Gustavo Romero, titular de Defensa Civil en La Pampa, afirmó sobre la situación pampeana que el organismo "está en máxima alerta" a raíz de la desastrosa sequía que se abate sobre la zona y por la falta de lluvias.
Romero afirmó a LA ARENA que el incendio forestal que afectó el martes a la reserva de pinos ubicada en el Bajo Giuliani se reavivó ayer y tuvieron que volver los bomberos y personal de DF a trabajar al lugar para poder sofocar el nuevo frente. El martes se habían quemado 30 hectáreas en esa zona.
"En la provincia tenemos una situación complicada. En la Dirección tenemos un mapa de riesgo actualizado todos los días a las 13 y la situación de riesgo en toda La Pampa es de muy alta a extrema. Cada día que pasa y no hay lluvias regulares sube un escalón esta situación", dijo Romero, advirtiendo sobre posibles nuevos focos.
El funcionario indicó que a raíz de la sequía y la falta de precipitaciones -en enero las lluvias caídas apenas llegaron a 1,6 milímetros en Santa Rosa- "estamos en máxima alerta desde hace varios días".
Aclaró además que "para esta época, todos los años siempre es complicada la situación. Pero ahora la seca convierte a La Pampa en un polvorín. Lo rescatable es que en la temporada, que comienza el 1º de noviembre y finaliza el 30 de marzo, muchos de los incendios, el 90 por ciento, fueron producidos por tormentas eléctricas y que luego hubo lluvias". Romero calculó que desde noviembre hubo 44 incendios en zonas rurales.
Hasta ayer a la tarde sólo se conocía que estuviera activo en La Pampa el incendio forestal del Bajo Giuliani, que habría sido provocado por causas humanas, si bien no hay mayores datos sobre las causas.
Romero aclaró igualmente que "hay que esperar que transcurran las horas, ya que hay temperaturas elevadas y esto puede provocar otro foco en cualquier momento".
El director de DF dijo que para evitar posibles focos se necesita la cooperación de toda la sociedad: "siempre insistimos que la gente de campo que esté trabajando nos ayude y no prenda bajo ningún concepto fuego, ya que está muy complicado. Hasta ahora, hay que reconocerlo, hemos tenido mucha colaboración".
La Pampa, entre las más afectadas
La Sociedad Rural Argentina (SRA) dio a conocer ayer un relevamiento de las localidades más afectadas por la sequía, con casos en los que las pérdidas de los principales cultivos son totales.
Según el informe de la Sociedad Rural, los lugares con mayores dificultades por la sequía corresponden a distritos de La Pampa, Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes y Formosa.
De acuerdo con el relevamiento de la SRA, en la provincia de Entre Ríos las situaciones más comprometidas se registran en Gualeguaychú, con pérdidas casi totales en maíz, soja y en cosecha gruesa. Las pérdidas en esta cosecha van del 50 al 70 por ciento. Los animales se encuentran en muy mal estado. La soja recién implantada está en recuperación gracias a
lluvias de 200 milímetros en un radio no superior a los 18 kilómetros. No obstante, para la soja de primera ya es tarde y no se esperan buenos rindes.
En el caso de La Pampa, el informe consigna que "en Atreucó, Catriló, Quemú Quemú, Maracó y Chapaleufú está muy afectada la cosecha gruesa, incluso con pérdidas totales en algunos casos, dependiendo de la época de siembra". También señala el relevamiento reproducido desde Buenos Aires por la agencia Diarios y Noticias que "se registra una gran bajante de la napa freática de hasta dos metros complicando el suministro de agua para la población y los animales".
"Al sur de Atreucó -agrega el informe- ya fue declarada por la provincia como zona
de desastre agropecuario. Se trata de los departamentos de Hucal, Caleu-Caleu, Lihuel Calel, Curacó, Puelén, Limay Mahuida y Chicalcó".
La SRA destaca también que "se observa una gran mortandad de animales y otros ni pueden subir al camión para ir a venta. La mortandad llega al cincuenta por ciento del rodeo".
Buenos Aires.
