La Comuna local pedirá formalmente la inclusión del partido de La Plata en la cada vez más extensa nómina de distritos bonaerenses en estado de "emergencia agropecuaria". Después de un sobrevuelo de la Región que realizaron ayer funcionarios municipales y provinciales, se adelantó que es inminente la redacción de la solicitud, con el objetivo de avanzar en la implementación de mecanismos que permitan a los productores sobrellevar una situación calificada como "altamente preocupante".El panorama es realmente desolador; las tierras cultivables del partido se ven amarillas como nunca
Entre las 13,30 y las 14,40 de ayer, Javier Pacharotti -intendente interino de la Ciudad- y Daniel Navas -secretario de Gobierno- compartieron con Emilio Monzó, titular de la cartera provincial de Asuntos Agrarios, un vuelo en helicóptero que arrancó en el Aeródromo La Plata -7 y 610- y concluyó en el helipuerto del ex BIM III -122 y 50-, tras inspeccionar Abasto, Colonia Urquiza, Melchor Romero, El Peligro, Lisandro Olmos y Angel Etcheverry.
A su término, Monzó admitió que "el impacto de la sequía se observa claramente" y destacó que "llaman la atención la cantidad de campos quemados y la recurrencia de incendios, tanto que vimos varios focos en actividad". El ministro aclaró que "esperaremos la formulación de la Comisión de Emergencia local, y luego un equipo de técnicos analizará la declaración como zona de emergencia o desastre, según corresponda".
"Si bien el sudoeste de la Provincia es el más afectado, no se salva ninguna región" advirtió Monzó, quien evaluó que "como la primera urgencia de los productores en estos casos es poder cumplir con las obligaciones financieras, se buscará la forma de asistirlos".
Pacharotti recordó por su parte que "la semana pasada nos reunimos con los productores del Gran La Plata, y vamos a cumplir con el compromiso asumido entonces que implica elevar esta semana el pedido de emergencia al comité provincial". El jefe interino del Ejecutivo local señaló que "hay mucha preocupación por lo que está ocurriendo en las zonas rurales del partido, sobre todo en los ejes de las rutas provinciales 2 y 36 con la combinación de sequía e incendios".
La condonación y rebaja de tasas, y el otorgamiento de subsidios "no reintegrables", son los mecanismos con que se procurará aliviar a los horticultores, floricultores y apicultores en situación de emergencia. Las eventuales declaraciones de "desastre" serían "particularizadas", para quienes hayan perdido más del 80 por ciento de la producción.
Según describió Daniel Navas, "el panorama es realmente desolador; las tierras cultivables del partido se ven amarillas como nunca, y hay por todas partes huellas de incendios que llegan al borde de las casas. Sólo quedan algunos manchones verdes, que se corresponden con quienes tienen en sus campos sistemas de irrigación; sin embargo, en el corto plazo también esos predios están en riesgo, por la pronunciada bajante de las napas de las que se extrae el agua".
Durante 2008, de acuerdo con los datos registrados en la estación experimental Julio Hirschhorn, que la UNLP gestiona en 66 y 167, el volumen de lluvias estuvo un 35 por ciento por debajo de la media; pero entre abril y diciembre de ese año, el déficit superó el 60 por ciento. Los productores destacan que la falta de humedad es "desesperante", e impide preparar el suelo para la próxima siembra: "si todo sigue igual, las consecuencias de la crisis se van a notar más en el ciclo que viene, entre mayo y diciembre; así no podemos plantar prácticamente nada".
DESESPERANTE
Así definieron la situación los productores de la Región ante la falta de lluvias. Las consecuencias de la crisis se notarán de mayo
en adelante, según se anunció ayer. El volumen de precipitaciones fue el 60 por ciento menos de lo esperado entre abril y diciembre de 2008..
Panorama crítico
La totalidad de la producción extensiva a cielo abierto -entre las que se cuentan soja, maíz y trigo, entre otros cultivos- se ha perdido por la sequía o por incendios. En tanto, las pasturas están en un proceso de crisis terminal mientras que el descenso de las napas está obligando a los productores locales a "bajar" cañerías hasta 18 metros de profundidad para obtener agua para el riego artificial.
Los datos forman parte de un diagnóstico brindado ayer a este diario por el director de Producción Intensiva y Microempresas del Municipio, Fabián Autino, en el que debe agregarse otra crítica realidad producto de la sequía: la reproducción descontrolada de arañuelas, ácaros, pulgones y el denominado "trip de la peste del tomate" que afectó grandes extensiones de ese cultivo y de pimientos, verdura de hoja y varias especies de flores.
En el rubro lácteo, Autino explicó que si bien La Plata casi no hay tambos, la pérdida de las pasturas afecta la actividad "porque el rollo artificial, con el que se alimenta el ganado, está escaseando y amenaza a duplicar su precio de mercado como consecuencia del desastre climático".
Autino explicó que la producción caprina ha sufrido pérdidas por los incendios y citó como ejemplo la muerte de 70 cabras en una colonia rural donde también se perdieron caballos de cría. |
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