La peor sequía de los últimos 70 años ha dejado pocas zonas del país sin afectar, aunque las que más fuerte sienten el impacto son las provincias de Santiago del Estero, Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos, Chaco, La Pampa, Chubut y Río Negro.
Un informe actualizado de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) ofrece detalles del impacto. En Río Negro, el norte es la zona más afectada. Como adelantó este medio, allí se produjo la muerte del 50 % del rodeo vacuno.
En la provincia de Chubut se perdieron 1 millón de ovejas -sobre un stock de 4,5 millones-, registrándose una caída del 30% de la producción de lana por condiciones climáticas. Hay en juego allí 9.500 puestos de trabajo directo.
Pasando al centro del país, en las provincias de Buenos Aires y La Pampa las zonas con mayores pérdidas son: Patagones, Villarino, Bahía Blanca, Puan, Tornquist, Saavedra y Alsina.
Allí no se podrá cosechar el 60% de la superficie implantada con semillas de rindes inferiores. De 299.000 hectáreas implantadas se perdieron 190.000, lo que representa pérdidas por casi 150 millones de dólares para el área de influencia.
En Santa Fe, la sequía se siente profundamente en el norte (9 de Julio, Vera y General Obligado) donde se perdió entre el 15 y el 20% del rodeo vacuno. La superficie sembrada fue tan sólo del 20% sobre un potencial de un millón de hectáreas.
En Santiago del Estero las pérdidas del rodeo vacuno alcanzan las 40.000 cabezas, y la superficie sembrada alcanzó sólo el 17% del área cultivada en la campaña 2007/08.
Factores políticos y climáticos
Las entidades rurales consideran inescindible (en cuanto a los efectos) el factor climático del contexto político.
En este segundo ítem incluyen la restricción de las exportaciones a través de cuotas, las autorizaciones discrecionales para exportar, una reducción del área sembrada y una menor incorporación de tecnología, factores que provocaron que hoy el impacto se sienta el doble.
Por el aspecto climático los productores perdieron en todo el país 20 millones de toneladas, 5.982 millones de dólares de ingresos, mientras el Estado recaudó casi 2.000 millones menos en concepto de retenciones. A ello CRA suma el impacto de las políticas, lo que hace que las economías del interior hayan resignado para la presente campaña otros 1.800 millones de dólares, mientras que el Estado nacional dejó de percibir unos 422 millones de dólares en concepto de una menor recaudación por retenciones.
En el caso de cereales y oleaginosas la sequía golpea tan fuerte que la pérdida en cultivos como trigo y maíz es de 3,9 millones de toneladas y de 3 millones de toneladas respectivamente.
Según estimaciones preliminares, la soja alcanzaría esta temporada una producción de 37,5 millones de toneladas, es decir 12 millones menos que lo que se preveía en precampaña. Es la menor producción en los últimos cinco años. El fenómeno se debe principalmente a la caída en los rindes del 15% y a una menor área sembrada respecto de la esperada. Este shock sobre la producción implica una pérdida para las economías del interior de 4.500 millones de dólares además de una pérdida de recaudación que ronda los 1.600 millones de dólares.
En la misma dirección, los productores de girasol ven muy comprometidos sus ingresos con una caída en la producción de un 35% lo que da como resultado una pérdida de ingresos del 75%.
Río Negro, sin respuestas
Ante la situación desesperante que se refleja en la Patagonia, los productores de Santa Cruz, Chubut y Río Negro están solicitando una compensación para la mano de obra ocupada: que el productor reciba un importe similar a 13 sueldos básicos de peón y a cambio se comprometa a mantener los puestos de trabajo fue una de las demandas. Otra es poner en marcha un Fondo de Asistencia Directa con créditos a tasa cero.
Pidieron también la eliminación de las retenciones a la exportación de lanas sucias, del 10%, y de lanas lavadas, que es del 5%. Además de subsidios mediante créditos para compra de forrajes y pasturas, compra de maquinaria para reserva de forraje y para incentivar la actividad de los criadores, así como flexibilizar la barrera sanitaria para recomponer el rodeo de cría.
Pero hasta ahora sólo tres provincias han declarado la Emergencia Agropecuaria. Éstas son Buenos Aires (en parte de su superficie), Entre Ríos y Chaco.
