EN LOS últimos tiempos, han sido frecuentes los reclamos de los usuarios, sobre todo a través de los medios de comunicación, relacionados con pérdidas de agua en diversos sectores de nuestra ciudad. Las fotografías publicadas en estas páginas y las imágenes ofrecidas por la televisión documentaron muchas de tales situaciones, que resultan altamente perjudiciales desde todo punto de vista, por cuanto significan un derroche innecesario y un daño para las calles, sean pavimentadas o de tierra.
DE ACUERDO con los puntos de vista de los vecinos, el organismo oficial encargado del servicio no responde con prontitud y eficiencia a los llamados, en tanto que desde Aguas Bonaerenses SA, su titular local, ingeniero Jorge Olaizola, si bien admite que esos episodios son reales, afirma que cabe tomar en cuenta determinados factores. Por un lado, que el sistema de agua es muy vulnerable y que la variación de consumo conforme la evolución de los fenómenos meteorológicos modifica rápidamente la presión y ello termina originando roturas.
NO DUDO el funcionario en afirmar que "la mala conducta de la gente es la causa de los mayores males de la red sanitaria". Entre las causas de los problemas que se padecen, figuran las conexiones clandestinas, casi 10.000, frente a 84.000 legales, además de actitudes desaprensivas de quienes arrojan desperdicios de todo tipo en los desagües cloacales, originando las consiguientes dificultades en las obras sanitarias. También hizo referencia a las no autorizadas conexiones entre los desagües pluviales y las cloacas, así como al hábito de los responsables de restaurantes, rotiserías y otras casas de comida de arrojar elementos perjudiciales.
LO PREOCUPANTE es que, tal cual lo admitió el funcionario ante una consulta de nuestro cronista, respecto de los controles, existe una "zona gris", ya que el poder de policía correspondería al municipio o a la Autoridad del Agua provincial. Pero, en la práctica, "nadie la realiza", revelación que pone al descubierto una riesgosa inacción frente a un problema que implica elevados riesgos para la salud de la población.
ES EVIDENTE que el crecimiento de Bahía Blanca en las últimas décadas no fue acompañado por una actualización del servicio en la medida aconsejable, aunque el déficit pareciera comenzar a corregirse en estos años. Pero también es cierto que el consumo diario por persona, ubicado cerca de los 600 litros, excede largamente los parámetros internacionales, lo cual merece un llamado de atención dirigido a cada uno de los habitantes, para que haga uso responsable del agua; sobre todo, cuando se está atravesando un período en el que las disponibilidades en el embalse Paso de las Piedras han disminuido a causa de la sequía. En definitiva, tanto al sector oficial como al usuario corresponde extremar las acciones y los recaudos, para que el servicio no se deteriore y, por el contrario, esté en condiciones de responder a las necesidades generales
|
|
|