La extensión en tiempo y espacio constituye el factor principal que determina que la sequía actual pueda calificarse de muy grave.
Esto lo admitió la licenciada Stella Maris Carballo, técnica e investigadora en medio ambiente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), al disertar ayer, en nuestra ciudad.
Admitió la profesional que hemos estado ante otras sequías, inclusive dentro de ciclos más llovedores, como el que se dio cuatro décadas atrás.
No obstante, lo que caracterizaba a otros períodos escasos en humedad, es que afectaban a uno de los cultivos, ya sea de invierno o de verano, y daba la posibilidad de recuperarse con otro.
"Sin embargo, esta sequía, que se originó en el otoño pasado, afectó fuertemente a la ganadería y, posteriormente, a los cultivos que arrancaron en el invierno, para extenderse ahora", sostuvo.
"Lo más grave de esta sequía es que se ha generalizado", advirtió.
--Los más memoriosos, licenciada, la comparan con la de 1962...
--Sí, aunque también tuvimos la de 1930, que quizás fue peor que esta, pero hay que diferenciarlas desde el punto de vista meteorológico puro en función de que la genética de los cultivos y los manejos, gracias a Dios, han ido cambiando. Ante sequías de igual dimensión, los rendimientos pueden cambiar, por la evolución técnica.
--Claro que nadie puede negar, igualmente, la intensidad del fenómeno actual...
--Por supuesto. Sin ir más lejos, los resultados en trigo fueron muy bajos con relación a lo que se venía dando. Hemos tenido gravísimas pérdidas en girasol en el norte y la evolución es poco auspiciosa en el sur de Buenos Aires y en maíz hay que contabilizar también las pérdidas en las provincias del norte, sumado al desmejoramiento del este y sudeste de Buenos Aires.
--Ahora hay que pensar en la soja...
--En algunos lugares ya comenzaron a verse los efectos de una posible merma. No se puede hablar de todos los lotes, porque hay grupos con madurez diferente en función de una diferente época de siembra. Ahora que llovió se hicieron implantaciones en Santiago del Estero y Chaco.
--¿Y en nuestra región?
--En el sur y sudeste de Buenos Aires, las sojas de segunda en muchos casos no se pudieron sembrar, al quedar el terreno sin humedad. Muchos lotes se van perdiendo, aunque algunos tienen cierto potencial.
"En definitiva, se observa un mosaico muy amplio de situaciones, aunque la sumatoria dará una campaña muy inferior a lo esperado", resumió la licenciada Carballo.
--Ya nadie sueña con conseguir 54 millones de toneladas de soja...
--Al momento de la siembra se esperaban 50 millones de toneladas. No obstante, muchos lotes no se sembraron y otros están mal, mientras a algunos sólo los puede salvar una buena lluvia. De todas formas, es aún prematuro hacer una evaluación definitiva en materia de soja.
--En muchas partes, incluida nuestra región, la diferencia de la última campaña respecto de la anterior es que en el otoño de 2007 llovió y en el pasado no.
--El problema fue que la última campaña comenzó con la seca de otoño más importante de los últimos 50 años. Al sumársele la sequía de invierno e inicio de primavera, se formó un período marzo-septiembre que, sin lugar a dudas, es el más seco de los últimos 70 años.
Lo que se viene.
--Llamaron la atención, por aquí, expresiones suyas aparecidas en un diario regional en donde usted hablaba de la presencia del otoño más seco de los últimos cien años...
--Hubo una interpretación equivocada. Yo hablé de pasado y lo proyectaron. Quizás no me entendieron
--¿Y cómo puede ser, precisamente, el otoño venidero?
--Si llueve, el otoño próximo servirá para tener una esperanza sobre la campaña 2009/10.
--¿Qué nos puede deparar el clima en lo inmediato?
--Enero continúa con una dinámica de bloqueo para el noroeste y el sur. Son dos áreas con lluvias escasas. Resulta muy difícil el armado de tormentas.
--Pero en algún lado llueve...
--Los frentes se están armando sobre la franja árida y semiárida. Entra la humedad por Salta y Tucumán. Llueve en San Luis lo que no llovió en 60. No obstante, esas tormentas no prosperan hacia el este y cuando lo hacen sólo favorecen algo a Córdoba o el sur de Santa Fe.
--Apenas llegan al territorio bonaerense...