Con respecto a la provincia de Buenos Aires, el informe puntualiza que "en Dolores se ha perdido la totalidad del maíz sembrado y la soja está comprometida con baja altura, se esperan bajos rindes". En Castelli y Pila, la situación es similar, de extrema emergencia.
En Villegas, ya hay productores picando maíz. La soja de primera resiste pero con rindes muy bajos. La de segunda, nació de forma muy despareja, y contará con un bajo rinde. La situación en los tambos es grave y cuentan con escasa reserva de pasturas.
En Brandsen existe una alta liquidación de vientres y en los remates el número de animales creció en un cien por ciento, al contar con ofertas promedio de 1.400 cabezas. Allí, el precio es bajo: de $ 0,50 a $ 0,80 el kilo. Los tambos no consiguen rollos y la lluvia en el último semestre fue de 140 milímetros.
En Ameghino, los maíces sembrados en fecha tienen espiga formada y tendrán rindes un 50 por ciento. El grano para silo están sin espiga. En soja temprana, se registra un 30 por ciento de hoja ya seca. El ganado cuenta con pastos naturales muy cortos y praderas secas.
Corrientes y Formosa.
El relevamiento de Corrientes señala que "en Mercedes, las lluvias fueron de 490 milímetros, un 35 por ciento menor que el promedio histórico. Esto significa el abandono del riego de arroz ya sembrado, baja de napas, se secan reservorios de agua, crecimiento nulo de pasto y pérdida total en cultivos sembrados de girasol, soja y maíz". La producción anual de pasto fue un 48 por ciento menor al promedio histórico.
En Concepción, solo llovió hasta 50 milímetros en los últimos días, lo que permitió algún rebrote, pero la sequía es muy grave y promueve la seca de lagunas y esteros. En Saladas llovió durante 2007 y 2008 lo que llueve en un sólo año. El problema se agrava por la no venta de novillos gordos y terneros en forma fluida. La mortandad promedio superó el 10 por ciento con casos más graves. En preñez, no se supera el treinta por ciento.
Sobre la situación en Formosa, la SRA menciona que en General Belgrano, de octubre de 2008 a enero de 2009 las lluvias registradas están un 50 por ciento por debajo de la media del período y un 20 por ciento por debajo del mínimo histórico. Se registra una mortandad muy por encima del promedio de la época por seca de aguadas y potreros que no recuperaron su capacidad tras la salida del invierno.
Los cultivos de soja, batata y algodón se perdieron casi en su totalidad. En batata cae un 40 por ciento, y en soja, el 60 por ciento de los lotes quedarán sin cosechar.
Finalmente, sobre Misiones, el relevamiento destaca que "las actividades más afectadas son ganadería, horticultura, tabaco, forestación y el área sembrada con granos para forraje bovino".
"En la zona norte de la provincia se registraron algunas precipitaciones recientemente, pero las altísimas temperaturas y los vientos producen una sequía brutal", señala también el informe.
Coninagro calculó pérdidas por 4 mil millones de dólares
El titular de Coninagro, Carlos Gareto, estimó que las pérdidas del agro por la sequía y la "ausencia" de medidas oficiales ya suman 4.000 millones de dólares, y advirtió que el Estado pierde de recaudar 1.880 millones de dólares. La histórica sequía afectó también la superficie sembrada de soja, que será de 16,5 millones de hectáreas, muy por debajo de la campaña anterior, según las estimaciones agrícolas mensuales de la Secretaría de Agricultura (Sagpya).
Tanto Gareto como el titular de Carbap, Pedro Apaolaza, consideraron que los productores no tendrán recursos para pagar los impuestos, y consideraron conveniente declarar emergencia y desastre nacionales. "Muchos productores no tienen para solventar la próxima cosecha ni para darles de comer a sus hijos", dijo Gareto.
Piden más medidas.
Apaolaza adelantó que Buenos Aires trabaja para conseguir esos beneficios en todos los distritos y luego solicitar una homologación nacional. "Si a Cheppi (Carlos, secretario de Agricultura) le parece una locura quitar las retenciones que viaje y vea cómo está la provincia", desafió Apaolaza. Ambos dirigentes sostuvieron que la suspensión de las retenciones "debe estar en la mesa de las discusiones".
