Las condiciones climáticas fueron "altamente desfavorables" para el desarrollo del trigo, que tuvo rindes muy por debajo de los niveles normales. En tanto los de girasol, maíz y soja están muy comprometidos, en el caso de la soja aún si se normaliza la situación climática en febrero. Así lo expresan las conclusiones del informe meteorológico de la campaña 2008/09 en la zona de influencia de la Chacra Experimental Miramar del INTA, elaborado por la ingeniera agrónoma Florencia Gutheim.
La investigadora concluyó que la campaña 2008/09 fue "altamente desfavorable para el desarrollo del cultivo de trigo", teniendo en cuenta que "normalmente, los rendimientos promedio en la zona de influencia de la Chacra Experimental Miramar superan los 4500 kg/ha para tecnologías intermedias", pero "la campaña de trigo que termina arroja valores de entre 2000 y 3000 kg/ha, según los informantes de la zona". Aclara que "hay casos aislados con rendimientos mayores, explicados por tormentas aisladas o riego".
En tanto "los cultivos de verano están en una situación límite, especialmente el maíz y el girasol que se encuentran en el período crítico en que se define el rendimiento (floración)" y "la soja de primera, que aún no está en el período crítico para la definición del rendimiento (llenado de los granos en febrero) tiene un desarrollo foliar menor a lo normal, por lo que se puede esperar que también se afecte su potencialidad de rendimiento aún si se normalizaran las lluvias en febrero". Asimismo indica que "la implantación de la soja de segunda no ha sido lograda aún, ya que se demoraron las siembras por la sequía o no emergieron los cultivos sembrados".
El informe también hace notar que "los herbicidas, preemergentes en maíz y girasol y glifosato en cultivos resistentes de soja y maíz, no han actuado eficientemente. Se presentan problemas de plagas (tucuras y trips) en algunas zonas de la región". Asimismo detalla que "la intensa sequía frenó el rebrote primaveral de las pasturas implantadas y de los verdeos de verano", lo que "ha generado una situación crítica para la ganadería a lo que se suma que se ha imposibilitado la realización de rollos o reservas forrajeras para el verano y próximo invierno".
"El año 2008 ha sido un año con muy bajas precipitaciones en relación con los registros históricos. Fue el cuarto año con menores precipitaciones anuales desde 1944".
Durante el año pasado llovieron 703 milímetros, mientras que la mediana (lo que llueve en por lo menos el 50 por ciento de los años, similar al promedio en valor numérico en este caso) es de 896 si se considera la base de datos desde 1944, o de 941 milímetros si se consideran los últimos 37 años. "El 2008 estuvo muy cerca del mínimo registro y, claramente en el 25 por ciento menos lluvioso de los años (calculando las probabilidades del período 1971-2008). En contraste, el año anterior estuvo en el 25 por ciento superior de los años, en los que llueven más de 1070 milímetros, indicada en el gráfico por la línea punteada superior" detalló la investigadora.
Para Gutheim, la cantidad anual de milímetros no es el único factor a considerar. La distribución de las precipitaciones y la situación hídrica del suelo al inicio del año (determinada en gran parte por las precipitaciones del año anterior) son dos aspectos relevantes. Con respecto a este último, señaló que "la anterior campaña 07/08, presentó una deficiencia hídrica muy marcada durante diciembre y hasta febrero inclusive". Esto afectó los rendimientos de los cultivos estivales que estaban implantados en ese momento en forma significativa. En tanto "los 200 milímetros que cayeron en marzo 2008, colocaron a este año en una situación un poco más normalizada para la recarga de agua del perfil".
Con respecto a la distribución de lluvias, se observa que "el 2008 fue un año con una pluviometría total muy baja y especialmente en los meses críticos para la determinación del rendimiento de los cereales de invierno (20 días alrededor de la fecha de floración, que ocurre entre la segunda quincena de octubre y la primera de noviembre)". En otras oportunidades, un déficit en este momento puede ser compensado parcialmente con lluvia acumulada en el suelo en los meses previos. Pero, como se observa, el 2008 venía acumulando muy poco volumen de agua.
"Ningún otro año tuvo tan pocos milímetros llovidos en el último trimestre y solo el año 1981 tuvo menor milimetraje si se considera lo acumulado en los últimos 6 meses de cada año. Estas condiciones son fundamentales no solo para la determinación del número de granos de trigo sino también para definir el peso de los granos y para definir la implantación de los cultivos de verano.
Temperaturas
El informe de la ingeniera agrónoma Gutheim apunta que la última helada se registró el 2 de noviembre, por lo que "en lotes de trigo con siembras tempranas pueden esperarse daños en las espigas". En cuanto a las temperaturas, señala que las medias del aire fueron mayores a los promedios históricos durante noviembre y parte de diciembre.
"Estas condiciones, sumadas a los frecuentes e intensos vientos en la región, generan una mayor pérdida de humedad de los cultivos por lo que se exacerba el estrés hídrico", indicó.
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