--Si llegan, lo hacen en el norte de la provincia de Buenos Aires, aunque en ese barrido algunos lugares se favorecen y otros no. Por lo tanto, tenemos un mosaico enorme de situaciones.
--¿Es decir que la precipitación no alcanza a generalizarse?
--La lluvia, como la sequía, se define productor a productor. Quizás a uno le cae agua en el campo y al de al lado no...
Cerca de Bahía.
--¿Qué se puede esperar para la zona próxima a Bahía Blanca?
--Habrá dos tormentas durante los últimos fines de semana de enero. No obstante, si me pregunta por volumen, los mayores se van a dar desde el centro del territorio bonaerense hacia el norte, con lo cual debo decirle que cualquier tormenta que se arme por aquí dejará poca agua y no solucionará el problema de la sequía que tienen ustedes en esta región.
--¿Y en febrero?
--Las condiciones de distribución de lluvias no cambiarán rápidamente. Por lo tanto, el patrón va a ser de mucha dispersión. Habrá zonas elegidas por la lluvia, como San Luis, Córdoba, noroeste de Buenos Aires y sur de Santa Fe y otros lugares donde el fenómeno se diluirá.
"A mediados de febrero se puede revertir el proceso de sequía y pensamos que puede haber un alivio para marzo o abril".
--¿Sospecha que desde la mitad del otoño volverá la sequía?
--Recién a partir de abril o mayo se definirá cómo será la campaña que viene en materia de clima, en función de las condiciones de los océanos y de la atmósfera. No es prudente anticipar, por lo tanto, lo que puede pasar.
"Nosotros podemos contar lo que pasó y por qué pasó, pero no es fácil anticipar cómo se va a comportar un sistema tan dinámico".
--¿Ni siquiera asegurar que la sequía va a seguir?
--No. No quiero ser tan atrevida.
--Pero no puede negar que la situación actual es grave...
--No me cabe ninguna duda que es grave.
La peor cosecha de trigo de los últimos 27 años
La cosecha de trigo en la Argentina oscilará en los 8.300.000 toneladas, con lo cual se constituirá en la peor desde el ciclo 1981/82.
Esto lo admitió la secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, en un informe elaborado y difundido en las últimas horas.
La sequía soportada durante el ciclo en las zonas recolectadas y las altas temperaturas registradas últimamente, a lo que se agrega algún daño por heladas y la baja dosis de fertilizantes agregados, tanto en siembra como en macollaje, en la mayor parte del área triguera nacional llevó el área perdida a más de 460.000 hectáreas, por lo que la superficie a cosechar será de 4.200.000 hectáreas.
Se admitió que la zona sur y sudeste de la provincia de Buenos Aires aparecen como una de las regiones más castigadas por el clima para el desarrollo de este cultivo.
Se anticipó, asimismo, que la soja, el principal cultivo de la Argentina ocupará, por efectos de la prolongada falta de humedad, sólo 16.500.000 hectáreas.
En caso se confirmarse esta cifra, la producción puede perder más de 1.760 millones de dólares respecto de la campaña anterior, con lo que el Estado dejaría de recaudar más de 600 millones de dólares en materia de retenciones a la exportación.
En octubre pasado, se había estimado, desde el mismo organismo oficial, que la soja ocuparía entre 17,8 y 18,2 millones de hectáreas en todo el país, muy superior a los 16, 6 millones que abarcó la campaña anterior y que se constituyó en un nuevo record en la superficie implantada con esta oleaginosa.
En cuanto al girasol, la superficie se reducirá más del 23 por ciento y rondaría las 2 millones de hectáreas y el maíz registra una intención de siembra (grano más forraje) que oscilaría en 3,4 millones de hectáreas, con reducciones en todas las zonas productoras.
¿Record de cebada?
La cebada cervecera incrementó el área a sembrar en un 36,7 por ciento, estimándose una cobertura de 600.000 hectáreas.
Según Agricultura, esto se pudo concretar debido a los buenos precios garantizados por contrato, a lo que se adiciona la posibilidad de cosecha más temprana que el trigo, permitiendo, de este modo, una buena implantación de cultivos estivales.
Los lotes han presentado un adecuado desarrollo lo que garantizó productividades altas, que llevarán la recolección a 1.690.000 toneladas, que, de concretarse, constituirían la mayor producción histórica de este cereal en la Argentina.
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