Gareto consideró que "debe haber diferimiento, prórroga, refinanciación, porque el productor no no va a tener los recursos para pagar" y advirtió que "el estado perderá igual la recaudación, porque se cayó la producción".
El analista Carlos Etchepare dio a conocer ayer una estimación de las pérdidas por sequía y calculó una pérdida global de 5.332 millones de dólares respecto del valor total de la producción. Por las retenciones, el total que dejan de percibir los productores alcanza a 6.622 millones de dólares.
Menos soja.
La sequía también redujo la superficie sembrada con soja, que la Sagpya estimó en 16,5 millones de hectáreas, por debajo de la campaña de 2008/2009, cuando se cubrió el 89 por ciento de la superficie prevista para sembrar, mientras que en la misma semana del año anterior "ya se había sembrado el 97% de la intención".
En esta campaña "las expectativas por implantar el oleaginoso, debido a la sequía verificada en gran parte del país, disminuyeron abruptamente", explicó el informe difundido ayer. El informe concluye que "la superficie sembrada hasta la fecha se convertirá en la final y total del cultivo, con 16,5 millones de hectáreas" y advierte que "será importante el aporte hídrico a corto plazo, cuando comienzan a definirse los rindes".
En el caso del girasol "la superficie a implantar se reducirá más del 23% en relación a la campaña anterior" y rondará las 2 millones de hectáreas. "Esta reducción deriva de las menores expectativas de siembra en todas las provincias, a excepción de La Pampa que incrementará su cobertura" indicó la Sagpya.
La cosecha de girasol ya comenzó en Chaco, Santiago del Estero y norte de Santa Fe "con rendimientos que no superan la tonelada por hectárea, por causa de la sequía imperante durante el ciclo y las altas temperaturas soportadas". "La producción final estimada para este año se ubicaría entre 2,5 y 3 millones de toneladas", agregó el informe. (Télam-DyN)
Pronostican máximas de 42 grados
En gran parte del país, incluida La Pampa, continuarán las altas temperaturas. El agobiante calor es una de las razones principales para que los turistas escojan las playas como destino.
La ola de calor que cubre gran parte del país producirá marcas máximas de hasta 42 grados entre hoy y mañana en la región centro-este del territorio, informó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). El organismo dependiente del Ministerio de Defensa indicó en un informe especial que esas temperaturas podrán registrarse en el sudoeste de Buenos Aires, La Pampa, este de Neuquén y Río Negro.
El informe meteorológico no trae buenas noticias para el campo, que padece las consecuencias de una sequía histórica, pero sí para industria turística. La secretaría de Turismo de Buenos Aires informó que la Costa Atlántica registró "un repunte" del turismo a partir de la segunda quincena de enero, por "el excelente clima, la estabilización de los precios y los buenos datos en materia de seguridad".
Luego del recambio iniciado entre el jueves 15 y el sábado 17, "las cifras de ocupación en toda la costa atlántica arrojan un promedio del 85 por ciento en establecimientos hoteleros y 70 por ciento en inmuebles de alquiler, para casi un millón de visitantes", añadió el organismo.
Calor sin fin.
Según el SMN, los valores de las temperaturas mínimas en la mañana de ayer oscilaron entre 20 y 24 grados y las máximas alcanzaron entre 36 y 41 grados durante la tarde. Para los próximos días, el pronóstico oficial establece que las mínimas oscilarán entre los 23 y 26 grados y las máximas entre 39 y 42 grados, en toda la región centro-este del país.
La entrada de un frente frío, estimada para el sábado, hará descender los valores sobre Neuquén y Río Negro, pero en el resto del área el calor seguirá con la misma intensidad durante el fin de semana. Elvesia Enríquez, difusora del SMN, explicó que las altas temperaturas se producen por "condiciones de cielo despejado o algo nublado y viento permanente del sector norte". Enríquez insistió que "hasta el viernes continuarán en esa área las altas temperaturas y recién para el sábado se prevé alguna inestabilidad en la costa bonaerense".
En la Capital Federal "se registran las temperaturas habituales para el mes de enero". La especialista recordó que "la máxima registrada en Buenos Aires, en el período 1906-2008, fue de 43,3 grados, el 29 de enero de 1957".
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