Néstor Kirchner escuchaba al intendente y anotaba números en un cuaderno ajado, con espirales rotas: datos económicos, porcentajes de encuestas y hasta curiosidades políticas. "Vas a ver, con la obra pública vamos a cambiar el humor de la gente", dijo. Cuando intuyó que su interlocutor dudaba, le garantizó con su palabra una ayuda millonaria: "No te hagas problemas. Este programa lo monitoreo yo".
Desde hace un mes, el ex presidente reparte partidas para obras públicas en la provincia de Buenos Aires en oficinas de la quinta de Olivos. El jefe del PJ recibió a más de 40 intendentes en 30 días. A todos les garantizó dinero y les pidió el máximo esfuerzo para ganar las elecciones de octubre en la provincia más grande del país. Once de los caciques bonaerenses más influyentes que pasaron por Olivos y tienen diálogo fluido con Kirchner contaron a La Nacion que el ex presidente les anticipó que habrá, sólo para el conurbano, un piso de 5000 millones de pesos.
Como en sus días de presidente, Kirchner llega a esas reuniones rodeado de funcionarios. Acompañado por el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el secretario de Obras Públicas, José López, convoca a los intendentes para hablar del desafío que lo obsesiona: cómo ganar la batalla que podría marcar el destino de su proyecto de poder. Los recibe con el megaplán de obras. Sin esconder su influencia sobre las decisiones del gobierno de su esposa, el líder del PJ fue en lo que va de 2009 el principal artífice de los primeros anuncios del Gobierno. El jueves 8, el día en que la Presidenta sufrió la lipotimia, Kirchner se hizo cargo del acto oficial en Florencio Varela para anunciar 516 millones de pesos en obras viales y de infraestructura de salud. Una semana antes, él mismo había ultimado los detalles con el intendente, Julio Pereyra, uno de los jefes del conurbano que más lo frecuentan.
Lo mismo pasó con Juan José Mussi, de Berazategui: lo citó en Olivos el 15 de enero y afinó números para el acto oficial del día siguiente en ese municipio. Unas horas después, Cristina Kirchner anunció 460 millones de pesos para un megaproyecto hidráulico que estaba demorado y otros 250 millones para obras locales.
En Olivos se terminaron de definir inversiones o el relanzamiento de obras en distritos clave, que se anunciarán -en algunos casos hasta por tercera vez- a lo largo de 2009. Se acordaron más de 60 millones de pesos para Lanús; 150 millones para La Plata; 224 millones para Tigre; 176 millones de pesos para Olavarría; 100 millones de pesos para Tres Arroyos; 90 millones de pesos para Lobos? Muchos intendentes se van de la quinta presidencial con la promesa de recibir un aumento de hasta el 80 por ciento en el reparto de fondos nacionales para sus distritos.
Con los acuerdos cerrados, Kirchner ordenará la segunda parte del plan: definir una lista de actos de campaña, que empezarán a partir de marzo, según confirmó el ex presidente a varios jefes comunales. La mayoría serán encabezados por la Presidenta.
En cada charla, mientras Randazzo y López repasan en detalle el estado de las obras, Kirchner anota datos que considera relevantes y adoctrina políticamente a los intendentes.
Salvo obras específicas, las listas repiten ítems comunes: mejoramiento de hospitales y de escuelas, construcción de viviendas y de cloacas y, sobre todo, obras viales. Se hacen rápido y se muestran fácil, justifican los jefes territoriales.
El ex presidente promete agilidad burocrática, pide apoyo y exige que los fondos se gasten "cuanto antes". Sostiene que así garantiza dos cosas: amainar los posibles efectos sociales de la crisis económica internacional y tener una batería generosa de obras para mostrar antes de las elecciones.
"Tienen que ganar ampliamente", ordenó Kirchner hace unos días a un grupo de intendentes justicialistas del interior provincial, después de prometer obras en una de las oficinas de Olivos. En ese mismo momento, la Presidenta reaparecía en público en el auditorio principal, después de una semana de reposo.
Unos días antes, a solas con un influyente cacique peronista del conurbano, había confesado el mismo desvelo, pero con una promesa adicional:
-Por ahora tenés 100 millones de pesos en obra pública. Pero puede haber más.
-¿Cuándo? -preguntó el intendente.
-Si en tu distrito sacamos más del 60 por ciento de los votos -dijo, y despidió a su interlocutor con una sonrisa cómplice.
Kirchner tiene una obsesión con el conurbano y los porcentajes que necesita para definir la supervivencia del poder sin necesidad de prestarle atención al interior del país. Se lo hace saber a toda persona con la que habla en Olivos. "Necesitamos que los intendentes traccionen votos; se gana de abajo hacia arriba", repite.
