La sequía que castiga a gran parte del país tiene un efecto devastador en la provincia de Entre Ríos. Las pérdidas en maíz, girasol, sorgo y soja ascenderían a 800 millones de pesos y en ganadería serían superior a 285 millones.
El 80 por ciento de la población sentirá las consecuencias ya que de la cadena agroalimentaria depende el 40 por ciento de los empleos de esta provincia, según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos.
Del millón y medio de hectáreas sembradas con maíz, girasol, sorgo y soja se perdieron casi 900 mil, el 60 por ciento. El cultivo más perjudicado es el maíz: había 160.000 hectáreas sembradas y sobrevivieron sólo 16.000, nada más que el 10 por ciento.
En tanto, en Santa Fe ya se están haciendo los cálculos sobre la merma producto de la falta de lluvias y otros factores.
El corriente año la producción granaria de la provincia llegaría a alrededor de 12 millones de toneladas contra 18 millones del ciclo 2007/08, según un último cálculo de la Bolsa de Comercio de Rosario.
El informe añade que la exportación de granos santafesinos sería de alrededor de 9,5 millones de toneladas con un valor de 3.300 millones de dólares contra 15,3 millones de toneladas y 6.458 millones de dólares del año anterior.
Los entendidos aseguran que a nivel general de la pampa húmeda se atraviesa un estado de alerta amarilla y que de no aparecer lluvias suficientes en los próximos 15 días el deterioro será enorme. Hay daño irreversible en maíz.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires acaba de advertir un recorte de 300 mil hectáreas de soja (sobre un total de 18 millones) de acuerdo a datos relevados hace una semana atrás. Y que de esas 300 mil hectáreas el 44 por ciento corresponde a la región mesopotámica (Entre Ríos en especial), un 36 por ciento al sur bonaerense y un 20 por ciento al norte santafesino, indica el informe de evolución de cultivos de la entidad porteña.
En detalle.
En Entre Ríos, la pérdida del 90 por ciento de los cultivos de maíz equivale a 176 millones de pesos.
Similar suerte corrió el girasol con una pérdida del 50 por ciento de la superficie sembrada que representa 25 millones de pesos.
En sorgo se disiparon 52.000 hectáreas. Para sembrar esa superficie se invirtieron 62 millones de pesos en insumos y gastos de laboreo.
La soja también está castigada.
Se perderá el 50 por ciento de la que se sembró tempranamente y la poca soja de segunda que logró nacer está en muy mal estado. La pérdida estimada para este cultivo es de 500 millones de pesos.
Los datos surgen del estudio realizado por la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, cuyo vicepresidente Oscar Montero contó preocupado que "el impacto de la sequía es económico pero también social".
"De la cadena agroalimentaria depende el 40 por ciento de los empleos de esta provincia", apuntó.
Otro drama en el ganado.
La ganadería también vive un drama en la provincia lindera. En terneros, se perdieron 42 kilos por cabeza y en novillos, 54 kilos. Esto quiere decir que se esfumarán más de 285 millones de pesos.
El proceso de pérdida de producción de los pastizales comenzó en otoño (bajas lluvias de marzo y una helada temprana en abril) y se intensificó a partir de las bajas temperaturas. A esta falta de forrajes se sumó la falta de aguadas.
"La situación es terminal", dicen desde Coninagro
"La situación es terminal". Así lo afirmó Carlos Garetto, el titular de Coninagro, en referencia a la economía de una buena parte del sector agropecuario.
A las quejas que viene expresando el sector agropecuario por el nivel de las retenciones después de que se acabaran los precios récord de los cereales, vio sumarse ahora los problemas por la sequía que afecta a gran parte del país.
La Mesa de Enlace -que integran, además de Coninagro, la Rural, la Federación Agraria y Confederaciones Rurales- hizo pública una carta que le envió a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pidiéndole que tome "medidas urgentes y realmente efectivas" para paliar la situación.
Garetto puntualizó que lo que quieren los ruralistas es "una mesa de diálogo para consensuar las acciones" en la que participen también "los gobiernos provinciales y los gobiernos municipales". La calificó como una alternativa que podría contribuir a atravesar el difícil trance.
En cuanto a las medidas que piden, insistió con una baja de las retenciones, la habilitación de más exportaciones de carne, una "ayuda directa" para los pequeños productores y que se cumpla el precio de un peso por litro de leche para los tamberos.
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