Mientras en el marco diplomático parecen fracasar las conversaciones sobre un cese del fuego en la Franja de Gaza, la situación humanitaria de la región se deteriora y está llegando a nuevos niveles de desesperación.
Tras 20 días de operaciones militares, toda la población de Gaza sufre los efectos del frío y el hambre y en muchos casos carece también de techo.
Se calcula que el número de pobladores de Gaza que carecen de agua corriente ya llega al medio millón. Otras 500.000 personas tienen acceso de manera intermitente al agua potable. También escasean los alimentos y la electricidad, mientras continúan los bombardeos aéreos y de artillería, que ya han causado la muerte de más de un millar de personas, de las cuales 320 fueron niños o niñas.
UNICEF ha entregado agua, bidones y tabletas de purificación de ese líquido vital a la Cruz Roja Palestina para que esa organización se encargue de su distribución. UNICEF cuenta con más suministros que distribuirá cuando estén dadas las condiciones de seguridad adecuadas. La constante violencia dificulta en gran medida las labores de socorro y de reparación de la infraestructura de agua y saneamiento ambiental.
Pese a que todos los refugios han recibido suministros de agua potable, con la excepción de uno, en el resto del territorio la falta de acceso a ese elemento imprescindible sigue constituyendo una grave amenaza contra la salud de la población. En varias comunidades, las aguas servidas corren por las calles.
Los refugiados
El Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas está a cargo de la gestión y el abastecimiento de 41 refugios en Gaza en los que se alojan unas 35.000 personas.La familia de Amal Younis Diab Zayed, de nueve años de edad, se refugió en una escuela en el campamento de Al #Shatee, ubicado en Garza septentrional. La familia comparte una habitación con los 61 integrantes de otras 11 familias.
"Vinimos aquí porque nuestro hogar resultó destruido y no había ni agua ni electricidad", explicó el niño. "Ayer logré bañarme, algo que no hacía desde que comenzaron los bombardeos".
La sede de UNICEF también sirve de refugio a varias personas como Ibtisam Abu-Shammala, Oficial de Educación de UNICEF, y su hijo de nueve años de edad.
#"En casa no hay ningún lugar seguro, ningún lugar donde los niños estén a salvo", dice la funcionaria. "Yo temía por mi hijo. Tenia que salvar a mi hijo".
La educación en suspenso, la vida interrumpida
La Sra. Abu-Shammala se manifestó preocupada por las consecuencias a largo plazo que tendrá la crisis para los niños y niñas de Gaza. Debido a los combates fue necesario demorar el comienzo del año escolar, que ahora está fijado para febrero.
#"Estos niños y niñas no estarán preparados para comenzar las clases en el segundo semestre ni para dar el examen del primer semestre", señaló la experta en educación de UNICEF. La organización se prepara para reabastecer a las escuelas de los materiales perdidos, ya que la infraestructura escolar ha sido blanco de los ataques.
UNICEF ha exigido un cese de las hostilidades y paso franco e inmediato para la asistencia humanitaria. Esta semana, la sede de las Naciones Unidas en Gaza fue bombardeada, lo que ocasionó la destrucción de suministros de emergencia esenciales.
#"Lo que está sucediendo en Gaza viola las normas humanitarias, porque las víctimas son en su mayoría niños, niñas y mujeres, y porque la mayor parte de la población del territorio está constituida por menores de 18 años", afirmó la Sra. Ibtisam
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