Detrás de la advertencia que hizo la administración de Itaipú, que el país hubiera sufrido un racionamiento eléctrico si no aprobaban el uso de casi tres metros de agua del embalse del complejo hidroeléctrico en diciembre de 2008, para generar más energía, hay irresponsabililidad y un propósito oculto, según puede inferirse del nuevo documento divulgado ayer por el Sindicato de Ingenieros del Sector Eléctrico (SISE).
Esas advertencias, como respuesta a una denuncia de la organización de ingenieros de Itaipú, pueden leerse en el resumen que envió a nuestro diario su director general paraguayo, Carlos Mateo Balmelli, que fue publicado por nuestro diario el día 14 del presente mes, en la página 14, Política, bajo el título “El objetivo era una optimización energética de Itaipú, explica Mateo”.
RACIONALIZACIÓN Y SOBREPRECIOS
“Con la actual operación de flexibilización, la ANDE pudo cubrir sus necesidades de demanda de energía con energía excedente a su contrato (debido a las reducidas lluvias en la región), sin recurrir a cortes de los suministros que afectan a sectores más carenciados o comprando energía a un costo más elevado de Eletrobrás y Yacyretá”, se lee en el primer párrafo del resumen que el director general de Itaipú nos hizo llegar.
En otro párrafo del resumen oficial de las autoridades paraguayas de la entidad binacional se advierte que si no se ejecutaba esa “operación”, “la ANDE hubiera contratado una potencia de 634 MW para atender las necesidades de su demanda, o sea US$ 13,9 millones de desembolso adicional, o se habría recurrido muy probablemente al racionamiento de energía...”
“TEMERARIO, IRRESPONSABLE ...”
La réplica, por cierto extensa, del SISE en este debate que ya se instaló en el sector energético del país comienza con la siguiente frase: “Realmente es temerario e irresponsable decir que la ANDE podría recurrir a cortes en los suministros, puesto que la función básica y fundamental de la misma es la de suministrar energía a todos sus usuarios, con la debida seguridad y calidad, independiente de que, coyunturalmente, el costo sea más elevado”.
Añade que cualquier prestadora de servicios de electricidad sabe que la energía es lo primero, “los aciertos financieros se concretan posteriormente. Es decir, después se ve cómo pagar. De ahí que vaticinar que habrá cortes denota falta de seriedad, un profundo desconocimiento del tema o que se está buscando resultados mediáticos de opinión, sobre todo en nuestro país, que es dueño del 50% de la mayor hidroeléctrica del mundo”.
EL RIESGO ESTÁ EN LA CONTRATACIÓN DE ANDE
Sin embargo, no soslayan el mensaje que conlleva esa advertencia: Es verdad que por el modo en que contrata actualmente la ANDE (aproximadamente 40% de sus necesidades), siempre estará en riesgo, “pero sabe que tiene prioridad para la utilización de los excedentes”.
Al llegar a este punto, asterisco mediante, nos remiten a la parte final del capítulo para recordar el “legado del fatídico acuerdo de 2002, donde aparece la ‘energía complaciente’ y que en este momento le está pasando al país una de sus varias facturas”, destacan.
La “política de la complacencia interesada”, así la denunció Carlos Cardozo Florentín en sus horas de crítico, de acuerdo con lo que expone el SISE, no termina en esa “prioridad”, cuyo precio para el país aún no es transparente.
“... Si eso no es suficiente, la Eletrobrás le cede parte de su contrato hasta cubrir sus necesidades energéticas. Lo que significa que, habiendo o no reducción del embalse, la ANDE posee los mecanismos para paliar sus reales necesidades, claro que a un costo mayor (caso en que utilice el contrato de la Eletrobrás), pero nunca permite que ocurra cortes”, aclara.
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