Esta última, Santa Fe y Formosa solicitaron al gobierno nacional subsidios para estudios geoeléctricos de acuíferos o fuentes de agua para uso ganadero y para inversiones en tanques, molinos, bebederos, créditos para compra de forrajes y pasturas, compra de maquinaria para reserva de forraje y para incentivar la actividad de los criadores. Además, la creación de un Fondo para Cría, que abarque las primeras 250 vacas de todos los productores.
Por otro lado, pidieron la liberación de las exportaciones de termoprocesados (vaca conserva) sin cupo y suspender los aportes patronales en los departamentos con desastre agropecuario durante el año 2009.
Prioridad y favoritismo hacia los intendentes K
El plan de ayuda que el gobierno implementó para beneficiar a los productores agropecuarios afectados por la sequía se instrumenta de manera discrecional y con criterios políticos, según admiten en privado los propios funcionarios involucrados en el proyecto.
La Casa Rosada puso en marcha un mecanismo para entregar subsidios, maíz y forraje gratis a los chacareros que tienen su ganado al borde de la muerte debido a la falta de lluvias.
Pero los que deciden quiénes serán los favorecidos por el programa son los intendentes y gobernadores que responden al oficialismo. Según el gobierno, la secretaría de Agricultura tiene alrededor de 1.000 millones de pesos para gastar en este plan, llamado "Sequía II".
El proyecto se puso en marcha el miércoles 14 de enero, el día que la presidenta Cristina Kirchner anunció en la Quinta de Olivos la instrumentación de subsidios para los productores que compren maquinaria agrícola. Desde la residencia presidencial, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, habló con el gobernador de Buenos Aires Daniel Scioli; el de Santiago del Estero, Gerardo Zamora; el de La Pampa, Oscar Jorge; el de Chaco, Jorge Capitanich; y el de Entre Ríos, Sergio Urribarri. Acordó con cada uno de ellos que serían los intendentes de sus provincias quienes iban a comunicar qué productores locales necesitan recibir cuanto antes la ayuda agrícola de la Casa Rosada. "Ellos son quienes mejor conocen a sus vecinos, a los productores de cada zona. Son los interlocutores que necesitábamos", explicó un funcionario clave del proyecto. Pero la realidad es que son los intendentes que responden a los Kirchner quienes tienen prioridad y favoritismo para repartir el forraje K en su zona de influencia.
Uno de los primeros jefes comunales que recibió ayuda de la Casa Rosada fue Ricardo Curetti, el intendente de la localidad bonaerense de Carmen de Patagones, de sesgo oficialista. Según acordó con autoridades nacionales y provinciales, recibió 600 cheques de 15 mil pesos cada uno para repartir entre los productores agrícolas locales. Curetti explicó que "el subsidio lo recibirán 258 productores de Patagones, 132 de Villalonga y Pradera, y 216 de la localidad de Stroeder. Los productores van a recibir los 9 millones de pesos, y de esta manera se estará cumpliendo el compromiso asumido por el gobierno nacional y de la provincia para brindarle ayuda económica al sector".
Además, Curetti negoció con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, la entrega de alimento para el ganado que también será distribuido entre los chacareros de su distrito.
Según pudo saber "Río Negro", la decisión de que sea Moreno la cara visible del gobierno para este tema fue una decisión de Néstor Kirchner: es el funcionario más "odiado" por la dirigencia rural, que le pide la renuncia cada vez que puede. Kirchner no quiere que su funcionario preferido sea doblegado y por eso lo muestra lo más que puede.
Moreno tiene todo el apoyo K para continuar distribuyendo la ayuda ganadera a los dirigentes oficialistas. La metodología con la que fue beneficiada la municipalidad de Carmen de Patagones se repetirá en el resto de los municipios de las provincias que sufren la sequía.
La Mesa de Enlace Agropecuaria alertó esta semana que el mecanismo traerá problemas por la falta de transparencia en el reparto de los beneficios para los productores: "No queremos que nos traten de tontos", se enojó el titular de CRA, Mario Llambías, y agregó: "Esto es un posible foco de clientelismo político y económico".
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