El déficit hídrico en las zonas centro y sur del país, que son las más afectadas por la sequía, ronda los 400 milímetros, según estimó el meteorólogo Juan Luis Pérez, de la consultora Nimbus Weather Services.
Pérez explicó a El País que el promedio anual de lluvias en Uruguay es de 1.450 milímetros, lo que hace que el promedio mensual sea de unos 100 milímetros. Esos registros hacen que tomando en cuenta la carencia de precipitaciones de los últimos meses, las zonas más perjudicadas por la sequías tengan ese faltante.
En contrapartida, en la zona norte, el déficit hídrico es "apenas perceptible" ya que rondaría apenas los 30 o 40 milímetros, indicó el meteorólogo.
"El régimen de precipitaciones en Uruguay no ha tenido variaciones importantes en los últimos 100 años. Sin embargo, han habido cambios en la exigencia que se hace de cada hectárea de tierra, debido a que no se han hecho las obras de infraestructura para acompañar la superproducción de cada hectárea", afirmó.
Según Pérez, hasta marzo se apreciará el efecto del fenómeno meteorológico conocido como "La Niña", que provocará que se registren escasas precipitaciones, a la vez que temperaturas por debajo de lo habitual, explicó.
UNA MANO. Por su parte, el meteorólogo Núbel Cisneros anunció que entre los próximos días 2 y 3 de febrero se registrarán lluvias en todo el país, las cuales registrarán en promedio 40 milímetros.
"Van a ser lluvias diferentes a las de las últimas horas, porque van ser más parejas, lo que va a dar una mano muy importante ante esta situación de sequía", señaló Cisneros ayer al ser consultado por El País. Esta semana hubo precipitaciones de escasa entidad en varias zonas, principalmente en el centro y norte aunque, como los registros fueron muy bajos, no representan una mejoría en los campos, señaló el especialista.
Cisneros pronosticó que en febrero habrá lluvias por lo menos un vez por semana, con lo cual se comenzará a regularizar la situación. En cuanto a lo que ocurrirá en otoño, indicó que esa estación comenzará con temperaturas más altas que las habituales, hecho que provocará que las heladas -que generalmente se inician a principios de marzo- comiencen a tener lugar a fines de abril, lo que también será positivo para los productores rurales.
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