El agostamiento que exhibe el bosque artificial conocido como Parque Norte “es parte de la gran sequía general”, según sostuvo ayer el intendente de esta ciudad, Martín Farizano.
No obstante, el jefe comunal reconoció que esta situación es más crítica en este pulmón verde ubicado en el alto de la capital debido a la disminución de los caudales de los ríos que incide en la provisión de agua de los estanques.
Estos, según dijo, no sólo abastecen al Parque Norte capitalino sino también a toda la zona norte de la ciudad, que a la vez recibe el auxilio de tanques de agua no potable para combatir la sequedad.
El mandatario municipal indicó que una rotura de exclusas agudizó la situación, aunque aclaró: “Están en reparación para resolver el problema en forma inmediata”.
Mientras, la Fundación Luciérnaga convoca a los vecinos a concurrir diariamente con una botella de agua para regar y adoptar un árbol. Así resiste uno de los lugares de recreación y actividad deportiva más importantes de la ciudad.
José Kirby, presidente de esta organización no gubernamental, sostuvo que “todo el bosque corre peligro de desaparición” y agregó que “de 70 hectáreas originariamente plantadas quedan actualmente 40”.
Desde octubre
El bosque artificial fue creado en 1962 y no recibe agua desde el 18 de octubre del año pasado. “Estos árboles no tienen posibilidad de autoabastecerse en las napas subterráneas como lo puede hacer un árbol en la zona ribereña. Dependen del riego”, señaló.
Kirby advirtió que algunos vecinos están preocupados porque sospechan que la zona es de interés inmobiliario. Además, dijo que le sorprende que la misma municipalidad reconozca que hace 100 días que no se está regando.
“Vamos a seguir peticionando al Ejecutivo municipal y acompañando a los vecinos. Hay familias enteras que ya adoptaron varios árboles y algunos empresarios están dispuestos a colaborar con tal de que este bosque no se pierda”, concluyó.
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