Profesionales de la facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata ingresaron en la recta final de la construcción de uno de los ocho instrumentos que formarán parte del SAC-D/Aquarius, un satélite con desarrollo argentino, casi en su totalidad, y que permitirá realizar estudios del océano, la atmósfera terrestre, así como también prever inundaciones, incendios o tsunamis.
Se trata del cuarto satélite que está desarrollando la Comisión Nacional de Actividades Espaciales -CONAE-, con la participación de organismos científicos y empresas de Argentina, así como también agencias espaciales de Italia, Francia, Canadá, Brasil y la Nasa como socio principal. La nueva misión tiene fecha de lanzamiento para el 22 de mayo de 2010 y se llevará a cabo en Estados Unidos.
En lo que respecta a la producción que se está realizando en nuestra ciudad, en el área de comunicaciones del Departamento de Electrotecnia de la Facultad de Ingeniería, cinco son los Ingenieros que desde el año 2005 están construyendo el DCS, que se trata del instrumento que servirá como sistema de recolección de datos. "Los satélites argentinos son científicos y dentro de ellos van distintos instrumentos para diferentes experiencias" contó el ingeniero Gerardo Sager y explicó que "cuando pase por cierta parte de la Argentina, nuestro instrumento recibirá las transmisiones terrestres y es en la estación terrena de Córdoba donde bajan los datos recolectados".
La estructura del satélite está siendo construida por el INVAP cuyo espacio físico se encuentra en Bariloche y es la empresa que actúa como principal contratista en el plano nacional. Dentro de la Facultad de Ingeniería platense también participan el GEMA y el LEICI con diferentes tareas.
En el Departamento de Electrotecnia local, el ingeniero Hugo Lorente explicó: "en enero del 2005 hicimos la presentación del instrumento al CONAE y nos aceptaron la propuesta" y agregó "la verdad es que lleva mucho tiempo de desarrollo y pruebas y tenemos guías muy estrictas, normas de calidad y componentes muy cerrados que debemos seguir sobre todo teniendo en cuenta que el espacio es un lugar muy agresivo y no cualquier componente funciona bien".
Dentro de los beneficios del nuevo proyecto, Sager explicó: "permite recibir transmisiones de lugares lejanos como por ejemplo, de un animal salvaje en la selva del Chaco o estudiar las migraciones de distintas especies a los cuales se les coloca transmisores", a lo que Adrián Carlotto agregó que "también se podrán prevenir tsumanis mediante boyas en el océano, incendios, inundaciones, determinará la salinidad marina y humedad del suelo, así como también todas las cuestiones relacionadas al calentamiento global".
A cuatro años del comienzo de obra y poco más de un año del lanzamiento de la nueva misión satelital, el ingeniero José Juárez señaló: "ya estamos en la etapa del armado y se siente un gran alivio porque arrancamos con meros dibujos y empezar a ver el ensamble es una enorme satisfacción".
Por su parte, Sager agregó que "antes Argentina tenía que pedir permiso a la Nasa para poner instrumentos en satélites de otros y en este caso es al revés por tratarse de un desarrollo casi completamente nacional".
PASOS A SEGUIR
Luego del armado del instrumento en el cual trabajan actualmente, le suceden ciertos pasos a modo de pruebas que deben superar. Al respecto, Lorente explicó: "de acá pasa al GEMA donde se le hacen ensayos a modo de reproducir las vibraciones del lanzamiento que es el lugar donde se puede romper, pasado ese examen se traslada a Córdoba y se le realiza un vacío dentro de una campana y se lo varía en distintas temperaturas".
Luego de estas dos etapas, los especialistas informaron que se corrobora que no produzca interferencias con otros instrumentos, lo cual se lleva a cabo en el EMI -Interferencia Electromagnética- y "recién ahí es cuando sale para Bariloche y se integra a la estructura" agregó Lorente y concluyó profesional que "el satélite completo se prueba en Brasil y finalmente llega a Estados Unidos en perfectas condiciones".
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