
El impacto de la falta de lluvias en territorio bonaerense impresiona y supera ampliamente la preocupante realidad de otros distritos como Entre Ríos, donde la sequía provocó que se quemara el 97% de las hectáreas plantadas con maíz y las pérdidas económicas alcanzarían ya los 1.500 millones de pesos.
Los gobernadores van reaccionando a medida que el fenómeno climático avanza. Daniel Scioli salió a declarar que “el campo tiene razón” y monitorea con preocupación lo que ocurre. Jorge Capitanich, en el Chaco, declaró el jueves la emergencia agropecuaria y anunció la ayuda del Gobierno central para los productores de girasol. En Entre Ríos, Sergio Urribarri recibió ayer al campo.
El pampeano Oscar Jorge pidió a la Nación ayuda por $ 100 millones y el correntino Ricardo Colombi se reunirá con productores de su provincia mañana.
Pedidos de ayuda a gritos
El agro ante una crisis histórica
La falta de agua jaquea al campo. La presidenta de la Sociedad Rural de Olavarría, Norma Urruty, reclamó que se declare a toda la Provincia en desastre agropecuario. El secretario de la Producción de Pergamino, Daniel Freggiaro, también pidió la emergencia.
Los productores dicen estar quebrados. Marcela Blando, del sudeste provincial, denunció que la semana pasada murieron un centenar de vacas lecheras después de comer sorgo. Mientras, en Junín, el productor lechero local Carlos Corvetto remarcó que “es una situación que se ha agravado muchísimo en los últimos meses”.
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