Son dos años de sequía, que en algunos rincones de la Provincia tuvieron épocas de mayor alivio, pero el agua posibilita la producción y esto es lo que altera el ritmo habitual, tanto para el sector rural, como para las ciudades. La falta de lluvias que se prolongaron por diez meses en 2008 en los departamentos santafesinos del norte, demoran lo que podría ser una recuperación con lluvias paliativas que de tanto en tanto arrojan unos milímetros para que no vuele tanto el polvo en suspensión, sin poder elevar las napas ultrasalinizadas por su concentración a varios metros del nivel del suelo.
Es visible el daño, es muy profunda la complicación. "La situación siguió agravándose, porque hay que sumar los desaciertos de la política nacional que venimos padeciendo en ganadería y lechería desde hace mucho tiempo, además de la crítica situación internacional en cuanto a los productos que nosotros vendemos", aseguró en comunicación con LA OPINION la subsecretaria del Sistema de Administración Financiera, María del Carmen Alarcón. La funcionaria remarcó que "lo más grave en esta situación ha sido el arrastre que ha tenido en el tema de ganadería y lechería fundamentalmente. El cierre de exportaciones de carne y leche encontraron a un sector que no estaba bien parado para aguantar un problema que no es de índole política, como lo es la sequía".
Por dos costados, el campo y la producción en Santa Fe tienen una afección histórica, que ya se siente con intensidad y que demandará mucho en poder recuperarse. El desbalance que esto produce debe ser contrarrestado de alguna manera con colaboraciones extraordinarias. "La Nación está enviando algunas ayudas, más allá de los 35 millones de pesos que vinieron el año pasado, pero cuando uno cuantifica las pérdidas de toda la Provincia, desde el norte y hasta el sur, se llega a los tres mil millones de pesos en pérdidas y unas 500 mil cabezas de ganado, que van más allá de la baja actividad en ganadería, sino también en la paralización de la actividad económica que golpea no sólo al sector primario, sino que también se está abriendo a sectores que tenían ocupación plena en sectores industrializados de Santa Fe, como pueden ser las fábricas de maquinaria agrícola, las curtiembres, los frigoríficos. Se ha extendido la baja de la actividad económica en sectores que hace un año atrás, con problemas inclusive, no teníamos visualizada la situación actual de la Provincia".
REPARTO
La mirada de María del Carmen Alarcón abarca todas sus etapas de desempeño público, que actualmente como parte del plantel de Gobierno de Hermes Binner, la lleva a reflexionar que "la provincia de Santa Fe debe ser la más castigada a la hora del reparto, porque no es un tema de sequía solamente. Han pasado 24 años en los que no se previó el tema climático que puede ser sequía o inundación. Con la tecnología que hoy se maneja en el mundo, se pueden prever las situaciones, si bien no sepuede hacer llover, hay que estipular el riego, las rutas, la extensión de los acueductos, entre tantos otros temas que no se previeron antes".
Alarcón hace hincapié en la parte económica mayúscula como parte de las materias pendientes para engrandecer a la Provincia, "en 2008 ha sido un reclamo permanente de todos los sectores que la Provincia trasladó en impuestos de coparticipación y no coparticipables; y recibe alrededor de 19 mil millones". "Creo que esta es una cifra como para decir, en el momento de catástrofe y desastre como el que estamos viviendo, necesitamos que nos devuelvan dinero y que además se tome en cuenta a la provincia de Santa Fe. Al igual que otras, no podemos permitir bajar la actividad económica bajo ningún concepto, al contrario, tenemos que sostenerla de cualquier manera y por supuesto, con el consenso de empresarios, gremios; y trabajadores, tal como se está haciendo a través del Ministerio de Trabajo de la Provincia", advirtió la funcionaria.
La emergencia actual debe despertar a la "responsabilidad pública" del Gobierno nacional, para cesar en las prácticas intervencionistas, para avanzar al consenso, lo cual denotaría gran lucidez en el momento más propicio.
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