El misterio de las listas
Eso sí, de candidaturas no quiere hablar por ahora. Los jefes comunales bonaerenses le piden que se postule para diputado, pero Kirchner tiene sólo dos reacciones: duda o se hace el distraído.
Sólo confiesa algo más con un puñado de hombres de confianza. En esos casos, da pistas: "No quiero. Pero si no hay más remedio, el candidato voy a ser yo". En la intimidad sigue elogiando las posibilidades del jefe de Gabinete, Sergio Massa.
No lo definirá hasta último momento. Hasta ahora, profundiza su estrategia para mantener fidelidades, más allá de los candidatos. Y, con la excusa del plan de obras anticrisis, encontró un sistema propio de reclutamiento, que promete controlar él mismo para evitar sorpresas.
Cuando se despide de los intendentes, Kirchner repite siempre lo mismo: "Cualquier problema que tengas, me llamás a mí".
En números 5000 millones de pesos
Es la caja de la que dispone el ex presidente Néstor Kirchner para obras públicas en los municipios del conurbano bonaerense que son afines al Gobierno. Quiere que las obras estén terminadas antes de las elecciones de octubre.
80 % aumento para inversiones
Es lo que prometió el ex presidente a algunos intendentes. La lista incluiría el mejoramiento de hospitales y de escuelas, la construcción de viviendas y de cloacas, pavimentos y obras específicas de cada municipio.
40 intendentes
En 30 días se reunieron con Néstor Kirchner en la quinta de Olivos. También participaron el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el secretario de Obras Públicas, José López. El ex presidente repartió dinero para obras públicas en busca de fidelidad y de un alto porcentaje de votos en las elecciones. El conurbano bonaerense es su obsesión y se encargará personalmente de la ingeniería electoral.
Anuncian más proyectos para el interior
La presidenta Cristina Kirchner encabezará mañana, el martes y el miércoles la firma de convenios entre la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) y las provincias de Buenos Aires, Tucumán y Mendoza para impulsar planes de obras públicas. Las citas son en la quinta de Olivos, a las 18.30. El jueves, también en la residencia presidencial, se anunciará el acuerdo logrado con diversas cámaras para el canje de electrodomésticos de la llamada "línea blanca". De esa manera, el Gobierno retomará la cadena de anuncios públicos que había iniciado a fines del año pasado.
"Se entrega dinero según la amistad"
Quejas de intendentes y dirigentes opositores por la distribución oficial de partidas para obras
Sin sorpresa, pero con indignación, intendentes opositores del territorio bonaerense se resignan a no recibir un solo peso más en concepto de planes para vivienda u obra pública durante este año. Mientras tanto, se quejan, vecinos con mejores vínculos con el poder son beneficiados con fondos que les permiten respirar aliviados.
"A partir del conflicto con el campo se profundizó la lógica de amigos y enemigos. Los que estamos en este último grupo no recibimos nada", afirmó a LA NACION el intendente radical de Junín, Mario Meoni, cercano a Julio Cobos.
"Mientras en localidades cercanas se dan fondos, nosotros penamos desde hace dos años para cobrar dinero del Plan Federal de Viviendas. Faltan 8 millones, las obras están paradas y se le provoca un perjuicio enorme a la gente que ya tiene su casa adjudicada", afirmó Meoni, un ex aliado del kirchnerismo que, de todas maneras, rescató la "voluntad política" del gobernador Daniel Scioli y el apoyo provincial para otras obras en su localidad.
Mario Barbieri, intendente de San Pedro y también radical, pintó un panorama parecido: "Es muy injusto. Se daña a la gente, que es la más perjudicada. La política no está para eso". Detalló que hubo pedidos concretos a Scioli y la ministra de la Producción, Débora Giorgi, para la producción de naranjas y un subsidio para desempleados luego de que la sequía arruinara la cosecha. "Esperamos desde agosto esta ayuda, pero nunca llegó", dijo, con tono bajo.
Otro jefe comunal, que pidió no revelar su nombre ("Si no, me cortan la cabeza", argumentó), dio más datos de la supuesta discriminación del oficialismo: "Hacen reuniones en Olivos e invitan a los más obsecuentes. Nos dejan afuera de todo".
Para el diputado provincial Sebastián Cinquerrui (Coalición Cívica), "las obras y los recursos son otorgados por Kirchner luego del mapeo que hace Julio De Vido; se dan en relación directa con el amor que le profese cada intendente".
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