Alrededor de 40 municipios de siete departamentos del país sufren por las constantes lluvias y granizadas que causaron desbordes de ríos, inundaciones y la destrucción parcial de cultivos.
La Federación de Asociaciones Municipales destaca que si agosto, septiembre y octubre fueron meses de aguda sequía, el período de lluvias comenzó en noviembre y provocó desbordes de ríos, riadas, mazamorras, inundaciones y granizadas.
De los 40 municipios con algún daño a consecuencia de las lluvias y el granizo, la mayor parte de los que sufrieron daños se hallan en Cochabamba, Beni y Santa Cruz.
Los municipios más afectados por el granizo y las heladas, en cambio, se encuentran especialmente en los departamentos de Potosí y La Paz, En este último también se presentaron inundaciones.
La relativa sorpresa se dio en municipios de Chuquisaca y Tarija que, además de sufrir sequía, especialmente los chaqueños, en algunos de ellos se produjeron inusuales granizadas.
Con todo, los daños causados a los municipios a causa de las lluvias y el granizo, son menores en relación al año pasado, asegura la FAM.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) confirmó que es prácticamente inexistente la posibilidad de que este año el país sufren los fenómenos El Niño y La Niña, por lo que esto disminuye el riesgo para los municipios habitualmente amenazados por inundaciones.
El viceministro de Defensa Civil, Hernán Tuco, anunció la declaratoria de alerta roja para el departamento de Santa Cruz, por los posibles desbordes de los ríos Grande y Piraí, pero las autoridades departamentales señalaron que esto no es necesario, que la crecida de los ríos aún es controlable y que en la región aún está vigente la alerta naranja.
Famoso templo en peligro
Las intensas lluvias que han caído el último mes sobre la estepa de la provincia Sajama, han afectado al famoso templo de la población de Curahuara de Carangas conocido como la Capilla Sixtina o la ‘Joya del altiplano’. El techo, cubierto de paja, “tiene graves filtraciones que la han puesto en riesgo”, informó en las últimas horas el prefecto de Oruro, Luis Alberto Aguilar.
El templo, ahora convertido en un museo, es el orgullo de sus seis mil habitantes y de José Mamani, que se hizo cargo de él hace 28 años, apenas terminó su servicio militar.
La Iglesia católica presentó un proyecto para solucionar inmediatamente el problema y, según Aguilar, “la Unidad de Turismo del gobierno departamental desembolsará los recursos necesarios no sólo para reparar el techo del templo sino también para restaurar su parte externa” |
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